En un giro inesperado, la reforma educativa impulsada por el Gobierno de Gustavo Petro ha renacido de las cenizas. Tras semanas de incertidumbre y múltiples obstáculos, el proyecto de ley estatutaria de Educación ha sido aprobado por unanimidad en tercer debate por la Comisión Primera del Senado, quedando a solo un paso de convertirse en ley de la República.
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Lo que parecía una jornada rutinaria se tornó en un episodio memorable. Todos los partidos políticos, tanto del Gobierno como de la oposición e independientes, respaldaron la iniciativa sin objeción alguna. Este consenso sorprendente ha destrabado lo que es una de las mayores apuestas legislativas del actual Gobierno para transformar el sector educativo del país.
El proyecto busca reglamentar la educación como un derecho fundamental en Colombia, garantizando acceso y calidad desde la infancia y abriendo nuevas oportunidades, especialmente en zonas rurales y para comunidades marginadas. Un golpe maestro para un sector que, durante décadas, ha estado en el olvido y la precariedad.
Ahora, el proyecto debe enfrentar su cuarto y definitivo debate en la Plenaria del Senado. Si logra superar este último obstáculo, se convertirá en ley, marcando un hito en la historia legislativa del país y ofreciendo una nueva esperanza para millones de niños y jóvenes colombianos.
Entre tanto, la senadora María José Pizarro declaró que con la aprobación de la reforma educativa cada niño tendrá garantizado su derecho a recibir educación. También destacó que el acceso a la educación superior se convertirá en un derecho fundamental.
La reforma educativa que busca establecer la educación como un derecho fundamental fue respaldada por un amplio consenso político. El proyecto de ley, aprobado en tercer debate por la Cámara de Representantes, propone garantizar el acceso a la educación de calidad desde la infancia, con especial atención a las zonas rurales y comunidades marginadas como indígenas, campesinos y afrodescendientes.
La reforma se enfoca en dignificar la profesión docente y solucionar problemas financieros y de gobernanza en el sistema educativo. Entre sus objetivos, busca asegurar la disponibilidad, accesibilidad, aceptabilidad y adaptación del sistema educativo, promoviendo la formación integral de los estudiantes en aspectos físicos, sociales, afectivos y cognitivos.
En educación inicial, la reforma reconoce a los niños como sujetos de derecho y promueve un desarrollo integral desde los cero años, mejorando niveles como prejardín, jardín y transición. En educación media, se pretende ofrecer una formación completa que incluya cultura, deporte, arte, ciencia, y formación ciudadana, adaptada a los contextos territoriales y culturales.
Para la educación superior, la reforma propone una financiación que cubra tanto a instituciones públicas como privadas, un sistema de aseguramiento de calidad más flexible y la dignificación de la formación docente. A pesar del respaldo, la reforma enfrenta críticas y sugerencias de expertos y organizaciones educativas, que abogan por ajustes en aspectos como financiamiento y progresividad del derecho a la educación. La aprobación final depende de superar dos debates en el Senado y una revisión constitucional antes del 20 de junio.
En Colombia, la conversión de un proyecto de ley estatutaria en ley sigue un proceso legislativo riguroso. Inicialmente, el proyecto puede ser presentado por el Gobierno, cualquier congresista, las altas cortes, el Procurador General, el Contralor General o por iniciativa popular.
Primero, el proyecto debe ser aprobado en una primera vuelta legislativa, que incluye dos debates durante una misma legislatura. Estos debates se realizan primero en las Comisiones Primeras del Senado y la Cámara de Representantes, y luego en las plenarias de ambas cámaras. Si el proyecto supera estos debates, pasa a una revisión por la Corte Constitucional.
La Corte Constitucional examina la constitucionalidad del proyecto de ley estatutaria. Si la Corte encuentra que el proyecto cumple con la Constitución, lo devuelve al Congreso para una segunda vuelta legislativa. Durante esta segunda vuelta, el proyecto debe ser aprobado nuevamente en dos debates, de manera similar a la primera vuelta.
Una vez superados todos los debates y la revisión constitucional, el proyecto es enviado al presidente de la República para su sanción. El presidente puede solicitar una nueva revisión de la Corte Constitucional si considera que hay vicios de procedimiento. Si no hay objeciones, el presidente firma la ley y esta es promulgada y publicada en el Diario Oficial.
Finalmente, la ley estatutaria entra en vigencia según la fecha dispuesta en su articulado o desde su publicación en el Diario Oficial. Este proceso asegura que las leyes estatutarias, que regulan derechos fundamentales, sean sometidas a un escrutinio exhaustivo y detallado, garantizando su conformidad con la Constitución y su viabilidad práctica.