El 9 de mayo, el Gobierno de Colombia solicitó a España la devolución del Tesoro Quimbaya, una colección de piezas precolombinas actualmente custodiada por el Museo de América en Madrid. La petición fue realizada mediante una carta firmada por el ministro de Cultura, Juan David Correa, y el canciller Luis Gilberto Murillo.
En el documento, las autoridades colombianas argumentan que la restitución de las piezas reafirmaría la soberanía cultural del país y se ajusta a la política española de “descolonización de los museos” anunciada en enero de 2024. La Corte Constitucional de Colombia ya había fallado a favor del ciudadano Felipe Rincón en 2006, quien alegó que la donación del tesoro en 1893 violó la Constitución de 1886. A pesar de ello, solo hasta ahora se ha avanzado en el reclamo.
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El Parlamento de España fue escenario este martes 28 de mayo de un enfrentamiento entre el Gobierno de izquierda y la oposición de derecha debido a la reclamación de Colombia para que se devuelva el Tesoro Quimbaya.
El ministro español de Cultura, Ernest Urtasun, de la formación de izquierda Sumar, y la senadora del Partido Popular, María José Ortega, se acusaron mutuamente de no defender los intereses de España. Todo ello a raíz de una pregunta al Gobierno sobre la solicitud que el Ejecutivo colombiano hizo de manera oficial para la devolución de una colección de 122 piezas de orfebrería datadas entre los siglos IV y VII, que fue entregada a la reina regente de España, María Cristina de Habsburgo-Lorena, por el presidente colombiano Carlos Holguín Mallarino en 1893.
Según documentos históricos, esta entrega se dio en agradecimiento por los servicios arbitrales de España en un conflicto fronterizo con Venezuela. La colección original, que incluye 433 elementos, fue adquirida por el Gobierno colombiano para una exposición en Madrid, con motivo de la conmemoración de los 400 años de la llegada de los españoles a América.
La senadora Ortega pidió al ministro que dejara de “reescribir la historia y desacreditar la titularidad española” sobre el tesoro. Ortega resaltó que la “política de descolonización de los museos” anunciada por Urtasun es “un absoluto despropósito” y afirmó que no debería “alimentar la leyenda negra” contra la época colonial española en América. En respuesta, Urtasun afirmó que entre sus funciones como ministro no está “reescribir la historia” e indicó que las relaciones con el Gobierno colombiano son “excelentes”. Además, anunció una revisión de los museos estatales para “superar el marco colonial” en colecciones como la del Museo de América.
Ortega insistió en que la labor del ministro debe ser la de “defender nuestro patrimonio de forma rigurosa y seria, con responsabilidad histórica”. En sus palabras, “para enfrentar el futuro hay que conocer nuestro pasado, no manosearlo ni manipularlo, ni alterarlo de forma unilateral, al margen de historiadores, técnicos y expertos”.
Por su parte, el director del Museo de América, en declaraciones a la prensa, se mostró dispuesto a revisar la solicitud, pero destacó que la devolución no es obligatoria y que el Tesoro Quimbaya no es considerado fruto de expolio ni abuso. De otro lado, el ministro de Cultura español afirmó que no existen dudas sobre la titularidad ni la legalidad de la obtención del tesoro.
La Corte Constitucional de Colombia declaró en 2017 que la donación fue ilegal al no contar con la aprobación del Congreso colombiano. En una entrevista con BBC Mundo, el ministro Correa señaló que la devolución del tesoro sería un acto de reparación histórica con los pueblos originarios de Colombia y destacó las “condiciones absolutamente anómalas y secretas” bajo las cuales se realizó la donación. De lograrse la restitución, se considera que las piezas podrían ser exhibidas en un museo arqueológico en Pereira.
El Tesoro Quimbaya fue descubierto en 1890 por guaqueros locales en el municipio de Filandia, Quindío. Las piezas halladas representan un valioso testimonio del periodo Quimbaya clásico, anterior a la llegada de los europeos en el siglo XVI. Además de las piezas en Madrid, otras 74 se encuentran en un museo de Chicago, mientras que el paradero de cientos de elementos sigue sin determinarse.
Este hallazgo arqueológico fue ampliamente difundido en la prensa colombiana de la época, destacando su valor histórico y económico. Documentos del archivo del Banco de la República describen el descubrimiento como de “valor inapreciable y fabuloso”.