El frente 33 de las disidencias de las Farc inauguró el fin de semana un puesto de salud en Puerto Barranca, corregimiento del municipio de Tibú, Norte de Santander.
Este centro cuenta con instalaciones para odontología, medicina general y ginecología, y fue presentado a la comunidad a través de una serie de actividades que incluyeron torneos de microfútbol, comida, y actos culturales según informó La W.
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Alfonso Holguín, presidente de la Asociación Nacional de Víctimas del Catatumbo, expresó en la emisora su preocupación sobre el riesgo en que se pone a la población civil al aceptar obras provenientes de grupos armados ilegales.
“No es nuevo que las disidencias de las Farc realicen este tipo de obras en la región”, explicó Holguín, “pero siempre hay temor por la seguridad de las personas que participan en estos eventos organizados por grupos al margen de la ley”.
El centro en sí está bien equipado, y aparentemente cumple con los estándares para brindar servicios médicos esenciales a la comunidad local. Holguín cuestiona: “¿Qué implicaciones tiene para el Estado y para la población que estos servicios provengan de grupos al margen de la ley?”.
Según Holguín, la creación de infraestructura por parte de estos grupos busca afianzar su presencia y control en la región, un territorio históricamente disputado por varios actores armados. Además, enfatizó la falta de acción de la fuerza pública y autoridades locales: “No hemos visto un pronunciamiento claro de las autoridades, ni del alcalde ni nada, sobre estos hechos, lo cual resulta alarmante”.
El evento de inauguración del puesto de salud Tercio Vélez destacó por la amplia participación de la comunidad, incluidos presidentes de juntas de acción comunal y población civil. Según lo conocido por La W, este centro de salud es tan solo una de varias obras que estos grupos han realizado para ganar legitimidad y apoyo popular ante la ausencia del Estado colombiano en la región.
A pesar del cautiverio institucional, Holguín recalcó la necesidad urgente de inversión estatal para evitar que los grupos armados continúen suplantando al Estado en estas comunidades. La polémica radica en que estas acciones socavan la autoridad estatal y, al mismo tiempo, exponen a la población civil a riesgos elevados de violencia y conflicto.
Historias similares ocurrieron en Puerto Barranca en diciembre pasado, cuando varios niños recibieron regalos de Navidad y kits escolares de parte de las disidencias. Estas iniciativas parecen formar parte de una estrategia más amplia para ganarse la confianza de la comunidad local.
La preocupación aumenta ya que el Departamento Norte de Santander sigue siendo una zona de difícil acceso y conflicto, con el Catatumbo como uno de los lugares más afectados por la violencia armada. A su vez, la Comisión de Derechos Humanos del Senado de Colombia también ha señalado la urgencia de avanzar en las negociaciones de paz para reducir la influencia de estos grupos en el territorio.
Mientras tanto, la comunidad de Puerto Barranca se beneficia de un centro de salud que esperan sea operado con personal médico enviado por el gobierno local y nacional. Sin embargo, la dualidad de recibir ayuda de grupos armados ilegales sigue siendo un tema controvertido y fuente de preocupación tanto para las autoridades como para la población civil.
La inauguración plantea un debate sobre la soberanía y la seguridad en estas regiones remotas. Para Holguín, “el Estado debe tomar medidas inmediatas para garantizar que la población reciba estos servicios de fuentes legítimas y seguras”.
Es de resaltar, que de acuerdo con lo dicho por el representante de las víctimas, la inauguración del centro de salud en Tibú no solo aborda una necesidad sanitaria, sino también una cuestión de seguridad y legitimidad institucional. La comunidad ha ganado un servicio, pero el país enfrenta una encrucijada en términos de control territorial y legitimidad. “Es fundamental que el Estado recupere el control y la confianza en estas áreas, asegurando que ningún grupo armado ocupe el rol que le corresponde a la institucionalidad”, concluyó Holguín.