En un homenaje a una de las figuras matriarcales más emblemáticas de Valledupar, Elvira Maestre Hinojosa, conocida cariñosamente como Mama Vila, es recordada por su notable contribución a la cultura y la historia de esta región colombiana.
Madre del célebre cantautor vallenato Diomedes Díaz, su vida se entrelazó con la formación y el legado de una de las familias más influyentes en el mundo del vallenato, los Díaz Maestre.
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Su influencia trascendió la esfera familiar para ubicarse al lado de figuras destacadas del vallenato, como Consuelo Araujo Noguera, ‘la Cacica’, y María de la Concepción Loperena de Fernández, demostrando una fortaleza comparable a la de estas mujeres de renombre.
La historia de Elvira Maestre es un testimonio del poder femenino en la cultura colombiana, una narrativa que se suma a la riqueza de este género musical. “A papá le agradezco que me la haya querido, como un hombre quiere a la madre de sus hijos”, expresó con gratitud el “Cacique de La Junta”, destacando la unidad y el amor dentro de la familia.
Residiendo hasta los días previos a su muerte en el antiquísimo caserón del barrio San Joaquín, su historia y la de su familia se han convertido en un testimonio de la cultura y las tradiciones de Valledupar. Desde la pobreza hasta el reconocimiento, Elvira y sus hijos, especialmente Diomedes, el mayor de los hombres, vivieron momentos que marcaron sus vidas de manera indeleble.
“Ese hijo le ha cantado todo lo que ha podido y más”, relató el periodista Héctor Sarasti, en una publicación, haciendo alusión al profundo agradecimiento que Diomedes Díaz sentía por su madre, dedicándole canciones que reflejan la profundidad de su relación.
El narrativo también incluyó detalles personales muy humanos sobre las luchas y los logros de Elvira Maestre, recordando conversaciones y momentos compartidos con sus hijos. Su historia siempre estuvo entretejida con la cultura vallenata de una manera que enalteció tanto su figura como la de la familia Díaz Maestre.
La Vieja Villa, como también se le conocía en la capital mundial de vallenato, emergió como una figura central, una fuente de inspiración no solo para su familia sino para toda una comunidad que vió en ella un símbolo de resiliencia y amor maternal.
“Cosió tulas, vendió fritos, carbón, chivos y cuanto pudo antes de que la música le diera dinero y fama”, relató el periodista sobre los esfuerzos de Diomedes bajo la creencia y el apoyo de su madre. Este tributo a Elvira Maestre es un reflejo del profundo respeto y admiración que existe por las madres que, con su sacrificio y amor incondicional, han dado forma no solo a sus hijos sino a la cultura misma de una región.
La importancia de este homenaje radica no solo en recordar a una mujer que vivió con sencillez y humildad, sino en celebrar su tesón y determinación, cualidades que inspiraron a sus hijos a alcanzar grandes alturas.
Como parte de la conmemoración de lo que hizo en vida y el legado de Elvira Maestre, se destaca también el papel de las mujeres en la cultura vallenata, un ámbito tradicionalmente dominado por hombres, y cómo figuras como la Vieja Villa han contribuido de manera significativa a este rico patrimonio cultural. Esta historia también sirve como un recordatorio del poder de la tradición familiar y su influencia en la música y la cultura colombianas.
Elvira Maestre falleció a los 87 años de edad por complicaciones de salud que se habían incrementado desde hace aproximadamente un mes y que la llevaron a que estuviera internada en cuidados intensivos en la Clínica Cesar, en ese periodo de tiempo, “Mama Vila” presentó problemas con la presión arterial y con sus pulmones.