De acuerdo con la Unidad Nacional para la Gestión del Riego de Desastres (Ungrd) un sismo es la liberación súbita de grandes cantidades de energía, que se representan a través de ondas que se desplazan por el interior de la tierra y que al llegar a la superficie puede ser percibida por las personas, animales y hasta estructuras.
Ante cualquier situación de riesgo que pueda poner en peligro la integridad de las personas y otros seres sintientes, es relevante seguir las siguientes indicaciones:
El Servicio Geológico Colombiano reportó un evento sísmico con magnitud 2.5, profundidad superficial, es decir, menor a 30 kilómetros, en Dabeiba, Antioquia.
Un nuevo movimiento telúrico se presentó en el territorio nacional, en esta ocasión la región del Meta fue en donde se sintió el sismo de magnitud 2.3
De acuerdo con el Servicio Geológico Colombiano el leve temblor fue superficial con epicentro en San Juan de Arama y ocurrió concretamente a la 1:09 p.m.
Desde el Servicio Geológico Colombiano (SGC) fue informado que ocurrió un sismo de magnitud 2.3 en el municipio de Piedecuesta departamento de Santander a las 11:22 a.m.
En caso de un sismo, siga estos pasos:
Es crucial tener un plan de emergencia y un kit de suministros con agua potable, alimentos no perecederos, linternas y baterías de repuesto.
Desde el Servicio Geológico Colombiano (SGC) se reportó un nuevo movimiento telúrico en el departamento de Santander a las 6:15 a.m. En el municipio de Cepitá se registró un sismo con una magnitud de 2.
¿Qué hacer ante una erupción volcánica?
Ante la posibilidad de erupción de algunos volcanes en Colombia, es crucial que los habitantes cercanos a estas áreas estén preparados y sigan ciertas recomendaciones para proteger su bienestar y seguridad:
Manténgase informado: siga las actualizaciones y alertas del Servicio Geológico Colombiano y las autoridades locales. Es fundamental estar al tanto de la situación actual del volcán y las indicaciones específicas para la comunidad.
Plan de evacuación: conozca y tenga claro el plan de evacuación establecido por las autoridades locales. Asegúrese de saber cuáles son las rutas de evacuación seguras y los puntos de encuentro.
Kit de emergencia: prepare un kit que incluya agua potable, alimentos no perecederos, una linterna con baterías de repuesto, un botiquín de primeros auxilios, documentos importantes, ropa abrigada y mascarillas para protegerse de la ceniza volcánica.
Protección contra la ceniza: en caso de caída de ceniza, use mascarillas y gafas de protección. Mantenga las ventanas y puertas cerradas para evitar que la ceniza ingrese a las viviendas.
Cuidado con los ríos: esté atento a los cambios en los ríos cercanos al volcán, pues una erupción puede provocar la crecida repentina de estos. Evite permanecer en las cercanías de ríos y quebradas.
Animales y cultivos: tome medidas para proteger a los animales y cubra los cultivos, dentro de lo posible, para minimizar el impacto de la ceniza.
Comunicación: mantenga un medio de comunicación confiable, como un teléfono móvil con batería cargada o un radio de baterías, para recibir información actualizada o instrucciones de las autoridades.
Colabore con la comunidad: la solidaridad y el trabajo en equipo son esenciales en situaciones de emergencia. Colabore con sus vecinos y siga las instrucciones de las autoridades locales para una evacuación organizada si fuera necesario.
Evite rumores: solo confíe en la información oficial proporcionada por las autoridades competentes. Los rumores pueden generar pánico innecesario.
Regreso seguro: no regrese a su vivienda hasta que las autoridades indiquen que es seguro hacerlo. Ingrese a las áreas afectadas solo después de recibir la autorización correspondiente.
Seguir estas recomendaciones puede ayudar significativamente a mitigar los riesgos de la actividad volcánica y proteger la vida y propiedades de los habitantes.
A las 12:02 de la medianoche el SGC registró un sismo de 2,8 grados y con una profundidad superficial de menos de 30 kilómetros, cuyo epicentro se dio en el océano Pacífico, en costas colombianas.
El violento movimiento telúrico que sacudió a Cúcuta en 1875, conocido también como el Terremoto de los Andes, se produjo el 18 de mayo de ese año, registrando una intensidad de entre 7.5 y 8.5 en la escala de Richter, el más fuerte de la historia en Colombia. Este fenómeno afectó no solo a la capital nortesantandereana, sino también al estado de Táchira en Venezuela.
Aunque algunos sostienen que el sismo causó hasta 3.000 muertes, reportes indican que en Colombia, especialmente en la zona afectada, se contabilizaron 461 víctimas fatales. A raíz del terremoto surgieron fuentes de aguas termales en los sitios que hoy se conocen como “Agua Hedionda”, “El Tampaco” y “Aguas Calientes”.
El devastador terremoto que ocurrió a las 8:12 de la mañana del 31 de marzo de 1983, en la capital del Cauca, provocó la adopción de la primera norma de sismorresistencia en Colombia, según explicaron en un artículo del SGC por la conmemoración de esta tragedia en la que perdieron la vida 250 personas.
La destrucción causada por el sismo, con una magnitud de 5,6 grados y una profundidad superficial de 15 kilómetros, resultó en que el 90 % del centro histórico de la ciudad fuera arrasado, mientras que en todo el departamento 5.000 edificaciones quedaran en ruina, agregaron desde la entidad.
El Servicio Geológico Colombiano consultó a Fernando Díaz, ingeniero y experto en Amenaza y Riesgo Sísmico, quien recordó que en la década de 1980 se estaban recopilando normativas para que las edificaciones en el país pudieran soportar los sismos frecuentes, pero la tragedia en Popayán aceleró ese proceso.
“Para inicios de los años 80, la Asociación de Ingeniería Sísmica (AIS), conformada por profesores de varias universidades del país y expertos capacitados en el exterior, habían adelantado la adaptación de normas internacionales”, puntualizó.
Agregó que luego de ese terremoto, el Gobierno del entonces presidente Belisario Betancur expidió un decreto de emergencia para adoptar rápidamente los criterios de construcción sismorresistente de la AIS, para que en 1984 se expidiera el Código Colombiano de Construcciones Sismo Resistentes.
“Esta norma se ha ido actualizando y hoy la conocemos como NSR-10. Por eso, en este aniversario, recordamos la importancia del cumplimiento de esta normativa, ya que es apremiante en el diseño y construcción de todas las edificaciones, pues vivimos en un país sísmicamente activo (sic)”, destacaron en otra publicación en su cuenta oficial en la red social X.