El escritor, poeta y periodista colombiano Iván Beltrán Castillo es el autor de Un pereirano en Vietnam, las memorias de uno de los últimos sobrevivientes de una confrontación que enfrentó, en principio, a dos regiones de una misma nación, ubicada en la parte más oriental de la península Indochina, pero que terminó involucrando a diferentes países, incluyendo a China, Estados Unidos, Australia, España, Alemania, la entonces Unión Soviética y hasta latinoamericanos como Brasil, Ecuador, Chile, Cuba, Argentina y Colombia.
A pesar de estar ubicados en el otro lado del mundo, varios jóvenes colombianos participaron en las guerras de Corea (195- 1953) y Vietnam (1955- 1975), entre ellos Luis Guillermo Ruiz Pretell, un hombre, hoy con 80 años, nacido en el departamento del Tolima, pero que creció en Pereira, en la zona cafetera colombiana
Su historia, asegura Beltrán Castillo, tiene todos los ingredientes de una emocionante historia de aventura y suspenso, que enseña sobre la grandeza y las contradicciones de la naturaleza humana, con el agregado de que no se trata de una ficción. “Es una aventura vital absolutamente maravillosa, tan maravillosa que al ser contada, se convierte en una novela de no ficción, en una novela de aventuras, con muchísimo suspenso y todos los ingredientes fascinantes que una ficción cinematográfica o literaria pueden tener”, señala.
A mediados de la década de los años 60 el joven colombiano Luis Guillermo Ruiz Petrell, nacido en un hogar tradicional, en medio de una cultura conservadora, en “castigo” por no haber terminado la carrera de Medicina, como aspiraba su familia, y con el ánimo de darle fin a un amor que, para sus padres, habría distraído al muchacho del que debería ser su destino, fue enviado a vivir a los Estados Unidos, a donde Ruiz llegó sin hablar inglés y con el corazón roto, tratando de encontrar cuál era su verdadera vocación profesional
Tras vivir en Massachusetts y California, en una noche de fiesta y claramente ebrios, Ruiz y algunos de sus amigos de entonces acuerdan enlistarse para ser enviados a la guerra en Vietnam.
Durante la década de los años 40, el líder vietnamita Ho Chi Minh , al frente de la llamada Liga para la independencia de Vietnam, el Viet Minh, con el apoyo de la Unión Soviética y China, se enfrentó al dominio colonial de Japón, primero, y luego a Francia, en búsqueda de su independencia. Francia, apoyada por Estados Unidos, fue derrotada en 1954 y obligada a firmar el Acuerdo de Ginebra que estableció temporalmente una línea de demarcación territorial que dividía Vietnam entre las fuerzas militares francesas y las tropas de Ho Chi Minh.
Sin embargo, Vietnam del Norte intentó unificar todo el país bajo un único régimen comunista, con el apoyo de la Unión Soviética y China, que enviaron armas y suministros, a lo que Estados Unidos respondió con el traslado de más de 550.000 militares norteamericanos. Hacia fines de 1960, Vietnam del Norte contaba con el apoyo en el sur del Frente de Liberación Nacional (FLN) y el Vietcong, organizaciones políticas de masas con ejército propio que buscaban acabar con el régimen democrático del país.
En 1961, el entonces presidente de Estados Unidos, John F. Kennedy, decidió incrementar el apoyo militar en Vietnam ante el temor de un avance comunista en la región. En medio de ese conflicto fue que Ruiz Pretell y sus amigos hicieron su particular compromiso impulsados por el alcohol, con la mala suerte para el colombiano de que es el único de su grupo que terminó en un avión con rumbo a Asia como parte de la Fuerza Aérea, allí sobrevivió a una de las muchas masacres perpetradas por el Vietcong y a las terribles enfermedades de la zona. “No solo es de los últimos seres humanos sobrevivientes de Vietnam, sino que es un sobreviviente del mundo”, sostiene el autor.
Un pereirano en Vietnam es una crónica de aventuras, pero también una historia de amor, asegura Iván Beltrán Castillo sobre este texto de 200 páginas que es producto de decenas de horas de charla con Luis Guillermo Ruiz, en las que terminó conociendo alguno de sus más valioso recuerdos. “Es bello hacer un libro confesional como éste -explica el autor Iván Beltrán Castillo - porque tienes una relación con la persona, es casi como hacerle un psicoanálisis a un ser humano, pues cuando de verdad logras profundizar, hay un intercambio de energías, muy similares al psicoanálisis. Esta historia me cautivó, porque uno, es un testimonio de primera mano de un momento histórico y dos, tiene todos los ingredientes de la aventura del hombre: el amor, la distancia, el olvido, la enfermedad y la muerte”.
De regreso a Estados Unidos concluyó dos carreras, Sistemas y Economía y se casó con su vieja amiga Stella Botero, quien fue su compañera durante más de 20 años hasta que ella murió.
“Conocí verdaderamente los Estados Unidos luego de regresar de Vietnam. Antes era, quizás, demasiado ingrávido, circunstancial y fortuito. Ahora, luego de que mis ojos registraran buena parte de las miserias y horrores, oscuridades e infamias del mundo, era un mejor ser humano, pese a lo traumatizado y dolido, y también a los estallidos nerviosos que toda la temporada en Oriente me producía…comprendía cuánto valor hay en los otros, en esas criaturas apenas sospechadas y que, palpitando a nuestro lado, escriben un destino común”.
Ruiz Petrell estaba seguro de que terminaría sus días en los Estados Unidos, pero tras la muerte de su primera esposa, se reencontró con Nelly Panesso, su primer amor, ese que había dejado atrás siendo casi un adolescente por presión de su familia, a quien no había olvidado nunca, y decidió regresar a Colombia, hoy, viudo de nuevo, sobreviviente de dos cánceres, vive entre Pereira y Estados Unidos.