Ante la temporada de lluvias en Colombia, se han reportado emergencias en diversas regiones; sin embargo, en la costa Caribe el intenso calor sigue siendo predominante.
Barranquilla y otras áreas del norte del país están registrando temperaturas superiores a los 37 grados Celsius, según el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam).
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De acuerdo con la institución, seis municipios superan estas altas temperaturas, con registros que, incluso, alcanzan más de 38 grados Celsius en Valledupar el 19 de mayo.
Esta situación ha servido para que en esta zona, los vendedores ambulantes hayan incrementado sus ventas de limonada, vendiendo entre 150 y 200 vasos al día debido a la alta sensación térmica.
Tatiana Sierra, jefa de la Oficina del Servicio de Pronósticos y Alertas del Ideam, explicó en Red+ Noticias las causas del fenómeno en la costa. “Pasó una alta presión en el Caribe, dentro del Océano Atlántico. Esto genera que no haya tanta nubosidad, lo que permite una alta radiación y, por ende, una sensación térmica muy alta”, afirmó Sierra.
Además, Mariauxi González, magister en Biología, señaló que las condiciones de humedad elevada y los vientos débiles amplifican la sensación de sofocación en la capital del Atlántico. Esta combinación de factores meteorológicos ha creado un entorno de calor extremo en la región.
La situación es particularmente notable dado que, en otras partes de Colombia, las lluvias prevalecen, generando contrastes climáticos significativos en el país. Los informes diarios del Ideam continúan monitoreando y actualizando las condiciones meteorológicas en la región norte del país.
Protección ante el calor extremo en la Costa Caribe colombiana: Barranquilla lidera medidas
En la Costa Caribe de Colombia, los habitantes enfrentan temperaturas superiores a los 35 grados Celsius, según la Secretaría de Salud de Barranquilla. Esta intensa ola de calor representa un riesgo de sufrir trastornos como el golpe de calor, el cual puede provocar síntomas como sudoración, dolor de cabeza, palidez, deshidratación, baja tensión arterial e incluso pérdida de la conciencia.
En la capital del departamento del Atlántico se han tomado acciones para mitigar los efectos de las altas temperaturas. Por esa razón se recomienda a la población mantenerse hidratada con abundantes líquidos, tomar medicamentos si sufren de hipertensión, no exponerse al sol entre las 10:00 a.m. y 3:00 p.m., permanecer en lugares frescos o a la sombra, aplicarse protector solar y usar ropa adecuada, como gafas, gorras o sombreros.
Las altas temperaturas pueden causar diversas enfermedades, incluyendo dolores de cabeza, resfriados por cambios bruscos de temperatura, irritación de la piel por exceso de sudoración, agotamiento por deshidratación, mareos, visión borrosa, tambaleo postural y taquicardia.
Otra preocupación para los habitantes de la Costa Caribe es el consumo elevado de electricidad debido al uso intensivo de ventiladores y aires acondicionados. Esto podría traducirse en un incremento significativo en las facturas de servicios públicos. “No nos vamos a morir del calor, sino del susto con las facturas de Air-e”, expresó un residente de Barranquilla.
El Ideam afirmó que La Niña podría replicar impacto devastador de 2010 en Colombia
El Ideam y el Ministerio de Ambiente alertaron sobre la posibilidad de que el fenómeno de La Niña se presente en Colombia durante el segundo semestre de 2024. Las autoridades predicen una probabilidad del 69% de que el fenómeno se manifieste entre julio y septiembre, con impactos significativos en la temporada de ciclones tropicales y la temporada de lluvias.
Este pronóstico recuerda los devastadores efectos de La Niña en 2010 y 2011, cuando, según la Organización Panamericana de la Salud (OPS), el fenómeno afectó al 60% del territorio colombiano, dejó más de 2,4 millones de damnificados y causó la muerte de 323 personas. Las pérdidas económicas y humanas fueron considerables, afectando servicios esenciales y obligando al Gobierno Nacional a declarar el estado de emergencia económica, social y ecológica.
En 2010 y 2011, las intensas precipitaciones causaron daños en múltiples sectores, incluyendo la infraestructura sanitaria, lo cual obstaculizó la atención a los damnificados. La OPS reportó un aumento en enfermedades como infecciones respiratorias agudas, diarreas, enfermedades de la piel, y casos de dengue y malaria. Los grupos más vulnerables fueron niños, adolescentes, mujeres embarazadas, ancianos y personas con discapacidad.
Para prevenir una repetición de estos efectos, la ministra de Ambiente, Susana Muhamad, subrayó la importancia de prepararse con anticipación. El Ministerio de Ambiente implementará medidas como el fortalecimiento de redes de monitoreo hidrometeorológico, la formulación de planes de acción para reducir los riesgos y la protección de ecosistemas estratégicos.
Entre las acciones previstas, se promoverá la rehabilitación y restauración de bosques de galería con especies nativas para minimizar amenazas de deslizamientos de tierra en las cuencas altas. Además, se recomienda a los Consejos Municipales y Departamentales de Gestión del Riesgo de Desastres monitorear el estado de las vías.
La preparación y prevención son cruciales para mitigar los impactos potenciales de La Niña en 2024, según las autoridades, quienes insistieron en la necesidad de seguir de cerca la evolución del fenómeno en los próximos meses.