Los escándalos por abandono y explotación de recursos en La Guajira no son nada nuevo; de hecho, “existe un vallenato antimperialista, o sea, un vallenato que les tira a los gringos”, por la extracción poco consciente de materias primas en la década de los 90.
Así lo habría recordado en un video reciente la cuenta especializada en acontecimientos que moldearon Colombia Historia de Melocotón: “Hernando Marín fue un guajiro colombiano, uno de los mejores compositores de este país y compuso, para que se hagan a la idea, la belleza de canción que es La creciente, del Binomio de Oro. Nació en 1944 y vivió en medio del ajetreo del revolucionario siglo XX y ustedes se preguntarán: ¿Un pelao’ de un corregimiento de San Juan del César qué se va a poner a pensar en esas cosas?, pero con mayor razón y no solo en eso. Este genio tenía una capacidad retórica y crítica impresionante”.
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Cansado de ver las injusticias a las que era sometida su natal La Guajira y el tomento de sus pobladores, Marín compuso en 1995 La dama guajira, una misiva disfrazada de telenovela con la que alertó sobre el padecimiento de los suyos y la destrucción del territorio.
“Con esa poesía sonora que lo caracterizaba compuso un vallenato que exalta con altura el departamento que encabeza a nuestro país y, como dice el mismo Hernando Marín: La canción no necesita mucha explicación, el público puede entenderla enseguida”, precisó la cuenta al citar a Marín durante una entrevista y continuó: “El maestro Hernando Marín logra hacer una crítica al abandono, la miseria y, sobre todo, la explotación a la que ha estado sometida La Guajira por diferentes multinacionales, sobre todo gringas”.
Pero no solo se centró en los problemas de La Guajira, durante décadas se entregó a la música de protesta, con tonos vallenatos, y a través de la rima criticó el actuar del Gobierno, en una especie de guiño a sus amigos de infancia.
“Compuso varios vallenatos de protesta, pero en esta critica que La Guajira, en su inmensidad de riqueza como el carbón, el gas y la sal ha sido saqueada por los yankees, advirtiendo que los guajiros y, sobre todo el pueblo wayú, caía más en la miseria a medida que llegaban más multinacionales” y es que, tal y como Historia de Melocotón precisó: “Muchos wayú fueron desplazados de sus tierras ancestrales por una de las multinacionales que, con ayuda del Gobierno, explotaba cerca de 38 mil hectáreas”.
¿Qué dice la canción de La Dama Guajira?
En La dama guajira el maestro Marín habla de un hombre que, teniendo dinero, cree que puede adueñarse de “la dama”: “Viene un heredero a reclamarla porque tiene plata, porque ahora sí vale. Viene un heredero a reclamarla porque tiene plata, porque ahora sí vale. Mi Guajira bella, mi Guajira grande, Colombia es un pulpo desaforado, mi Colombia es un pulpo desaforado”.
La riqueza de esta “mujer” es tal que todos parecen codiciarla, como un diamante en bruto al que él bien conoce: “Como un millón de pescado en tiempos de subienda y parece un caballo desbocado, y parece un caballo desbocado, con un jinete malo sin quien lo detenga. Y ese jinete viene enamorado y porque es india cree que esta de venta. Y ese jinete viene enamorado y porque es india cree que esta de venta”.
Sin embargo, antes del último verso, Marín, para quien aún no ha entendido, señala directamente a ese que busca aprovecharse de La Guajira: “Claro tiene el gas que es una ganga, la sal de Manaure y su carbón piedra, pa’ los gringos su carbón de piedra, pa’ los yankees su carbón de piedra, pa’ los onos su carbón de piedra, para los japoneses su carbón de piedra, pa’ los sudafricanos su carbón de piedra y pa’ nosotros, que comamos piedras”.