Dos casos de mutilación genital femenina fueron reportados recientemente en Bogotá por el secretario de Salud del Distrito, Gerson Bermont. Estos episodios han sido atribuidos a comunidades indígenas asentadas en la ciudad.
Bermont confirmó la información en una entrevista con Caracol Radio, en medio de un debate amplio sobre violencia de género y feminicidios.
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Bermont detalló que “en lo que va del año 2024 ya hemos registrado dos casos de mutilación genital: una niña de 13 años y una bebé recién nacida de 23 días”. El Secretario manifestó que esta práctica, a pesar de generalmente considerarse como un componente cultural, constituye una forma extrema de violencia. “Tenemos que trabajar fuertemente en el país para erradicar esta práctica que viola derechos humanos fundamentales”, afirmó.
El Secretario de Salud también explicó que el año pasado hubo un caso reportado en Bogotá, y en 2023, se documentaron más de noventa casos de mutilación genital en niñas, especialmente provenientes de comunidades indígenas en Colombia. “Es triste que Colombia esté en esa lista con noventa casos en el año 2023″, añadió Bermont.
La mutilación genital femenina es una práctica que afecta a más de doscientas millones de mujeres en todo el mundo. Bermont subrayó la gravedad de la situación en Colombia, señalando que “somos de los pocos países en Latinoamérica que todavía se registran ese tipo de prácticas”.
Hizo hincapié en la necesidad de cooperación con las comunidades indígenas para concientizar sobre los riesgos y violaciones de derechos que implica esta práctica. “Debemos entender que aquí se está violentando unos derechos humanos mayores que cualquier componente cultural y que están poniendo en peligro la vida de estas niñas”, resaltó Bermont.
El secretario Gerson Bermont enfatizó la urgencia de erradicar la mutilación genital femenina en Colombia, alineándose con los esfuerzos globales para acabar con esta práctica.
Las autoridades de salud, junto con las organizaciones de derechos humanos, buscan estrategias para enfrentar y eliminar esta forma de violencia hacia las mujeres y niñas en el país.
Las consecuencias de la mutilación femenina
La mutilación genital femenina (MGF) es una práctica que afecta a millones de mujeres y niñas en todo el mundo. La MGF comprende todos los procedimientos consistentes en la resección parcial o total de los genitales externos femeninos, así como otras lesiones causadas a los órganos genitales femeninos por motivos no médicos. Se practica principalmente en niñas entre la infancia y los 15 años.
Se debe tener presente que existen cuatro tipos principales de MGF:
- Tipo 1: Resección parcial o total del glande del clítoris y/o del prepucio/capuchón del clítoris.
- Tipo 2: Resección parcial o total del glande del clítoris y los labios menores, con o sin escisión de los labios mayores.
- Tipo 3 (infibulación): Estrechamiento de la abertura vaginal, que se sella cortando y recolocando los labios menores o mayores, a veces cosiéndolos, con o sin resección del prepucio/capuchón del clítoris y el glande del clítoris.
La MGF es una violación de los derechos humanos de las mujeres y las niñas. Causa hemorragias graves, problemas urinarios, quistes, infecciones y complicaciones en el parto para las que logran embarazarse. A largo plazo, aumenta el riesgo de mortalidad neonatal. Además, refleja una desigualdad de género arraigada y constituye una forma extrema de discriminación.
Más de 230 millones de mujeres y niñas han sufrido MGF en 30 países de África, el Oriente Medio y Asia. En Colombia, la MGF aún se practica, aunque es menos común que en otras regiones, aun así, algunas comunidades indígenas todavía la consideran como parte de sus costumbres. La Unicef estima que más de 200 millones de niñas y mujeres han sufrido MGF en África, Asia y Medio Oriente, y también en comunidades de inmigrantes en otras partes del mundo. En España, hay unas 18.000 jóvenes que podrían estar en riesgo.
La penalización de la MGF es crucial para proteger los derechos y la salud de las mujeres y niñas. Es fundamental seguir trabajando para erradicar esta práctica y promover la conciencia sobre sus consecuencias devastadoras.