En medio de las celebraciones por el Día de las madres, la hija de María Fernanda Cabal y el presidente de Fedegán, José Félix Lafaurie, no se quedó callada ante los comentarios negativos sobre la campaña de su emprendimiento Luisa Postres, en la que incluyó una serie de fotografías y videos junto a la senadora.
“Que mensaje tan desagradable. Lo recibí en medio de la campaña por el Día de la madre, al compartir unos videos con mi mamá cuando era pequeña. Yo, honestamente, no entiendo por qué la gente utiliza su tiempo y su energía para enviar odio a las personas que no conoce y, además, por una cuenta que es de postres”, señaló.
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El comentario al que respondió es de la usuaria Johanna Manrique. Y es que, en él, dio un extraño pésame a la emprendedora: “No sé cómo decir que lo siento mucho por ti. Qué difícil debe ser tener esa mamá”.
Rara vez, Luisa habla de la relación con su madre. De hecho, más allá de sus intervenciones en podcast sobre emprender desde el privilegio, la empresaria evita tocar el tema, pero los comentarios de Manrique fueron repetitivos, al punto en el que, sintió la necesidad de no quedarse callada:
“Todo lo que nosotros decimos se nos termina devolviendo. Todo el daño y el odio que lanzamos hacia el otro se nos termina multiplicando y todo lo bonito que decimos y el amor que terminamos compartiendo también se nos multiplica. Entonces, pensemos mejor en qué utilizamos nuestro tiempo y nuestras palabras”.
Entendiendo que con su respuesta Manrique sería blanco de críticas y comentarios de odio, Luisa Lafaurie se disculpó e insistió en que no puede dejar pasar por alto los mensajes desagradables en su contra y la de su clientela:
“Siento mucho haberte cogido contra el paredón, pero es que diste mucha papaya. Te enganchaste más de 24 horas en responderle a la gente un montón de cosas horribles. No era ni siquiera solo contra mí. Cogiste a todo el mundo y empezaste a decirles cosas desagradables. Mira bien para qué estas utilizando tu tiempo”.
Su emprendimiento destapó una modalidad de estafa a través del gigante de los deliveries, Rappi
En febrero del 2024, la empresa Luisa postres, dirigida por la hija de la senadora María Fernanda Cabal y José Félix Lafaurie, presidente de Fedegan, denunció ser víctima de fraudes por parte de algunos clientes, que realizan sus pedidos a través de aplicaciones de delivery como Rappi.
Este incidente fue revelado luego de que se observaran patrones cuestionables en las compensaciones solicitadas por los usuarios, algunos de los cuales apelaron a pruebas insostenibles para justificar reclamos sobre pedidos supuestamente incorrectos.
El problema surgió cuando la empresa notó que las quejas presentadas no siempre correspondían con errores reales en los pedidos entregados. Investigando las evidencias proporcionadas por los clientes, Luisa postres descubrió el uso de imágenes antiguas que no representaban la realidad actual del producto, como en el caso de una cliente que argumentó haber recibido una torta diferente a la solicitada.
Este descubrimiento llevó a la implementación de un sistema de registro detallado de cada pedido, el cual incluía información como el ID del pedido, el producto, la firma del repartidor y su código, con el objetivo de garantizar la autenticidad de los pedidos y la entrega correcta.
La denuncia pública de estas prácticas generó en las redes sociales un diálogo en línea sobre la integridad de los usuarios y la necesidad de medidas más eficaces para proteger a los negocios de posibles estafas. Y, asimismo, fue enfática sobre la importancia de mantener registros detallados de las transacciones para disputar con éxito las solicitudes de compensación infundadas. Tras exponer las pruebas ante Rappi, la empresa de delivery se vio obligada a rever las compensaciones retiradas, admitiendo el error en estos casos.
Este incidente pone de manifiesto los desafíos que enfrentan los negocios al operar a través de plataformas de entrega a domicilio y da cuenta de la sofisticación de las tácticas empleadas por algunos usuarios para beneficiarse indebidamente de las políticas de compensación. Así, se abre un debate sobre la confianza y las medidas de seguridad necesarias no solo para proteger a los consumidores, sino también a los proveedores de servicios y productos.