Dentro de las fueras militares hay descontento por el reciente nombramiento de Luis Emilio Cardozo como nuevo comandante del Ejército Nacional.
El general, que se encontraba en retiro desde que Gustavo Petro llegó a la presidencia de la República en el 2022, fue reintegrado a la institución y asumirá la comandancia en un hecho nunca antes visto en el país.
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El comandante Cardozo reemplazará al general Luis Mauricio Ospina en el direccionamiento de las unidades militares y tendrá como uno de los principales objetivos recuperar la caótica situación de seguridad que viven en el departamento del Cauca.
En medio de la confusión por la llegada del militar, que en su momento fue cercano con el general en retiro Eduardo Zapateiro, se ha conocido que Cardozo tiene asuntos pendientes con la justicia.
En información revelada por la prensa se conoció que el nuevo comandante del Ejército enfrenta varios procesos judiciales que actualmente están activos y siendo investigados por la Fiscalía General por posibles delitos contra la administración pública y falsedad ideológica en documento público.
Los procesos que se encuentran en el ente acusador bajo los radicados 027, 059 y 086, no tendrían que afectar el nombramiento de Cardozo, así como fue explicado desde la institución al medio de comunicación Semana, de acuerdo con la información antes de hacer la designación del nuevo comandante fue realizado un estudio que detalló su historial profesional y si había alguna clase de impedimento.
“Es de resaltar que, antes de que el señor presidente de la República lo designara como comandante del Ejército, estudiaron de manera detallada y minuciosa su hoja de vida, así como sus antecedentes penales, disciplinarios y fiscales, y no encontraron situación que le impidiera ejercer mencionado cargo”.
De igual manera fue explicado por la institución al medio citado que los hechos que condujeron al nombramiento surgieron de unos estudios de ascenso realizados dentro de la institución a través de comités designados por el Comando de la Fuerza y que serán los entes encargados de definir el estado del nuevo comandante del Ejército.
“Se han hecho consultas internas, y frente a lo que informa es importante precisar que los hechos se derivaron de unos estudios de ascenso que se hacen al interior de la institución por intermedio de unos comités designados por el Comando de la Fuerza, de los cuales hizo parte en calidad de presidente; de esta actividad, tres militares inconformes con su no consideración a ascenso presentaron denuncia ante los entes competentes, quienes serán los encargados de adoptar la decisiones que en derecho correspondan”.
Precisamente al interior de la institución hay algunos sectores que están inconformes debido a que no se tuvieron en cuenta a militares activos a la hora de la designación de un nuevo comandante. Pese a que no se ha puesto en duda las capacidades de Cardozo en el direccionamiento del Ejército Nacional, si resulta extraño que tras más de un año de inactividad sea nuevamente reintegrado para ahora comandar a todos los uniformados de la institución.
El uniformado que se retiró siendo jefe del Estado Mayor de Operaciones y que ahora comandará la institución ha tenido importantes roles, como comandante de la División de Aviación de Asalto Aéreo y de la Octava División, operativa en zonas complejas como Arauca, Casanare, Vichada, y Guainía. Su carrera incluye posiciones como jefe de la oficina de planeación en la Dirección de Sanidad y segundo comandante del Batallón Francisco Javier Cisneros.
Además posee varios cursos en ingeniería de obras civiles y militares, una maestría en seguridad y defensa nacional. Ha lo largo de su carrera ha recibido varias medallas, incluyendo la del servicio distinguido a las Fuerzas Militares.
El general Cardozo había salido en agosto del 2022, cuando Gustavo Petro se posesionó como jefe de Estado. Varias versiones señalaron que su salida se habría dado por la cercanía con el excomandante Zapateiro y su distanciamiento con el Gobierno del Pacto Histórico, pero ahora su llega está marcada dentro de un suceso único y controvertido en los últimos 60 años de historia del Ejército Nacional.