Colombia es un país rico en muchos sentidos. De hecho, cuando sus diferentes culturas se entrelazan con los legados de la historia, salen a la luz alimentos, bebidas, vestimentas y prácticas que emergen del pasado, y que toman auge en el contexto de una sociedad que quiere dar más visibilidad a sus raíces.
Por eso, destilados como el viche o biche, tiene ahora tanto protagonismo. Casi que amenazado a su desaparición, en los últimos años ha retomado la fuerza que tuvo en comunidades del pasado que habitaron, en especial, las zonas del Pacífico, de manera que es ahora un símbolo tanto de resistencia cultural, como una ventana al sabor de los pobladores de las selvas del occidente colombiano.
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En esencia, esta bebida es un destilado de la caña de azúcar. Según un recuento que hizo el Ministerio de Cultura “La manifestación del Viche/Biche, como se conoce en los departamentos de Chocó, Valle del Cauca y Cauca; o Charuco, como se le denomina en el departamento de Nariño, hace referencia al arte y tradición heredada por la comunidad negra situada en los cuatro departamentos que conforman el Litoral Pacífico colombiano, de sus ancestros africanos para la producción de una bebida ancestral, tradicional y artesanal derivada de la caña nativa que se siembra y cosecha entre el río, el mar y la selva de la región y se asocia a la práctica del pancoger”.
En ese mismo punto, un artículo publicado por la Universidad Javeriana, dice que “esta bebida fermentada proviene de la tribu Bantú, en África, y que llegó a Colombia cuando muchos de ellos fueron traídos como esclavos. Como no los dejaban beber whisky, brandy ni ningún otro licor, empezaron a destilar el viche por medio de la caña de azúcar”.
Un premio internacional
Ahora bien, este destilado que se ha convertido hasta en en emblema del gobierno que quiere oficializar su comercialización, incluso un proyecto de ley, también fue galardonado con la Medalla de Bronce en la San Francisco World Spirits Competition, celebrada en mayo del presente año.
Este evento es una de las competencias más prestigiosas en la industria de los destilados a nivel mundial. La distinción fue otorgada al viche producido por Monte Manglar, una marca que se destaca por trabajar con destilados de caña en Colombia, y que se destacó entre más de cinco mil marcas de bebidas espirituosas de diversas categorías como whiskies, tequilas, mezcales y ginebras.
Según detalló Monte Manglar, citado por el diario El Tiempo, este reconocimiento no solo honra la calidad excepcional del viche, sino que también celebra la rica herencia cultural y el legado de la comunidad afrodescendiente del Pacífico colombiano. Este licor, de cristalina apariencia y suaves notas afrutadas, fue presentado a los jueces en una cata a ciegas.
Entonces fue destacada su singularidad y se dio relevancia a sus raíces ancestrales. La marca resaltó que el viche es “elaborado en pequeñas cantidades en la primera micro-destilería tecnificada del Pacífico colombiano por familias vicheras de tradición”.
El reconocimiento internacional para el viche no solo es un triunfo para Monte Manglar, sino que representa un avance significativo para las comunidades productoras de viche y para la promoción de la identidad cultural colombiana en el escenario mundial. “Representa un legado de siglos de destilación ancestral y preservación cultural gracias a la sabiduría y el arduo trabajo de la comunidad afrodescendiente”, expresó Monte Manglar. Esta medalla de bronce simboliza un “emocionante paso” hacia el reconocimiento y valorización de las prácticas tradicionales colombianas.
La San Francisco World Spirits Competition es conocida por su rigurosidad y su amplio espectro de categorías, lo que hace aún más significativo el logro de Monte Manglar. La competencia atrae a participantes de todo el mundo, ofreciendo una importante plataforma para que productores de todos los tamaños demuestren la calidad y singularidad de sus bebidas. Que un producto como el viche, arraigado en tradiciones centenarias, se haga notar en tal escala, habla volúmenes de su excepcionalidad y del potencial de Colombia para producir destilados de clase mundial.