Tras días de investigación, luego de su captura el 14 de mayo, Lubin José Chinchilla Carrascal, de 76 años, fue enviado a prisión acusado de abusar sexualmente, torturar y causar la muerte de una niña de nueve años en Aguachica, Cesar. La decisión fue tomada por un juez de control de garantías tras la acusación presentada por la Fiscalía.
Fue el 12 de mayo cuando los familiares de la Kelly Carolina Carballo, nombre de la pequeña, reportaron su desaparición. La búsqueda llevó a la trágica localización de su cuerpo desnudo, con signos de violencia física, en una zona boscosa de la vereda El Minuto, a 4 kilómetros del casco urbano de la ciudad. Durante las investigaciones, se estableció que la niña fue vista por última vez en compañía de Chinchilla Carrascal, que, al parecer, la habría invitado a comer.
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“La contundencia del material probatorio recopilado por la Fiscalía General de la Nación fue determinante para que un juez de control de garantías impusiera medida de aseguramiento en establecimiento carcelario a Lubin José Chinchilla Carrascal, como presunto responsable de abusar sexualmente, torturar y causarle la muerte a una niña de nueve años en Aguachica (Cesar)”, determinó la Fiscalía.
Las pruebas y los hallazgos
Las pruebas en contra de Chinchilla Carrascal incluyen videos de cámaras de seguridad y evidencia encontrada en su residencia. Según informó la Fiscalía, en su domicilio se hallaron el vestido que la víctima usaba el día de su desaparición, cuerdas y un arma cortopunzante.
“Esta información, videos de cámara de seguridad y otros elementos de prueba pusieron en evidencia al señalado agresor. En ese sentido, los funcionarios de policía judicial realizaron una diligencia de registro en su lugar de residencia. Por todo lo anterior, una fiscal de la Seccional Magdalena Medio obtuvo orden de captura en contra del hombre de 76 años, la cual fue materializada en Aguachica. Durante las audiencias concentradas, el detenido fue imputado por los delitos”, afirmó la autoridad.
Lubin José Chinchilla Carrascal fue capturado en Aguachica y durante las audiencias concentradas se le imputaron varios cargos: feminicidio agravado, tortura, acceso carnal violento, demanda de explotación comercial de persona menor de 14 años, y ocultamiento, alteración o destrucción de elemento material probatorio. A pesar de la gravedad de las acusaciones, Chinchilla Carrascal no aceptó los cargos en su contra.
Ahora bien, según lo que publicó el medio regional Vanguardia, en Bucaramanga, el director regional de Medicina Legal, Jorge Humberto Rueda, explicó que la necropsia del cuerpo de la menor es una pieza clave en el proceso judicial. “El cuerpo fue entregado sin inconvenientes a sus familiares y la necropsia está ahora en poder de la Fiscalía”, sostuvo.
En la noche del 15 de mayo, los familiares de la menor partieron desde el barrio Campo Hermoso en Bucaramanga hacia Aguachica para velar el cuerpo. Al día siguiente, una carroza fúnebre llegó al salón comunal del barrio Palmira, donde los allegados acompañaron en velación hasta el sepelio realizado a las 3:00 p. m.
Este caso ha conmocionado a la comunidad de Aguachica, no solo por la brutalidad del acto sino también por la edad avanzada del presunto agresor. La Fiscalía busca asegurar justicia rápida y contundente, mientras que la comunidad espera respuestas y medidas que eviten futuras tragedias similares.
Así era la menor asesinada
Chinchilla Carrascal deberá permanecer en prisión mientras continúa el proceso judicial en su contra. Las investigaciones apuntan a que el acusado actuó solo, pero no se descarta la colaboración de otros individuos.
Según información del medio local Noticias Cúcuta 75, Kelly Carolina soñaba con ser una gran patinadora. A pesar de no tener mucha experiencia y enfrentarse a varias caídas mientras practicaba por las calles de Aguachica, mantenía su entusiasmo. Ella quería cambiar su estilo de vida a través del patinaje y era un deseo constante en su corta vida, según informaron algunos que conocieron a la menor.
También se dijo que la realidad de Kelly Carolina era dura. Junto a su hermano, trabajaba cuidando motos para poder subsistir. Se enfrentó al mundo como una guerrera, muchas veces sin más compañía que la de su hermano, en un intento por mejorar su situación económica y, tal vez, cumplir sus sueños.