En segundos, decenas de personas robaron la mercancía de un camión accidentado: este es el impactante video

En el video se aprecia la manera en que se treparon al vehículo accidentado saquearon la mercancía ante la vista de una policía, que no pudo detener el hurto

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Decenas de personas robaron un vehículo accidentado en la vías del Cesar - crédito montaje Infobae
Decenas de personas robaron un vehículo accidentado en la vías del Cesar - crédito montaje Infobae

¡Impactante! En cuestión de segundos, una turba desenfrenada saqueó un camión accidentado en la vía hacia Bucaramanga, en el municipio de San Alberto, departamento del Cesar.

En imágenes que ya circulan en redes sociales, se ve cómo decenas de personas, cual aves carroñeras, se lanzaron sobre la mercancía del vehículo accidentado, con total impunidad y ante la mirada impotente de una agente de policía.

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El registro audiovisual es un preocupante espectáculo: hombres, mujeres y hasta niños, trepando al camión para llevarse todo lo que encontraron a su paso. La escena, que parece sacada de una película post-apocalíptica, ha generado indignación.

El siniestro, que ocurrió en la mañana de este miércoles 15 de mayo, dejó al descubierto la realidad de un sector de la población que no duda en recurrir al pillaje ante la falta de control y respuesta de las autoridades.

En uno de los videos se aprecia que una policía no puede hacer nada anta la multitud de personas - crédito @OscuraColombia/X

Los impactantes videos muestran la urgencia de tomar medidas drásticas para evitar que episodios como este se repitan. Mientras el descontento crece en redes sociales, los habitantes de San Alberto se enfrentan a la mirada acusadora.

Las imágenes fueron rechazadas en las redes sociales - crédito @OscuraColombia/X

Precisamente, en redes sociales se desató un acalorado debate sobre la legitimidad de estos actos y las necesidades de las personas involucradas. Aunque varios comentarios se vieron empañados por un deplorable tono xenofóbico hacia la población costeña, otras respuestas destacaron las profundas carencias y necesidades que atraviesan algunos pueblos en el norte del país.

Muchos usuarios en redes enfatizaron en lo fácil que es criticar desde la comodidad del hogar sin entender la desesperación y la falta de oportunidades que enfrentan estas comunidades.

Los usuarios se pronunciaron en redes sociales al ver las imágenes del robo - crédito captura de pantalla X
Los usuarios se pronunciaron en redes sociales al ver las imágenes del robo - crédito captura de pantalla X

Recordando la tragedia en Tasajera

El 6 de julio de 2020, el amanecer en Tasajera, un pequeño corregimiento en Magdalena, presagiaba una jornada cualquiera bajo el sol inclemente del Caribe colombiano. Sin embargo, la rutina fue abruptamente rota por un hecho que marcaría la historia de esta comunidad con un capítulo de luto y devastación.

Eran aproximadamente las ocho de la mañana cuando un camión cisterna, cargado con litros de gasolina, perdió el control y volcó en la Troncal del Caribe. En sus primeros momentos, la escena solo mostraba un vehículo accidentado y un hombre herido clamando por ayuda. Pero pronto, el panorama cambió drásticamente.

(Imagen del trágico suceso) Hoy, Tasajera sigue adelante con cicatrices indelebles, su memoria marcada por aquella fatídica mañana que robó decenas de vidas y dejó un vacío imposible de llenar en una comunidad ya golpeada por la adversidad - crédito Fabián Obispo Borja / ALCALDIA PUEBLOVIEJO
(Imagen del trágico suceso) Hoy, Tasajera sigue adelante con cicatrices indelebles, su memoria marcada por aquella fatídica mañana que robó decenas de vidas y dejó un vacío imposible de llenar en una comunidad ya golpeada por la adversidad - crédito Fabián Obispo Borja / ALCALDIA PUEBLOVIEJO

Como un imán, el camión comenzó a atraer a decenas de habitantes del corregimiento. La insinuación de combustible gratuito en una región golpeada por la miseria y la falta de oportunidades era un llamado imposible de ignorar. Hombres y mujeres, jóvenes y ancianos, se apresuraron con bidones, botellas y recipientes improvisados para llevarse lo que pudiera significar una ganancia rápida o un alivio efímero en sus precarias economías.

La escalada a tragedia fue cuestión de minutos. Los rumores de la presencia de gasolina corrieron como pólvora y aglutinaron a una creciente muchedumbre alrededor del camión volcado. Gritos de advertencia y ruegos por desistir quedaron ahogados en la angustia y la desesperación. Pero la tragedia no tardó en alzar su sombra sobre la escena.

A las 8:30 de la mañana, el cisterna explotó. Una gigantesca bola de fuego y humo envolvió el lugar. Los lamentos se transformaron en alaridos de dolor y pánico. Hombres y mujeres, envueltos en llamas, corrieron en vano buscando alivio para sus abrasadoras heridas; el caos y la desolación se apoderaron de Tasajera.

El saldo fue aterrador: 45 muertos y decenas de heridos con quemaduras de gravedad. Las imágenes de personas heridas, con sus pieles marcadas por el fuego, se difundieron rápidamente en redes sociales y medios de comunicación, elevando el dolor y la conmoción a nivel nacional.

La tragedia de Tasajera no solo fue un reflejo de la necesidad y la desesperanza en las comunidades más vulnerables de Colombia, sino también un llamado urgente a la necesidad de medidas de prevención más estrictas y una respuesta eficiente por parte de las autoridades. Las críticas no se hicieron esperar. Emergiendo como una chispa entre las llamas, la indignación pública cuestionó la preparación y el accionar de los entes gubernamentales ante tales eventualidades, y la evidente falta de alternativas económicas para los habitantes de Tasajera.

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