Tras la explosión en la mina El Alta, nueve mineros permanecen estables y bajo observación médica tras resultar intoxicados por inhalación de gases tóxicos en la mina ubicada en zona rural del municipio de California, Santander. El incidente se produjo el miércoles 15 de mayo y dejó un saldo de tres hombres fallecidos.
De acuerdo con la información publicada por el medio regional Vanguardia, cinco de los mineros están recibiendo atención en el Hospital Universitario de Santander (HUS) en Bucaramanga, según informó Ricardo Hoyos Lanziano, gerente de la institución.
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Los otros cuatro mineros fueron divididos entre la Clínica Comuneros en Bucaramanga y la ESE Hospital San Sebastián en el municipio de Suratá. El compromiso de los equipos médicos, tanto en Bucaramanga como en Suratá, ha sido determinante, pese a las limitaciones de personal, para manejar la emergencia de manera eficaz.
Un funcionario de la Alcaldía de California destacó que “entregamos un parte de tranquilidad, ya que las personas que fueron remitidas a diferentes centros asistenciales se encuentran fuera de peligro, sin embargo van a permanecer en observación médica durante las próximas horas”.
El fatal incidente
La emergencia comenzó alrededor de las 12:19 de la tarde del miércoles 15 de mayo, según relataron los residentes de la vereda Angosturas, California, y como informó inicialmente el medio. De repente comenzó a correr el rumor de lo que estaba pasando. Algunos portales informativos afirman que los habitantes de las zonas circundantes sintieron caos, desesperación y angustia.
Según el informe de las autoridades, “los gases producto de la combustión intoxicaron al personal que se encontraba dentro de la mina, ya que no se garantizaba ventilación mecanizada para la dilución de los gases”.
El grupo de mineros estaba intentando utilizar una motobomba para extraer el agua acumulada en el socavón de la mina de oro El Alta, luego de que se llenara de agua por las fuertes lluvias que se precipitaron en la región en la noche del 14 de mayo. Cuando se dedicaron a comenzar la extracción del oro, sucedió el siniestro.
Las autoridades reaccionaron rápidamente a la emergencia y activaron un plan conjunto con los hospitales de la provincia de Soto Norte.
Tras un primer traslado al Hospital San Antonio de California, cinco mineros fueron remitidos al Hospital Universitario de Santander debido a la necesidad de atención de mayor nivel. Uno más fue transferido a la Clínica Comuneros en Bucaramanga. Un funcionario de la Alcaldía de California señaló: “A pesar de tener un personal limitado, se entregó toda la capacidad y profesionalismo para poder atender esta emergencia”.
Tras acudir al lugar y atender la situación se conoció que algunos de los trabajadores “fallecen por inhalación de gases es lo que conocemos hasta el momento y en la mina laboraban de manera ilegal”, como apuntó Eduard Jesús Sánchez, jefe de la Ogrd (Oficina de Gestión de Riesgo de Desastres) de Santander.
La tragedia ha generado un amplio despliegue de recursos para garantizar la estabilidad y pronta recuperación de los afectados. Las autoridades intensifican sus esfuerzos por investigar las circunstancias exactas que provocaron la acumulación letal de gases, y se espera que en las próximas semanas se ofrezcan más detalles al respecto.
Además, se reveló que una de las víctimas fallecidas era un joven comunicador social, que presuntamente adelantaba labores informativas. Mientras, el caso mantiene en vilo a los habitantes de la región, quienes evidencian su preocupación y solidaridad hacia los afectados y sus familias.
Los fallecidos fueron identificados como Luis Pérez, Carlos Gil y César Luis Castillo, y sus cuerpos serán llevados a Medicina Legal, como anunció Sánchez.
Tres de las víctimas mortales fueron halladas sin signos vitales en distintos momentos. La coordinación interinstitucional ha sido clave para responder de manera oportuna a esta emergencia y asegurar el bienestar de las personas intoxicadas.