Un verdadero agite político ha vivido el país en la última semana, después de que se reavivaran las supuestas intenciones del Gobierno nacional, encabezado por el presidente Gustavo Petro, para continuar en el poder por más tiempo, además de aprobar sus reformas ante la renuencia del Congreso de la República.
Sin embargo, en medio de una entrevista que concedió el primer mandatario a Cambio, aclaró sobre la posibilidad de continuar en la Presidencia de la República una vez culmine su periodo electoral el 7 de agosto de 2026.
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De hecho, Petro aseguró que han intentado compararlo con expresidentes de Colombia que lograron quedarse por cuatro años más en el cargo más importante del país para continuar con su proyecto político, una vía que no pretende continuar. Sin embargo, el mandatario aseguró que no cohibirá ninguna expresión de apoyo a su Gobierno.
“Yo no voy a prohibir que la gente se exprese. Mucha gente querría que yo pudiera reelegirme, tal cual lo hizo Juan Manuel Santos, que ahora convoca un golpe de Estado, o el señor Uribe que también convoca un golpe de Estado. Ellos fueron los que se reeligieron. Lo hicieron cambiando un articulito. Yo estaba allí como congresista y voté en contra. ¿Entonces si yo mismo he votado en contra de la reelección, por qué ahora la querría? Jamás he planteado que se me reelija. A mí eso no me interesa”, expresó a la revista.
Y es que el presidente fue duramente criticado por no desautorizar las palabras de congresistas como la senadora Isabel Zuleta, quien aseguró que estaban trabajando para conseguir su reelección, o del representante a la Cámara David Racero que planteó la posibilidad de extender el periodo presidencial dos años.
De hecho, existen especulaciones sobre la creación de un decreto para convocar a una Asamblea Nacional Constituyente y así aprobar las reformas y de paso extender el periodo legislativo, por lo que el presidente dejó claro que su propósito no es diferente al de hacer cumplir las normas ya existentes e impulsar los cambios sociales desde la institucionalidad.
“A mí no me interesa eso. A mí me interesa que el Estado le cumpla al pueblo de Colombia. Que el Estado le cumpla a la paz de Colombia. No puede seguir siendo tradición un Estado que incumple su palabra. Esa es la única manera de construir la paz y de construir una nación. Es el contrato social de convivencia. Si no se cumple con los contratos de convivencia, lo que viene es la violencia. Eso ha pasado con los incumplimientos a los acuerdos de paz”.
Respecto a la convocatoria de una Asamblea Nacional Constituyente, el primer mandatario negó haberla promovido. Por el contrario, Gustavo Petro aseguró que sus palabras fueron malinterpretadas y que su misión es la de despertar a la población colombiana para hacer uso de sus derechos, en caso tal de que se haya visto vulnerada por los intereses de las élites políticas.
“La Constitución de Colombia establece las formas de cambiarse. Puede ser por el Congreso, en acto legislativo, a través de referendo constitucional, o por una Asamblea Nacional Constituyente. Ahí está escrito en sus artículos. Yo no he hablado de los medios, sino del contenido. Lo que he dicho es qué significa que el pueblo se declare en poder constituyente. Esa es una actitud de la población, no un medio. La Constitución dice que el poder emana del pueblo. Hoy se extrañan de que un presidente convoque el poder constituyente, de que le diga al pueblo que decida, que adquiera las formas organizativas, la decisión y la voluntad para expresarse. Eso es democracia”, aseguró Petro a Cambio.
Durante su extensa entrevista con el medio nacional, Gustavo Petro también abordó temas críticos sobre su gestión, la relación con el Congreso y la corrupción en su administración, defendiendo su posición ante las múltiples críticas surgidas durante su mandato.
El presidente comenzó refutando las acusaciones de interpretar el voto negativo del Congreso como un golpe de Estado. “Golpe blando es derrocar un gobierno. Eso no tiene que ver con las reformas” aseguró. Según él, algunas fuerzas políticas están invitando al Congreso a participar en un plan de derrocamiento, un argumento que distanció de la falta de apoyo a las reformas propuestas, como la de salud.
Respecto a la situación de la reforma de la salud, Petro afirmó que “la reforma que se propuso, que plantea un modelo de salud preventiva, ha pasado por la Cámara, por infinidad de debates”, lamentando que, después de dos años de trabajo, la propuesta fuera rechazada en último debate por intereses políticos vinculados con EPS internacionales. Según el presidente, esto ha perpetuado privilegios basados en dinero público.
En otro fragmento de sus declaraciones, el primer mandatario ahondó en los desafíos enfrentados por su administración al tratar de implementar un modelo de salud parecido al que promovió durante su tiempo como alcalde de Bogotá. “En mi alcaldía implementamos un sistema preventivo de salud con equipos médicos, con visita casa por casa a los barrios, 800.000 familias, 3.800.000 personas lo vivieron”. Sin embargo, admitió dificultades al trasladar este modelo a nivel nacional debido a la corrupción y obstáculos estructurales.
Petro no eludió la conversación sobre los escándalos de corrupción que han salpicado su administración, como el caso de la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo (Ungrd). “Mi actividad todos los días es impulsar los programas del Gobierno. Incluso descubrir los entuertos”, aseguró el mandatario, reconociendo la responsabilidad política sobre estos hechos y asegurando que actúa inmediatamente ante denuncias serias.
Sin embargo, defendió su gestión contra los bloqueos internos, asegurando su trabajo fue siempre en aras de impedir que el Estado siga perdiendo dineros producto de la corrupción. “Duramos dos meses con el presupuesto bloqueado. Y no lo bloqueó ningún ministro, lo bloquearon una serie de funcionarios que creen tener el poder al interior de los gobiernos”, señalando la lucha para desmantelar la corrupción endémica en el aparato estatal.
Sobre las acusaciones de ineficiencia pública, Petro respondió que los índices de ejecución bajos reflejan la eliminación de prácticas corruptas, como guardar fondos en bancos para inflar cifras de ejecución: “Consistía en pasar la plata del ministerio a un fondo fiduciario. Es decir, guardarla en un banco. Nosotros prohibimos esa maniobra”.