El expresidente Ernesto Samper, 1994 y 1998, expresó su perspectiva sobre el escandaloso caso judicial conocido como el Proceso 8.000, comparándolo con el concepto de lawfare (guerra jurídica) y defendió en algunos temas al actual presidente Gustavo Petro en medio de las críticas que enfrenta.
Durante una conversación con el periodista Mauricio Jaramillo Jassir en el programa Paréntesis en Rtvc, el expresidente destacó que su gobierno enfrentó una situación similar a la que está viviendo Petro, al rememorar el Proceso 8.000 como una persecución que afectó su gobernabilidad y en la que se vio imposibilitado para defenderse adecuadamente, por lo que Samper destacó que: “Fui el precursor de ese lawfare”.
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Samper contextualizó su comentario dentro de un tema más amplio, al señalar que en América Latina se vive una era de lo que él denominó como “golpes pasivos”. En este sentido, explicó que estos golpes no buscan derrocar directamente a los presidentes, sino entorpecer su gestión e interferir en su capacidad para llevar a cabo su programa de gobierno. Además, advirtió que esta tendencia tiende a repetirse con los mandatarios progresistas.
De esta manera, Samper compartió detalles sobre la investigación en su contra, en la que su campaña presidencial fue acusada de recibir financiamiento del narcotráfico del cartel de Cali. En este sentido, hizo hincapié en que, a su parecer, todos los expresidentes de los últimos 40 años han sido víctimas de la infiltración del narcotráfico y de la corrupción en sus campañas.
“Todos los expresidentes en los últimos 40 años, que es lo que lleva a la presencia del narcotráfico. Hemos sido víctimas de penetración de nuestras campañas a nivel nacional, no solamente del narcotráfico, sino también de firmas asociadas con la corrupción”, aseguró el exmandatario.
El expresidente también denunció que durante el caso en su contra se vulneraron las normas del debido proceso y que no tuvo la oportunidad de ejercer su derecho a la defensa de manera adecuada. En particular, destacó que la Fiscalía General de la Nación asumió un rol de acusadora, a pesar de que constitucionalmente no tenía la facultad para acusar al presidente de la República.
El expresidente explicó que la llegada al poder de líderes progresistas despierta temores en ciertos sectores de la sociedad, que perciben estas transformaciones como una amenaza al statu quo y a sus intereses económicos. En este sentido, destacó la resistencia que surge cuando los ricos utilizan su riqueza para influir en el poder político y proteger sus privilegios.
“Tienen temor al cambio, porque ellos representan el statu quo, porque ellos defienden unos intereses que son los que les convienen para sus proyectos empresariales, no se trata de satanizar, ni de establecer una especie de línea chovinista”, señaló Samper.
Por lo que argumentó su respuesta al decir que: “Aquí lo grave no es la riqueza en sí misma, que se genera riqueza de todo país la necesita, sino la concentración de la riqueza y esa relación es una ante la riqueza y el poder; cuando ya los ricos comienzan a comprar poder político para defender su statu quo, es cuando surge la resistencia la cambio y a propuestas progresistas”
Pero no todo fue color rosa: Samper rechazó unas iniciativas de Petro
El tapón del Darién, una vasta selva tropical que se extiende a lo largo de la frontera entre Colombia y Panamá, ha sido durante mucho tiempo un punto de tránsito para migrantes irregulares que buscan llegar a Estados Unidos. El presidente Petro reveló que, cada día, unas 3.000 personas atraviesan esta densa selva en su camino hacia el norte, lo que suscitó en rumores sobre la posible construcción de un muro en la zona para evitar el paso de migrantes.
Ante esta propuesta, el expresidente Samper no dudó en expresar su opinión. “Es absurda, tanto así que tenía la propuesta contraria; vamos a institucionalizar el Darién como un punto de entrada”, afirmó Samper. “Creo que la reflexión va más allá. Nadie abandona su ciudad o su hogar sin una razón válida. La gente no deja su hogar por capricho, sino debido a desastres naturales, que no son su culpa, o debido a conflictos políticos armados, como es el caso de los colombianos, que han tenido que viajar a Venezuela para salvar sus vidas, o simplemente porque buscan mejorar sus condiciones económicas”.