Pescadores artesanales colombianos fueron destacados ante la Unesco como salvaguardia cultural

El Ministerio de Cultura presentó un documento que destaca la tradición pesquera del río Magdalena, para que sea considerado Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad

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El Ministerio de Cultura destaca la importancia económica y cultural de la pesca en el río Magdalena en su petición a la UNESCO para su reconocimiento internacional - crédito captura de pantalla  @mincultura / X
El Ministerio de Cultura destaca la importancia económica y cultural de la pesca en el río Magdalena en su petición a la UNESCO para su reconocimiento internacional - crédito captura de pantalla @mincultura / X

En un acto realizado en Gamarra, César, el Ministerio de Cultura de Colombia presentó oficialmente el dosier que destaca la labor de los pescadores artesanales del país, propuesta ante la Unesco para que su práctica sea reconocida como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.

Durante este evento, la viceministra de Cultura, Adriana Molano, resaltó la importancia de la pesca artesanal en la construcción de una cultura de paz y el impacto transformador de esta actividad en la vida de los pescadores que habitan en torno al río Magdalena.

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“Nos congrega la vida y la cultura de paz. El poder de la transformación cultural en torno al río está en cada uno de los pescadores tradicionales”, aseguró la viceministra de la Cultura, Molano.

La importancia de este reconocimiento radica en el hecho de que, el pasado 6 de diciembre de 2022, los conocimientos y técnicas de pesca en el río Magdalena fueron designados como Patrimonio Cultural Inmaterial de Colombia, un avance que pavimenta el camino para su nominación internacional.

Reconocimiento del río Magdalena para salvaguardia cultural y económica - crédito Ricardo Maldonado Rozo / EFE
Reconocimiento del río Magdalena para salvaguardia cultural y económica - crédito Ricardo Maldonado Rozo / EFE

Este reconocimiento subraya la vitalidad cultural y la biodiversidad que envuelven esta tradición milenaria, así como su contribución al sustento de aproximadamente cuarenta mil familias que dependen directamente de las aguas del río más importante de Colombia, fuente de vida y sustento que nace entre los departamentos de Huila y Cauca y desemboca en el Atlántico.

Además de resaltar la inmensa dependencia cultural y económica que tienen estas comunidades con el río, María Benítez, una pescadora local y cartógrafa, compartió su perspectiva personal, reflejando la herencia generacional de la pesca artesanal y su relevancia para la identidad y supervivencia de estas poblaciones.

La iniciativa ante la Unesco busca no solo visibilizar, sino también preservar las prácticas, saberes y la relación simbiótica de las comunidades con el ecosistema fluvial del Magdalena, un esfuerzo conjunto que afianza el compromiso del país con la protección de su cultura y biodiversidad.

La propuesta ante la organización internacional resalta el papel fundamental de la pesca artesanal en el mantenimiento de ecosistemas saludables y en la seguridad alimentaria, al tiempo que destaca la necesidad de proteger y promover prácticas sustentables y conocimientos ancestrales.

Cine al Campo: una ventana de entretenimiento y cultura en las zonas rurales de Colombia

El Servicio Nacional de Aprendizaje (Sena), en colaboración con el Ministerio de las Culturas, las Artes y los Saberes, ha inaugurado Cine al Campo, un programa dedicado a proyectar obras cinematográficas en áreas rurales de Colombia, empezando por Sumapaz en Bogotá.

Jóvenes estudiantes del Sena sorprenden a comunidades rurales con producciones cinematográficas propias, demostrando habilidades adquiridas en formación - crédito Ministerio de Cultura / Sena
Jóvenes estudiantes del Sena sorprenden a comunidades rurales con producciones cinematográficas propias, demostrando habilidades adquiridas en formación - crédito Ministerio de Cultura / Sena

Este proyecto tiene como fin primordial incorporar el entretenimiento del cine en la vida de los habitantes del campo colombiano, reflejando sus vivencias y narrativas personales. La iniciativa es parte de la estrategia CampeSena, diseñada para reconectar los servicios del Sena con el área rural del país, promoviendo el emprendimiento y la capacitación en estas regiones.

Cine al Campo tuvo su primera experiencia en el centro poblado Nazareth, de Sumapaz, conocido por ser la localidad con menos densidad de población en el Distrito Capital. La iniciativa buscó no solo ofrecer entretenimiento, sino fomentar un intercambio cultural al vincular el conocimiento ancestral con el contemporáneo del ámbito campesino. En el evento se mostraron varios films, incluyendo producciones de aprendices del Centro de Formación en Actividad Física y Cultura del Sena, evidenciando las competencias adquiridas en la institución. El evento también contó con la participación de aprendices de electricidad y hostelería, quienes se encargaron del aspecto técnico y culinario, respectivamente.

El proyecto ha recibido comentarios positivos de la comunidad. Un agricultor local, Rafael, comentó que tras décadas sin acceder a una sala de cine, calificó la experiencia como “excelente” por acercar el séptimo arte a zonas marginadas de este servicio.

De igual manera, la joven Leidy Paola, de cinco años, disfrutó ver historias similares a su entorno proyectadas en la pantalla grande. Gerardo Medina Rosas, director (e) de la Regional Distrito Capital del Sena, y la viceministra de los Patrimonios, las Memorias y la Gobernanza Cultural, Adriana Molano, han destacado el compromiso de extender Cine al Campo a toda la nación, asegurando un impacto profundo y extenso en las comunidades rurales.

Según testimonios, varios de los asistentes no habían visto una película desde hace 20 años - crédito Ministerio de Cultura / Sena
Según testimonios, varios de los asistentes no habían visto una película desde hace 20 años - crédito Ministerio de Cultura / Sena
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