“Cómo alguien puede llegar incluso a atropellar tu carrera, a obstaculizar tus sueños, tus oportunidades solamente por una negativa”, fueron las palabras con las que Margarita [nombre que usaremos como seudónimo para proteger la seguridad de la mujer que dio el testimonio] empezó a relatar la situación que ha tenido que enfrentar en los medios de comunicación en Colombia con el acoso laboral y sexual.
De acuerdo con la información suministrada en la página Función Pública, existen unas maneras de actuar que dejan de ser naturales dentro del espacio profesional y pasan a ser acoso, de esas, el 82% es la acción que ejercen algunas personas para solicitar o presionar a las víctimas para tener sexo. En segundo lugar, está el intento y ocurrencia de acto sexual con 79%, luego vienen los correos electrónicos y mensajes de texto vía celular con el 72%.
De hecho, en ese escalafón también está el contacto físico consentido que se pasa del límite, y es uno de los que más suelen verse.
Margarita, le confesó a Infobae Colombia que ella hace parte de ese grupo de víctimas mencionadas en las estadísticas anteriores. Sin embargo, tomó la decisión de contar su historia sobre lo que ha vivido en su vida profesional.
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“El tipo más asqueroso para mí es aquel que como no logra pescar, mata el pez a las malas, lo desaparece, lo anula, se la monta, como diríamos en nuestra jerga popular. Entonces lo hace cada día, ya sea porque lo insulta en público, lo humilla y demás cosas; todo eso porque no me paro bolas esta mujer. Entonces, este tipo que toma represalias, es decir, ese vengativo porque no logra conseguir su objetivo, para mí es de lo más asqueroso que hay”, dijo Margarita previo a contar las escenas que ha protagonizado tras ser acosada en medios de comunicación.
Hay hombres que utilizan su cargo en las empresas para desempeñar un rol de mando y querer conseguir sus objetivos, pero no precisamente los profesionales, ya que son muchos los que buscan con eso llegar a mujeres, especialmente aquellas que están empezando y que quieren crecer.
“Está también aquel que siente que con ese poder puede precisamente dominar para que finalmente la mujer tenga que acceder a partir de presiones, porque tal vez a veces incluso el sueño es tan grande que se aferra a la mujer, que es un poco más temerosa. A mí, yo digo de malas, entonces, suerte, pues si no voy a crecer en este medio, me importa un carajo. Pero hay otras que no”, explicó la mujer víctima de acoso.
Teniendo en cuenta lo anterior, Margarita no olvida que la primera vez que se enfrentó a una situación de ese tipo fue en donde menos se lo esperaba, ya que es un lugar en donde hablan de la palabra de Dios y cuyo director es un sacerdote.
“Yo entré a trabajar en este medio de comunicación teniendo 21 o 22 años de edad. [...] Y pues me encuentro con un director muy amable, muy querido. Y estaba como encantada también porque era mi primer canal de televisión. O sea, yo todavía no lograba identificar lo que es, menos de un cura”, dijo Margarita sobre el lugar y trabajo en donde por primera vez se sintió acosada sexual y laboralmente.
De acuerdo con la declaración de la mujer a Infobae Colombia, los primeros acercamientos del que era su jefe fueron muy profesionales y dirigidos a darle la oportunidad de crecer, en ese momento ella era la mano derecha para su proyecto, así que compartían bastante tiempo juntos, sin imaginarse que el panorama iba a cambiar.
“Siempre me hacía sentir muy inteligente porque todas las ideas que a mí se me ocurrían eran como brillantes. Pero el horario mío era largo, entonces terminaba a las diez de la noche y este canal está ubicado en una zona lejana. Entonces yo siempre tenía que salir y coger mi colectivo, yo vivía en esa época en Galerías. Una de esas noches yo iba a salir y el tipo me dice: ‘¿Oye te puedo acercar? ¿Qué miedo, no te da miedo salir tan sola? ¿Tú dónde vives?’ Entonces yo le dije en dónde y él me dice que le sirve porque va para ese lado, entonces que me podía llevar”, recordó la periodista y presentadora colombiana.
Sin embargo, según Margarita, el favor terminó en una situación diferente que luego le iba a traer otro tipo de consecuencias.
“Cuando me monto en el carro empieza a hacer una charla normal, pero me dice: ‘Uy me voy a desviar un momento porque tengo mucha hambre, ¿te molestaría si comemos algo? A mí no me gustó, y más porque yo tenía mi novio, pero yo creía imposible cualquier otra cosa y le dije que bueno. Entonces, él se baja del carro y se quita el clériman, que es esta cosa blanca que lo revela como sacerdote y lo deja entre el carro”, contó.
Al llegar al lugar el hombre ordenó vino y le pidió a Margarita que no le dijera padre porque ya se había quitado el atuendo que lo identificaba como tal y con el pasar de los minutos empezó el momento que ella estuvo tratando de evitar.
“Empieza diciéndome: ‘Que tú me digas que no me puedes dejar de decidir, padre, cuando nosotros somos seres humanos, igual que cualquier otro, somos hombres, común y corrientes. Tan común y corrientes que nosotros tenemos nuestras novias y salimos y hacemos cosas, lo importante es que uno lo sepa llevar’. Ahí le pregunté que si acaso ellos no han hecho votos de castidad y de celibato y todo esto que les exige la Iglesia católica. Entonces él me dice que eso se maneja”, reveló la periodista.
La conversación se fue poniendo más intensa y el sacerdote le sugirió en algún momento a la mujer que dejará a su pareja. En ese momento ella fue firme y le dijo que no tenía otras intenciones, por lo que el cura se empezó a molestar, canceló la comida y la dejó en una avenida, es decir, que no la llevó a su casa como le propuso en primer lugar. Pero eso no fue todo, como era de esperarse, el padre llegó a tomar represalias al día siguiente y el acoso sexual pasó a lo laboral.
“La venganza para estos manes es dulce, seguramente. Yo entraba a las 2 de la tarde siempre y al otro día de eso me llama temprano el productor general y me dice a partir de ese momento tenía que entrar a las ocho de la mañana y me dice que voy a quedar con el horario de ocho a diez de la noche porque es una orden del padre y que, si no me gusta, pues renuncie. Él cambia totalmente y empieza a tratarme de manera despectiva, como con soberbia, con fastidio, ahora ya no era la niña inteligente, ya no le parecía chévere mis propuestas”, confesó la mujer.
Margarita confesó que tuvo una crisis de estrés por los gritos y el trato que recibió en ese momento, le empezaron a dar migrañas y fuera de eso no ganaba muy bien, por lo que tampoco se alimentaba correctamente. Incluso un día se le torció la cara y las manos. Fuera de eso, el padre empezó a tratarla mal y a referirse a ella con palabras como bruta, ignorante y también la mandaba a callar.
Finalmente, habló con su mamá de lo sucedido y entre lágrimas tomó la decisión de renunciar a través de una carta en la que dejó constancia de las situaciones de acoso que vivió. Después de eso el sacerdote le envió un mensaje en el que le reclamaba por hablar de él y aseguró que su versión era mentira, pues para él Margarita era fea y jamás se fijaría en ella.
Tiempo más adelante, hacia sus 24 años, la vida volvió a ponerla contra la pared, literalmente, con una escena similar. Margarita hizo un curso de presentación en una academia de un reconocido personaje de la industria, tras obtener logros y buenas notas, el señor la mandó a llamar un día para ofrecerle una oportunidad profesional, pero con intenciones bajo la manga.
“Yo me sentía honrada y el tipo me decía que podían venir buenas oportunidades para mí y que tenía muchos contactos. Entonces yo le decía que qué rico y que gracias por la oportunidad. Se levantó y se hizo en todo el frente de mi silla y me dijo: ‘Yo me quedo así mirándote y pienso que tú tienes mucho para dar. Mira, yo te puedo traer cosas de Estados Unidos, ropa, zapatos; y se acerca para decirme que es para regalármelo. Entonces me paro de la silla, porque yo dije: ‘Marica, yo qué hago aquí', y él se para también y me pone las dos manos así conmigo contra la pared. Y yo empiezo a sentir ese pánico, pero malo, me dio un ataque del susto. En ese momento el man se me manda a besarme y yo me le metí por debajo del brazo, pegué un brinco, cogí mi cartera y me fui”, confesó la periodista.
Margarita una vez más salió corriendo y llorando por acoso de personas en los medios de comunicación, llamó a su mamá y le aseguró que odiaba los medios de comunicación. “Me iba a retirar de esto porque nunca iba a poder trabajar en televisión”, recuerda.
Efectivamente, dejó la industria por un tiempo y se dedicó a otros oficios hasta que la llamaron por su talento de un medio de comunicación en el que actualmente trabaja. Allí también atravesó por un par de situaciones que lamentó en su momento, pero que asegura que no han vuelto a pasar.
“Hoy en día la empresa es otra, yo no volví a ver de eso jamás. Ahora es como llegar y decir: ‘Qué rico es trabajar como yo trabajo, nadie me dice nada, nadie me regaña, nadie me acosa”, puntualizó Margarita.
* Esta nota hace parte de varias entregas sobre abuso sexual y violencia que se vive en los medios de comunicación y que han pasado a la impunidad normalizando el acoso de los victimarios y el silencio de las víctimas.