Tomar la decisión de arrendarle una de las habitaciones de su hogar a un hombre por poco le cuesta la vida a Lina Johana Gamboa Parra en el municipio de Madrid, Cundinamarca. Todo por no querer tener una relación sentimental con el agresor.
Este nuevo caso de violencia contra la mujer se suma a los hechos más recientes que se han presentado en varios puntos del territorio nacional donde las mujeres han sido las víctimas de los ataques, y este panorama en parte fue el que ayudó a que Lina decidiera poner en conocimiento de las autoridades lo sucedido, pero según ella, el hombre sigue libre y su caso sigue impune.
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Iba tras otra mujer cuando la conoció
“El tipo estaba pretendiendo a la muchacha que me lo presentó. Luego de unos meses de que él me ayudara con varias cosas de la casa, se ganó mi confianza y me pidió que le arrendara el cuarto, a lo que yo accedí”, le comentó Lina al diario Q’HUBO Bogotá, e indicó que la joven que se lo presentó era una de las personas a las que le tenía rentada una habitación de su vivienda, donde también vive con sus dos hijas de 15 y 19 años, unos tíos y una prima.
Pero el interés en la inquilina de esta mujer se esfumó por parte del sujeto, identificado como J. Orozco, quien comenzó a presentar algunos comportamientos que se tornaron extraños y fueron las primeras señales de alerta. “En poco tiempo, el tipo empezó a tomarse confianza: entraba a mi habitación y me pretendía, al punto que hizo que mi relación de seis años se acabara por su acoso; pero yo siempre le dije que no quería nada con él”, aseguró Lina.
Esto generó desconfianza en la mujer, que determinó que lo mejor era pedirle al hombre que empacara su ropa y entregara la habitación, pero ahí fue donde la situación se comenzó a salir de control. “Al final, tuve que pedirle que se fuera de mi casa, pero él no lo hizo”.
Las demás inquilinas se fueron
Con varias lesiones en su cuello y problemas de visión y habla, Lina contó que en diciembre de 2023 que Orozco comenzó acercarse a sus dos hijas, lo que de inmediato causó temor y terminó hacienda que la víctima tomara distancia tras contarle al mismo medio que un día el acosador terminó regalándole ropa interior a una de sus hijas, otro de los hechos que reafirmaba el temor que sentía esta mujer por dentro, y más, cuando comenzó a fijarse que todas sus arrendadoras le habían entregado sus habitaciones y abandonaron la casa, tal vez sintiendo que algo malo podría suceder... y así pasó.
Al ver su forma de actuar con la única inquilina que quedaba, Lina volvió a expresarle al hombre que debía abandonar la casa. Ese mismo día que advirtió a Orozco, hubo una acción que preocupó a Lina y pese a expresarle el miedo que tenía a un familiar de quedarse solo con el acosador, el tío de la joven salió de la casa y en ese momento el sujeto aprovechó la ocasión.
“Ese día él estaba limpiando un cuchillo. Yo estaba con mi tío y le dije que ese tipo me iba a hacer algo, pero no me prestó atención. Mi tío se fue a trabajar y me quedé sola con él”, relató Lina, cuando aquel sábado 30 de diciembre pasadas las 8:00 p. m. el hombre la llamó para que subiera hasta su pieza con la excusa de ayudarle a aplicar una inyección a un gato, y ahí se desencadenó el salvaje ataque de Orozco, que la intentó degollar.
El ataque, la captura y la revictimización
“Me dijo que sí íbamos a tener algo y comenzó a agredirme. Le dije que no y me lanzó contra la pared. Casi me desmayo y empecé a perder la visión. Luego me dijo: ‘Si no eres para mí, no eres para nadie’, y comenzó a apuñalarme en el cuello, Por si la escena no fuera más aterradora, Lina describió que cuando le pidió que la soltara este atarván le dijo “‘de aquí no vas a salir viva, ya tengo una maleta para sacarte’; alegaba que me quería matar si no estaba con él”.
Fue gracias al esposo de la prima de Lina, que justo en ese momento llegó hasta el domicilio que pudieron trasladar a Lina hasta el centro asistencial, al cual llegó también el maltratador luego de ser obligado a ir por parte del familiar de la víctima, pero en este punto viviría otro episodio lamentable por culpa de la revictimización que sufrió, según ella, por parte de las autoridades.
Pero primero, y uno de los detalles que mayor molestia e indignación han causado en la sociedad del municipio ubicado en la región occidental del departamento, es que pese a que la Policía lo detuvo en el centro médico, luego de pasar 20 días internada recuperándose de las heridas que sufrió, Lina se vino a enterar que a Orozco la Fiscalía lo dejó en libertad por no haber recolectado el material probatorio mínimo para seguir con el caso, que además fue presentado por el delito de lesiones personales.
“Me siento revictimizada y agredida por las autoridades, la EPS y la Policía. No me han brindado las medidas de protección y la Fiscalía, a pesar de todas las pruebas, no tipificó mi caso como tentativa de feminicidio”, mencionó Lina, quien es animalista y trabaja en un albergue para perros y gatos, a quienes no deja de cuidar pese a las secuelas que le dejó el ataque de Orozco.
“A mí sola me ha tocado aprender a hablar y moverme, porque aún no puedo caminar. Es duro ver a mi mamá preguntándome todos los días cómo estoy, mientras el tipo que me hizo esto sigue libre y me sigue acosando a mí y a mi hija”, cerró Lina Johana, que sigue a la espera de que la Fiscalía General de la Nación tome medidas y encierre a este tipo, que lleva más de seis meses libre, que podría considerarse un peligro para la sociedad.