No lo bote: así puede reutilizar el “cuncho” del café

El café es una de las bebidas más consumidas en Colombia y, por supuesto, en el planeta entero, lo que lleva a una disposición masiva de sus residuos. De hecho, datos de la ONU indican que los residuos de la bebida, si se gestionan de manera incorrecta, emiten metano, un gas de efecto invernadero significativo para el cambio climático.

Por eso, mientras más casero sea el modo de preparación de la bebida, más sencillo es tener el control del grano molido que queda después de filtrar el café, que en Colombia es denominado en el jerga cotidiana como “cuncho”.

Ahora puede seguirnos en nuestro WhatsApp Channel y en Facebook.

Según el portal de información cafetera Perfect Daily Grind, “la industria del café, como muchas otras, está vinculada a la contaminación ambiental. Se estima que para preparar una taza de café solo se utiliza el 5% del peso de la cereza (semilla), entonces, ¿qué sucede con el 95% restante?”, cuestionó la plataforma.

De acuerdo con lo que publicó Caracol Radio, el excedente del total del grano de café es el 60%, en forma de pulpa y cáscara. Por consiguiente, hay empresas que se dedican a proponer distintas estrategias para la reutilización del café desechado. Sanam Company es una de ellas y se destaca por sus prácticas sostenibles y su correspondiente difusión.

Ha transformado los residuos del café en alimentos funcionales, nutrientes concentrados y fertilizantes. Su objetivo es convertir el 100% de estos residuos en recursos beneficiosos, informó la Universidad del Externado.

Como afirmó el portal experto en café, “los posos de café (también llamados borra, broza, ripio, cuncho) son los residuos que quedan en el filtro o en la manga de tela que se utiliza para colar el café. Los consumidores con afinidad a la economía circular los reutilizan, generalmente, como abono para las plantas o como exfoliante para la piel”.

En este contexto, ecologistas y científicos han puesto en práctica y en recomendación varios usos prácticos para el poso del café. Ecología Verde menciona que estos desechos pueden enriquecer y nitrogenar la tierra al añadirse al compost, por ejemplo. “Abonar con compost regularmente mezclando el café con la tierra y el mantillo vegetal puede reducir la necesidad de abono convencional, e incluso hacerlo innecesario”, es lo que dice el medio.

La explicación es que, debido a su alto contenido de nitrógeno, los residuos de café son ideales para generar una recuperación de la calidad del suelo en jardines y huertos.

Pero no solo se trata de botar el desecho a la tierra o al agua. Dolores del Castillo, investigadora del Consejo Superior de Investigaciones Científicas de España, citada por el portal internacional, afirmó que “verter a los ríos o al medio ambiente productos que pueden degradarse, porque son materias orgánicas y pueden provocar contaminación u otro tipo de problemas no es lo adecuado. Lo adecuado es valorizarlo, reconvirtiéndolo en un nuevo producto que tenga margen de beneficio”.

En ese sentido, un uso creciente del ‘cuncho’ es en el ámbito artístico. El caso del artista Ghidaq al-Nizar muestra cómo las gotas y restos de café se pueden utilizar para crear obras en lienzos no tradicionales como cerámicas, platos y hojas secas. Esto abre nuevas posibilidades para el arte sostenible, por ejemplo.

Con el propósito de reducir el uso de desechables, ITM y Colcafé desarrollaron un vaso biodegradable a partir de cascarilla de café. Este avance, patentado por la Superintendencia de Insutria y Comercio, busca aprovechar las 200.000 toneladas de cascara que produce Colombia anualmente y disminuir el consumo de 5.000 millones de desechables en el mismo periodo, según informes presentados por las entidades.

Por otro lado, Caracol Radio también informó sobre Reconversión Circular, una startup colombiana de Investigación y Desarrollo, ha trabajado en la creación de materiales innovadores a partir de residuos de café. Han desarrollado técnicas de bajo costo para transformar estos residuos en materias primas para varias industrias, incluida la de plásticos y construcción. “Con los residuos del café han creado telas de 1 milímetro de espesor y placas flexibles o rígidas para productos como bolsos” destacó em emprendimiento.

Pero una aplicación adicional del poso de café es como repelente de insectos. Medical News Today explica que el café contiene diterpenos, sustancias tóxicas para los insectos, lo que lo hace eficaz como repelente en jardines, por ejemplo.