La temporada de lluvias en Antioquia ya dejó un rastro de devastación que va más allá del impacto humano y territorial, afectando severamente al sector agropecuario y a la fauna del departamento.
La situación crítica llevó a una pérdida significativa de vida animal y comprometió la estabilidad de múltiples productores locales, según informó la Secretaría de Agricultura de Antioquia, liderada por Rosa Acevedo.
En un recuento alarmante, se reportó la muerte de 232.846 animales, entre los que predominan peces, aves y bovinos, como resultado directo de las adversidades climáticas que han azotado la región. Resultó crucial la implementación de un Puesto de Mando Unificado, encargado de monitorear diariamente la situación, cuyos hallazgos son comunicados de forma constante al Gobierno nacional y al Ministerio de Agricultura, en un esfuerzo por coordinar una respuesta efectiva.
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Uno de los eventos más impactantes tuvo lugar a finales de abril en el municipio de Urrao, donde las fuertes lluvias causaron graves daños en dos trucheras ubicadas en la vereda El Chuscal. Este desastre acuático condujo a la pérdida de 600.000 peces, un duro golpe para la economía local. Las autoridades de salud, conscientes de los riesgos que esto representa, emitieron una advertencia contra la comercialización de estos productos, dada su potencial amenaza para la salud pública.
El impacto de estas lluvias no se limita a la pérdida de vidas animales. La Gobernación de Antioquia identificó a 1.478 productores agrícolas afectados por el clima adverso. Estos productores, muchos de los cuales son pequeños agricultores, enfrentan ahora desafíos críticos.
Además, hay reportes de 1.936 hectáreas de cultivos dañados, con una concentración significativa de 737 hectáreas en la subregión del Urabá antioqueño, lo que complica aún más el panorama para el sector agrícola de la región.
Esta crisis mostró la importancia de implementar estrategias de prevención y sistemas de alerta temprana para mitigar los efectos de fenómenos naturales en el futuro. La coordinación entre las autoridades locales, regionales y nacionales es esencial para desarrollar planes de contingencia que protejan tanto a la población como a los sectores productivos del departamento.
¿Cuándo llega La Niña?
El viernes 10 de mayo, el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam) emitió un comunicado informando sobre la inminente fase de transición del fenómeno de El Niño al de La Niña en los meses venideros.
El Ideam señaló que, “existe una probabilidad del 69% de que el fenómeno de La Niña se manifieste inicialmente entre julio y septiembre, evolucionando como el fenómeno predominante durante el segundo semestre del 2024″. Con el anuncio el instituto resaltó la importancia de realizar preparativos anticipados para enfrentar las posibles consecuencias que este cambio climático podría acarrear, incluyendo “lluvias intensas, inundaciones y deslizamientos de tierra”.
En términos de las manifestaciones específicas de La Niña, el Ideam explicó que ejercerá una notable influencia sobre el período de precipitaciones más intensas del país, anticipándose un aumento significativo en el volumen de lluvias sobre lo habitual en las regiones Andina y Caribe.
De igual forma, se prevé que este fenómeno tenga repercusiones en la actividad de los ciclones tropicales, los cuales “se espera sean muy activos este año, desde los primeros días de junio hasta el 30 de noviembre”.
Finalmente, el Ideam hizo un llamado a las autoridades locales, organismos de socorro y a la comunidad en general para que permanezcan alerta ante esta transición climática. “El Sistema de Alertas Tempranas (SAT) advirtió sobre la vigilancia de esta transición climática y, por lo tanto, el instituto pide a las autoridades locales, organismos de socorro y comunidades estar preparados y tomar medidas preventivas para mitigar los posibles impactos adversos”, indicó la entidad.