La sorpresiva muerte del sacerdote Ramón Arturo Montes Peinado, de 45 años, impactó a la comunidad religiosa de la ciudad del Norte de Santander, cuyo cuerpo fue hallado en un parqueadero, poco después de haber sido aprensados los ladrones con el vehículo que le habían robado.
“De acuerdo a la información entregada por las autoridades, dos hombres que pretendían robarle su vehículo, le propinaron heridas con arma blanca en la espalda. En un intento del sacerdote por oponerse al hurto, lo arrollaron y emprendieron la huida en este mismo carro. Posteriormente el vehículo fue hallado en el sector conocido como San Fermín, luego se produjo la captura de uno de los responsables”, emitió en un comunicado la Conferencia Episcopal de Colombia.
Ahora puede seguirnos en nuestro WhatsApp Channel y en Facebook.
En medio de velatones, palabras en honor a la vida del religioso y rechazo al crimen cometido por dos hombres, se conoció que la Policía del Norte de Santander dio con uno de los posibles responsables del homicidio, dos horas después de los acontecimientos, mientras que el otro fue capturado a altas horas de la noche de la misma jornada.
Según información divulgada por medios como La Opinión y Ocaña Hoy, que hicieron seguimiento detallado de los hechos, las autoridades se dieron a una intensa persecución contra los implicados. El coronel Néstor Arévalo informó que, luego de hallar el vehículo en otro barrio de Ocaña, desplegaron el operativo.
“Tan pronto conocimos sobre lo ocurrido, se coordinó un Plan Candado y al lograr ubicar el vehículo, se dio la persecución. Los delincuentes dejaron tirado el automotor y se escondieron en un rastrojo, siendo capturado uno de ellos”, detalló un primer reporte del uniformado, emitido por el medio norsantandereano.
Además, se indica que los agresores habrían intentado esquivar la búsqueda y se despojaron de parte de sus prendas y zapatos para correr hacia una zona verde montañosa. El primer detenido fue identificado como Antonio Montilla Jovito, y lo dejaron en manos de la Fiscalía para que sea una autoridad judicial la que determine si será encerrado en prisión. Mientras tanto, la identidad del segundo capturado no ha sido oficialmente revelada.
La noticia de la captura provocó reacciones fuertes entre los residentes. “Soltá a ese perro hiju@$%&”, “déjalo libre un ratico para enseñarle a respetar”, fueron algunas de las frases lanzadas por un grupo de personas durante la detención, según informó La Opinión. La indignación de la población se evidenció en su intento de linchar al presunto agresor. Un residente comentó: “Esto es una clara muestra de lo que se vive con la delincuencia en Ocaña. Ya no respetan nada ni a nadie”.
La muerte de Montes Peinado
El fatídico asalto ocurrió en un parqueadero del barrio Jesús Cautivo de Ocaña. Según informes y testimonios, los dos individuos habrían interceptado al sacerdote en el lugar, para luego amenazarlo y exigirla la entrega del automotor. Montes Peinado se negó, lo que llevó a los asaltantes a apuñalarlo y, en su huida, pisarlo con la camioneta. El cuerpo del sacerdote quedó tendido en la entrada del estacionamiento.
Según las declaraciones del secretario de Gobierno de Ocaña, Freddy Arengas, en entrevista con Noticias Caracol, “cuando se llega al lugar, el sacerdote había sido herido, tenía dos heridas con arma blanca en la espalda, y al pretender impedir tal vez el robo del vehículo, fue arrollado”.
Reató que “se escucharon algunos gritos al interior de un parqueadero; inmediatamente salió una camioneta a toda velocidad de este sector”. Sobre u
La comunidad de Ocaña sufrió un gran impacto con la noticia del asesinato del sacerdote, quien fue un religioso muy seguido por los fieles del Norte de Santander y fue extendidamente conocido por sus esfuerzos humanitarios; en especial, por participar en la liberación de secuestrados en la región del Catatumbo. Uno de los casos más destacados fue la liberación de Fabián Arias en diciembre del año anterior.
El sacerdote Montes Peinado era un miembro destacado de la parroquia San José del corregimiento Buenavista de la Diócesis de Ocaña. Además de su labor parroquial, era delegado de la Iglesia católica para los mecanismos de verificación de los acuerdos de paz, lo que aumentaba su relevancia en la región y el impacto de su trágica muerte entre los habitantes.
Por su parte, la Junta de Acción Comunal del corregimiento decidió emprender actos de memoria en favor del padre Ramón. Esta fue la solicitud que hicieron: “Ante este lamentable suceso, y como muestra de respeto y solidaridad, hacemos un llamado a todos los habitantes de nuestra querida comunidad para que icen la bandera pontificia (blanco y amarillo) en señal de duelo. Esta acción simbólica es una forma de honrar la memoria del Padre Ramón, un líder espiritual que siempre trabajó incansablemente por la paz, la justicia y el amor al prójimo.
Pedimos que desde hoy y durante los próximos siete días, cada hogar y establecimiento de Buenavista ondee la bandera pontificia, mostrando así nuestra unidad y apoyo mutuo en estos momentos de dolor y tristeza. Que este gesto sirva para recordar el legado del Padre Ramón Arturo Montejo y para reafirmar nuestro compromiso con los valores que él siempre promovió.