Federico Gutiérrez recibió propuesta de exjefe de la Oficina de Envigado: de qué se trata

El criminal aseguró estar plenamente comprometido con los procesos de paz que se desarrollan en el país

El dirigente recibió un mensaje por parte de uno de los delincuentes más importantes de la 'Oficina de Envigado', que permanece recluido en la cárcel de Itagüí - crédito Colprensa

Como parte del objetivo de cumplir con la paz en Medellín, exlíderes de la Oficina de Envigado, una de las estructuras criminales más peligrosas de los últimos años en Antioquia, han expresado su compromiso y disposición de disminuir en un 90% la criminalidad en la ciudad.

Por ejemplo, desde la penitenciaría de Itagüí, Sebastián Murillo Echeverry, conocido con el alias de Lindolfo reveló a W Radio que, junto a otros exjefes ahora federalizados de La Oficina, están avanzando en conversaciones con el Gobierno nacional con la finalidad de reintegrarse en la sociedad. Por ello, el criminal argumentó que la presencia y escucha del alcalde de Medellín, Federico Gutiérrez, es crucial para el éxito de este proceso.

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“Nosotros lo quisiéramos ver como una persona que se quisiera acercar al proceso, que nos escuche, que nosotros aquí no tenemos nada que esconder, que inclusive quisiéramos tener una conversación transparente, queremos invitarlo a que él mire de cerca el proceso; estamos comprometidos de corazón”, aseguró.

Sebastián Murillo cumple una condena de 18 años de cárcel - crédito Policía Nacional

Y es que Murillo Echeverry aseguró que la mesa de diálogos, liderada por la oficina del alto comisionado y exjefes de las estructuras desde la cárcel, representa una “oportunidad” de transparencia y reconciliación: “Nosotros aquí no tenemos nada que esconder”.

Así mismo, el excabecilla de la estructura criminal fue claro en que uno de los temas más delicados de estas negociaciones es el manejo de la verdad. Frente a ello, Murillo Echeverry enfatizó en que este proceso no busca la delación de sus asociados, sino que más bien representa un punto de reflexión y conciencia sobre las acciones pasadas.

“Este no es un proceso de delación, creemos que llegó un momento de conciencia y reflexión”, expresó el criminal, que explicó además que gran parte de la verdad sobre las operaciones y las influencias de La Oficina ya han sido reveladas.

Sebastián Murillo sostuvo una relación con la modelo Vaneza Peláez - crédito Facebook

Por otra parte, Lindolfo reconoció que este tipo de estructuras criminales cuentan con control territorial y social fuerte en ciertas áreas, razón por la que no descarta la posibilidad de participar en la política. Esto teniendo en cuenta además que la interpretación de la violencia urbana, según él, tiene matices políticos no reconocidos oficialmente, subrayando que el estatus político de estas organizaciones es “innegable”.

De igual forma, Murillo Echeverry mostró preocupación frente a la participación del alto comisionado para la Paz, Otty Patiño. Y es que, según explicó Lindolfo, Patiño ha mantenido cierta distancia del proceso tras la instalación de la mesa de diálogos, lo que generó un llamado de atención para que retome un involucramiento más activo.

Lindolfo pidió acompañamiento al alcalde Federico Gutiérrez - crédito Redes sociales

“Él (Otty Patiño) ha estado un poco distante de la mesa, del proceso, que vuelva aquí a hablar con nosotros. Nosotros seguimos trabajando mucho aquí, seguimos con iniciativas como la de este fin de semana del Día de la Madre”, sentenció.

Por ahora, el alcalde Gutiérrez no se ha referido oficialmente frente a la propuesta de Murillo Echeverry. Sin embargo, en repetidas ocasiones ha hecho énfasis en que no tiene interés alguno en conversar con los miembros de estructuras criminales de dicha índole.

Qué fue la Oficina de Envigado, de la que hizo parte alias Lindolfo

La Oficina de Envigado es una organización criminal originaria de Envigado, Antioquia, Colombia, conocida inicialmente como un grupo de sicarios al servicio de Pablo Escobar y el Cartel de Medellín en las décadas de 1980 y 1990.

La Oficina de Envigado fue una de las estructuras criminales más peligrosas del país a mediados de los años 90 - crédito IStock

Tras la muerte de Escobar en 1993, la Oficina de Envigado se transformó y diversificó sus actividades, pasando a controlar gran parte del narcotráfico en Medellín y sus alrededores, además de involucrarse en otras actividades delictivas como la extorsión, el blanqueo de capitales y el tráfico de personas.

La organización ha jugado un papel significativo en el conflicto armado colombiano, ejerciendo control territorial mediante la violencia y la corrupción. A lo largo de los años, la Oficina de Envigado se ha enfrentado tanto a las fuerzas del Estado colombiano como a otros grupos armados y organizaciones criminales, buscando mantener su dominio en distintas esferas de poder ilegal.