El Gobierno colombiano respondió a las acusaciones del Ejército de Liberación Nacional (ELN) sobre las negociaciones con el Frente Comuneros del Sur, una facción separada de la dirección principal de la guerrilla. A través de un comunicado, la Dirección Nacional del ELN reiteró su posición de que el Estado estaría relegando la mesa de negociación oficial para centrarse en diálogos con el Frente Comuneros del Sur, al que calificó como un grupo de “infiltrados”.
Sin embargo, el Gobierno rechazó estas afirmaciones, tildándolas de “inaceptables”. De hecho, la delegación encargada de las negociaciones de paz emitió un comunicado en el que instó al ELN a respetar el proceso y a no distraerse con acusaciones infundadas.
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Además, la delegación de Gobierno hizo hincapié en que la crisis interna del ELN, especialmente en el Frente Comuneros del Sur, no debe ser atribuida a terceros ni utilizada como una estrategia para desviar la atención. “Que el ELN presente su crisis interna en Nariño como una estrategia del presidente Petro y del consejero comisionado, Otty Patiño, es continuar en el mundo de la ficción y el autoengaño. Los problemas propios no se resuelve escondiéndolos”, se lee en el comunicado.
Finalmente, en el documento insisten en que el grupo armado debe cumplir sus compromisos de suspender el secuestro con fines económicos y avanzar de manera constructiva en las negociaciones de paz. “La desesperación de su comandante por la crisis interna lleva a tomar el camino del insulto y la agresión”, dice el comunicado justo antes de invitar a “no seguir perdiendo tiempo en diálogos indefinidos”.
Esto es lo que dice el ELN sobre las “disidencias de Nariño”
“Activando la supuesta “disidencia”, el gobierno le ha dado prioridad a dicho montaje, relegando la Mesa oficial con el ELN y por tanto confirmando que su prioridad es hacer el diálogo de paz con sus propios agentes de inteligencia (sic)”: eso dice el mensaje de la delegación del grupo armado en su cuenta de X.
El comunicado del ELN expresa que lo que ocurre en Nariño se ha presentado como una “supuesta disidencia del ELN”; sin embargo, dicen ellos, eso corresponde a un plan organizado conscientemente desde el Gobierno de Petro y ejecutado por el comisionado de Paz, Otty Patiño.
Según el grupo armado, esa “disidencia”, también llamados Comuneros del Sur, es una creación de las Fuerzas Militares. En este sentido, Gabriel Yépez Mejía, así como otros individuos que actúan como líderes, serían agentes de inteligencia en misión de infiltrados, con el objetivo de perjudicar a la comandancia del ELN.
El comunicado sostiene que existe una única Mesa de Diálogos con el ELN, pero al perder las Fuerzas Militares a sus infiltrados, activan este supuesto proceso. Se señala que esta situación ha sido abordada de manera formal y reiterada en la Mesa, e incluso se propuso la formación de una Comisión Internacional para investigar esta operación de inteligencia, propuesta que fue desestimada por la Delegación del Gobierno.
Finalmente, se acusa al gobierno de dar prioridad a este montaje de la “supuesta disidencia”, relegando la Mesa oficial con el ELN, lo que, según el comunicado, confirma que su principal interés es dialogar por la paz con sus propios agentes de inteligencia.
Esta discusión se da días después de que el grupo armado dijera públicamente que reactivaría el secuestro como forma de recoger dinero. Según ellos, esa decisión estaba justificada en que el Gobierno no ha puesto en marcha el fondo multidonante y sería una supuesta muestra de la poca voluntad de parte del Estado.
No obstante, varios miembros del grupo negociador del Gobierno, como los senadores Iván Cepeda y José Félix Lafaurie, han expresado su desacuerdo frente a esa decisión. De hecho, la misma líder del proceso, Vera Grabe, indicó que, si bien se ha hablado de un fondo multidonante, el dinero que se recoja de este será para financiar la ejecución de hechos de paz y no acciones de guerra.