Con pancartas en las que dicen ser la voz de los peludos y se dirigen a la empresa de energía eléctrica, Enel, algunos vecinos de la localidad de Usaquén, en el norte de Bogotá, estuvieron protestando la mañana del lunes 27 de mayo por la muerte de una perrita que recibió una descarga eléctrica mientras paseaba con su dueño.
“La justicia para los peludos electrocutados es un llamado a la acción”, se lee en su consigna, sobre el incidente ocurrido en la calle 191 con carrera 19, a pocos metros de un colegio.
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Juan Felipe Sánchez, cuidador de ‘Coffe’, como se llamaba el perro, denunció en entrevista para el matutino de Arriba Bogotá cómo “el pasado miércoles, 15 de mayo, sobre las 9:30 de la mañana, transitaba por esta ciclovía con mi mascota ‘Coffe’, de nueve meses, cuando, de repente, escuché un chillido. Ella se quedó quieta, tensionada y yo me acerqué para ver que pasaba, entonces noté que estaba sufriendo una descarga eléctrica”.
Como pudo, la retiró del poste, aunque también sintió la corriente, y trató de reanimarla, pero la descarga fue de tal magnitud que la bulldog francés murió en el lugar.
Según comentó el residente local Horacio Estrada, en conversaciones con el medio citado, “hay varios vecinos que se vienen quejando de la misma situación, en varios puntos de la localidad y de la ciudad. Es un llamado que se asemeja a la frase: prevenir es mejor que lamentar. Esperamos que esto no vuelva a suceder con nuestras mascotas”.
Enel respondió que una vez conocieron el caso de ‘Coffe’ “se identificó que la afectación fue consecuencia de un intento de hurto a una lámina de alumbrado público, que generó un contacto eléctrico en momento de lluvia. A la fecha, la infraestructura se encuentra normalizada, puesto que se realizaron los trabajos necesarios para mitigar los posibles riesgos a la comunidad”.
Pero el suyo no es el primer ni el único caso en el que una mascota se vio acatada por las condiciones de infraestructura en este sector. Por lo menos desde hace un año, otras mascotas habrían recibido descargas al transitar por la ciclorruta cuando el piso está mojado.
De ahí que Sánchez rechazara “rotundamente la respuesta que Enel ha generado para la ciudadanía; ya que mucha gente nos escribió dándonos su testimonio, compartiendo con nosotros que es una problemática que se registra hace bastante tiempo. En agosto del 2023 ocurrió lo mismo a una vecina y la respuesta de Enel fue que sus postes estaban en optimas condiciones y no representaban un riesgo para la comunidad. Fue hace bastante tiempo, entonces no entendemos por qué no se ha responsabilizado ni se ha apropiado del tema”.
También en el parque de la 93 un poste de luz estaría afectando a las mascotas que pasean por la acera en días lluviosos
En el pasado puente festivo de mayo, una perra de raza presa canario, al cuidado de la creadora de contenido bogotana Sarah Harb, sufrió una descarga eléctrica tras pasar por un charco en el sector de la 93. La mascota mostró signos de temor y temblores inexplicables después del incidente.
En declaraciones, Sarah Harb explicó que se había refugiado con su madre y su mascota en un establecimiento cercano debido a la lluvia. Al regresar a casa y pasar frente al Crepes & Waffles de helados, la perra comenzó a llorar y a revolcarse. Los comensales en la terraza del restaurante les advirtieron que debían moverla, argumentando que había un problema eléctrico en la acera.
“Cuando ya por fin la corrimos y se mantuvo en pie sobre el tramo de andén que estaba seco, nos explicaron que justo en frente, en el sendero peatonal, hay un choque eléctrico o algo pasa con la energía en esa zona”, denunció.
Y, además, logró determinar que durante los días lluviosos los charcos se cargan eléctricamente en esta zona, lo que provoca descargas en las mascotas, y aunque no resultan mortales, sí son dolorosas.
Los humanos no sienten la descarga debido a que llevan zapatos, pero los perros sí. Harb informó que este problema ha sido reportado varias veces a la Alcaldía y a la empresa de energía sin obtener respuesta.
En la publicación de Sarah Harb, otros residentes compartieron experiencias similares con sus mascotas en el sector. Se mencionó que las oficinas de Enel están ubicadas a una cuadra del parque de la 93, pero el problema persiste, afectando tanto a mascotas como a posibles transeúntes descalzos.
“Irónico que las oficinas de Enel quedan a una cuadra del parque de la 93″, “Jack, mi perrito, se ha electrocutado varias veces y siempre teme pasar por ahí”, “Podría también pasar un habitante de calle descalzo y sufrir la descarga”, “Pasé por lo mismo con mi perrita, pero no sabía por qué”, “Me pasó lo mismo. Mi perrita lloraba y saltaba desesperada. Esto es muy grave”.