El reciente informe de TransUnion arrojó una inquietante perspectiva sobre el estado del crédito en Colombia, evidenciando un aumento en las tasas de morosidad y una caída en el desembolso de nuevos créditos, profundizando la preocupación por la situación económica del país.
En el primer trimestre de 2024, las tasas de morosidad grave, es decir, aquellas con atrasos en los pagos de 60 días o más, mostraron un incremento en la mayoría de los productos crediticios. Los créditos de libre inversión a plazos fueron los más afectados, con un aumento de 357 puntos básicos (pbs) respecto al mismo periodo del año pasado.
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Los microcréditos y créditos de vehículo también registraron incrementos significativos en la morosidad, con aumentos de 283 pbs y 262 pbs, respectivamente.
Virginia Olivella, directora senior de Investigación y Consultoría de TransUnion Colombia, atribuyó este deterioro al incremento en la deuda de los consumidores, provocado por el aumento en el costo de vida y el endeudamiento.
“El aumento de la deuda de consumo ha ejercido presión sobre el ingreso disponible de los colombianos, afectando su capacidad para cumplir con sus compromisos de pago y ha sido una preocupación constante desde 2022″, destacó Olivella.
Según datos de la Superintendencia Financiera de Colombia, hasta el 24 de abril, la cartera de créditos del país alcanzó los 686 billones, con un total de 434.000 créditos aprobados. De estos, 35 billones están en mora y 67 billones representan cartera en riesgo. El indicador de calidad por mora se sitúa en 10,87%, por encima del 10,59% registrado en enero, mientras que el indicador de calidad por riesgos subió de 9,56% al inicio de 2024 a 9,77% al cierre del primer trimestre.
El informe de la Superfinanciera indicó que este incremento en el porcentaje de créditos en mora refleja un aumento en los préstamos impagos dentro del plazo previsto, elevando el riesgo de que las entidades financieras no recuperen los fondos prestados. Este deterioro en la calidad de la cartera sugiere un incremento en el riesgo de incobrabilidad, lo cual genera pérdidas para las entidades financieras y afecta negativamente la estabilidad del sistema financiero.
En El Colombiano, Juan David Ballén, director de Análisis y Estrategia de Casa de Bolsa SCB, observó que aunque las tasas de interés han disminuido, siguen en niveles elevados, y la desaceleración económica ya está afectando la creación de empleo.
Por su parte, Carolina Monzón Urrego, gerente de Investigaciones Económicas de Itaú Colombia, corroboró que en los últimos meses se ha acelerado el deterioro de la cartera de crédito debido, en primer lugar, a ciclos de crédito con crecimiento de doble dígito en años anteriores, resultando en un deterioro rezagado.
Monzón añadió que el consumo y la actividad de los hogares se están desacelerando considerablemente, lo que puede incrementar aún más la morosidad de los préstamos. “Es importante seguir monitoreando el deterioro del crédito en la medida que un posible aumento en las tasas de desempleo podría ejercer mayor presión sobre la mora de los préstamos”, advirtió.
“El consumo privado y la inversión se están desacelerando debido a las condiciones monetarias aún restrictivas, lo que impacta la actividad económica. En este contexto, seguimos observando cautela en cuanto a la oferta de nuevo crédito, así como cautela por parte de los consumidores hacia la deuda, lo que plantea un desafío de crecimiento para las entidades de crédito... Al mismo tiempo, la morosidad sigue deteriorándose en los principales productos crediticios”, comentó Olivella.
El informe de TransUnion finalizó indicando que la situación económica actual, marcada por la incertidumbre y tasas de interés altas, sumada a una lenta reducción de la inflación, está impactando de manera adversa el consumo privado y la inversión.