El martes 4 de junio, el responsable del feminicidio de la DJ Valentina Trespalacios, el estadounidense John Nelson Poulos, fue condenado a una pena de 42 años y 8 meses de prisión por la justicia colombiana. Trespalacios fue asesinada el 22 de enero de 2023 en un apartamento ubicado en el norte de Bogotá.
La sentencia, aunque severa, no puede reparar el inmenso dolor de la familia de Valentina. Según afirmaron en entrevista con la revista Semana Laura Hincapié y Maureen Maya, que reconstruyeron el caso y narraron la historia en su libro Valentina, muerte y vida, la condena contra Poulos pone de manifiesto la obsesión desbordada y los celos que llevaron al estadounidense a cometer el crimen de manera premeditada.
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Las autoras del libro buscaron dar voz no solo a los hechos del feminicidio con detalles inéditos —como fotografías y capturas de pantalla de conversaciones que sostenían por chat—, sino también a la historia y sueños de la víctima.
Hincapié comentó: “Cuando contacté a la mamá de Valentina… era una madre con un dolor profundo por la muerte de ella y con la carga de tener que defenderla”. Por su parte, Maya resaltó el impacto del caso y la violencia naturalizada en la sociedad colombiana. En palabras de las autoras, Valentina fue moralmente cuestionada debido a su apariencia física y su trabajo como DJ, un fenómeno que, según Maya, refuerza la indolencia social hacia las víctimas de feminicidio.
“El caso de Valentina simboliza esa violencia contra la mujer que, de una u otra forma, hemos naturalizado ante la indolencia de una sociedad que justifica estos casos y nos hace creer que hay vidas que valen más que otras. A Valentina empiezan a encasillarla, porque es voluptuosa, porque muestra su cuerpo y tiene un trabajo en las noches”, aseguró la autora.
Igualmente, la familia de Trespalacios vivió un duelo complejo, ya que su asesinato no solo afectó a nivel emocional, sino también económico, dado que la joven era el principal sustento de su hogar, como destacaron en la entrevista.
“Valentina era el motor y el centro de esa familia, no solo en términos económicos, sino afectivos; mantenía a la familia fuerte y quería cambiar su destino. Se lo propuso desde muy joven: sacar a los suyos adelante. Ser la mamá y el papá de esa casa”, afirmó Hincapié.
De otro lado, las redes sociales jugaron un papel doble en este caso: mientras facilitaron la denuncia de la desaparición y la captura del asesino, también expusieron a Valentina Trespalacios a un riesgo mayor al potenciar su imagen pública. Según Hincapié, la transformación física y la presencia en redes sociales de la mujer la hicieron vulnerable a hombres como John Nelson Poulos, que tenía una apariencia inofensiva, pero escondía comportamientos obsesivos y celosos.
“Sabía que debía ser atractiva para encajar en ese mundo y ganar reconocimiento y esa belleza atraía a hombres celópatas como Poulos. Y ella se confió de esa imagen inofensiva que él proyectaba”, afirmó.
Poulos, descrito como un sociópata por Maya, presentaba una imagen encantadora y compasiva, hasta que los celos transformaron su conducta. “Poulos era cristiano, incluso, y había tenido la tragedia de tener un hijo enfermo. Y eso, en apariencia, le daba un aire de hombre bueno. Pero en los chats que logramos obtener para el libro vemos una transformación en su conducta, un tipo obsesivo y celoso con Valentina”, dijo Maya a Semana.
El libro Valentina, muerte y vida busca, además de narrar la tragedia que supuso la muerte violenta de la joven, abrir una reflexión social sobre la justificación de la violencia de género y la imagen pública de las víctimas. El caso Trespalacios resalta la urgencia de cambiar la percepción y tratamiento de estos crímenes en Colombia.