Una infestación de roedores generó alarma en el sector hotelero de la calle 72 con carrera 11, área destacada por su proximidad a iglesias, centros comerciales y restaurantes de lujo. El problema radica en un extenso nido de ratas localizado en el separador de la avenida, plagado de vegetación. Este problema ha suscitado preocupaciones tanto por la imagen del sector como por el riesgo para la salud pública.
La presencia de estos animales no solo impacta visualmente en una zona de relevante valor turístico, sino que también posee una dimensión sanitaria crítica, según se transmitió la denuncia por Citytv. Muchas de las ratas, visiblemente enfermas, muestran síntomas de infecciones. Este hecho alimenta el temor a que la situación derive en un problema de salud pública mayor, ante el potencial riesgo de transmisión de enfermedades a humanos.
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La preocupación del sector hotelero y de los residentes cercanos es evidente, dada la posible afección tanto a la imagen del área como a la seguridad de los visitantes y ciudadanos.
Según lo visto por las imágenes captadas de Citytv, los roedores parecieran vivir en coexistencia con las palomas, ratas voladoras, como popularmente los ciudadanos se refieren a ellas, en un mismo habitad urbano. Según testigos entrevistados por ese medio, la constante es una preocupación bajo el asco que estos roedores causan, junto a sus madrigueras. “Miedo y asco y de todo”, sostuvo una mujer entrevistada.
Salud pública en riesgo por creciente plaga de roedores en la capital colombiana
La creciente infestación de roedores en varias localidades de Bogotá, incluidas Tunjuelito, Barrios Unidos y Kennedy, ha generado alarma entre los residentes, quienes han tenido que tomar medidas extremas para evitar que estos animales ingresen a sus hogares. Según un informe del periódico El Tiempo, en enero de este año, esta situación ha causado preocupación y ha obligado a los ciudadanos a buscar soluciones por cuenta propia, como el alquiler de trampas para ratas, ante la aparente insuficiencia de las acciones gubernamentales para controlar la proliferación de esta plaga.
Los habitantes del barrio Venecia y otras zonas afectadas atribuyen el aumento en la población de roedores a la inadecuada gestión de residuos y la demora en la recolección de basura, situaciones que facilitan el sustento y la propagación de estas criaturas.
La Unidad Administrativa Especial de Servicios Públicos (Uaesp) ha reconocido que el manejo inapropiado de los desechos por parte de los ciudadanos contribuye significativamente al problema. A pesar de los esfuerzos de limpieza y desratización emprendidos por las autoridades, incluido un incremento del 57% en la aplicación de rodenticidas respecto al año anterior, como destacó El Tiempo, las comunidades continúan enfrentándose a este desafío.
La situación no solo representa una incomodidad y un riesgo para la propiedad, sino que también plantea una amenaza sería para la salud pública. Investigaciones de la Universidad de La Salle alertan sobre enfermedades transmisibles por roedores, como la rabia, la leptospirosis y la salmonelosis.
Elkin Alexander Sánchez, epidemiólogo y decano en la Universidad, subraya la importancia de atender esta problemática no solo por el peligro de enfermedades, sino también por los posibles daños estructurales en las infraestructuras de la ciudad. A pesar de los retos, hasta ahora no se ha observado un movimiento significativo por parte de grupos animalistas en Colombia, contrariamente a lo ocurrido en metrópolis internacionales como París o Nueva York.
Ante este panorama, las autoridades y la comunidad científica instan a la población a adoptar prácticas correctas de disposición de residuos y a seguir las pautas establecidas para la recolección de basura, como medidas preventivas fundamentales para combatir la proliferación de roedores en la capital colombiana.