En el país, la tasa de informalidad laboral presentó una variación en el primer trimestre del año 2024, con un indicativo de que cinco de cada diez colombianos se encuentra trabajando bajo esta condición, afectando de manera significativa el panorama laboral del país.
Los recientes datos del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane) señalan que el 56,3% de la población ocupada se encuentra en el sector informal, lo que representa una disminución del 1,9% en comparación con el mismo periodo del año anterior.
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Este indicador, aunque muestra una leve reducción en la tasa de informalidad, evidencia también un retroceso en los esfuerzos por erradicar la informalidad laboral en algunas regiones.
Durante el periodo septiembre-noviembre de 2023, la cifra se mantuvo en 55,5%, misma que se sostuvo en los meses octubre-diciembre, para luego experimentar un aumento en los meses siguientes, alcanzando el 56,3% en el intervalo diciembre-febrero, según se desglosa en el más reciente informe del Dane.
Para las 13 ciudades y áreas metropolitanas principales de Colombia, la proporción de empleo informal disminuyó a 41,4%, evidenciando una caída de 1,4 puntos porcentuales en comparación con el trimestre de enero-marzo de 2023, que estaba en 42,8%.
Así mismo, el informe del Dane destacó que en el conglomerado total de las 23 ciudades y áreas metropolitanas la cifra se situó en 42,7%, lo que supone una reducción de 1,5 puntos porcentuales respecto al mismo trimestre del año anterior. En contraste, las zonas rurales y centros poblados menores reportaron una tasa de informalidad del 84,1% para el trimestre analizado.
Estos datos reflejan la persistente problemática de la informalidad laboral en Colombia, que a pesar de los esfuerzos por parte de las autoridades y entidades gubernamentales, sigue siendo un desafío significativo en la dinámica de empleabilidad del país. La fluctuación de estas cifras demuestra la complejidad del fenómeno y la necesidad de implementar estrategias más efectivas para contrarrestar la informalidad laboral, promoviendo un mercado de trabajo más inclusivo y equitativo para todos los colombianos.
Mujeres en Colombia, las más afectadas por la informalidad laboral según el Dane
En el primer trimestre del año 2024, el estudio realizado por el Dane reveló una disminución en la tasa de informalidad laboral tanto en hombres como en mujeres en Colombia, aunque esta última población sigue enfrentando mayores desafíos.
Según el informe, el 58,1% de los hombres y el 53,7% de las mujeres se encontraban en empleos informales, lo que representa una baja respecto al mismo periodo del año anterior para ambos géneros. Las ciudades con mayor informalidad identificadas fueron Sincelejo, Riohacha y Cúcuta, mientras que Bogotá, Manizales, y Medellín registraron los índices más bajos.
Este análisis del Dane destacó un aspecto preocupante en el ámbito laboral colombiano, pese a la reducción observada. En el segmento de las 13 ciudades y áreas metropolitanas más importantes del país, la proporción de mujeres en la informalidad alcanzó el 40,8%, mientras que en un análisis más amplio de 23 ciudades y áreas metropolitanas, la cifra se sitúa en el 42,0%.
Estos porcentajes reflejan una problemática persistente que afecta en mayor medida al género femenino, especialmente en centros poblados y rural disperso, donde la informalidad de las mujeres alcanza el 84,0%, una cifra apenas inferior a la de los hombres, que es del 84,2%.
El estudio evidencia una realidad diversa en el panorama laboral colombiano, donde la informalidad sigue siendo una constante, especialmente en regiones de la costa Caribe. La diferencia entre las zonas urbanas y rurales es notable, indicando cómo la geografía y el desarrollo regional influyen en el acceso a empleos formales. Las iniciativas para enfrentar este desafío requieren abordar tanto la necesidad de crear más empleos formales como de asegurar que estos sean accesibles para las poblaciones más vulnerables, en particular las mujeres.
La informalidad laboral no solo tiene implicaciones para la seguridad laboral de las personas, sino también para la economía en general, puesto que afecta el desarrollo económico sostenible del país. La reducción en las tasas de informalidad es un paso positivo, pero la distribución desigual entre géneros y regiones subraya la necesidad de políticas específicas que promuevan la equidad en el acceso al empleo formal.