Un punto final le puso el Consejo de Estado a un pleito judicial que llevaba años y con el que se buscaba reparación para la víctima de un accidente con un tren en Medellín. Se trata de quien hoy es un joven de 23 años y que sufrió un grave accidente por el que perdió tres de sus extremidades en el 2009.
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Aproximadamente 15 años después del fatídico día, el alto tribunal decidió avalar los alegatos de la familia de la víctima y estableció una dura condena contra la Cooperativa Nacional de Técnicos Ferroviarios, Coonaltef, entidad declarada responsable de los hechos en los que el entonces niño de nueve años perdió sus extremidades.
La cooperativa deberá pagar una millonaria indemnización por los perjuicios que le ocasionó a la víctima y a sus familiares. Es de resaltar que el hoy joven requiere acompañamiento permanente debido a los problemas de movilidad que le ocasionó el accidente ferroviario.
El accidente que conmocionó a todo Medellín en el 2009
Los hechos ocurrieron durante una actividad navideña organizada por Coonaltef, en la que llevaron a cerca de 600 habitantes del barrio Acevedo a visitar los alumbrados instalados en la ciudad.
Cerca de 400 menores de edad y 200 adultos abordaron el tren que, para esa época, era un sistema totalmente novedoso y del que todos querían disfrutar. Entre los asistentes a la actividad estaba el menor de edad en mención, que fue al evento en compañía de varios de sus amigos del barrio. Ellos, junto con los otros niños y niñas, quedaron a cargo de la junta de acción comunal de Acevedo, así como de un grupo de empleados de Coonaltef, entidad que además de organizar el evento era dueña de los vagones.
Todo iba muy bien hasta que el tren hizo una parada en la que los pasajeros pudieron descender para disfrutar uno de los puntos de alumbrados navideños en la ciudad. En ese momento, el niño de nueve años pensó que el recorrido había terminado, por lo que no se percató de que todos abordaron nuevamente el medio de transporte.
Cuando el menor se dio cuenta que sus amigos y los demás ocupantes del tren estaban a bordo, pero además que el sistema estaba arrancando, decidió, en medio de su inocencia, correr para intentar subirse por sus propios medios.
“En la primera parada que hizo el tren en El Lavadero, descendieron 100 niños, entre ellos el menor accidentado, quien pensó que había llegado a su destino. Sin embargo, al percatarse de que no era así y que el tren había arrancado de nuevo, corrió detrás de este e intentó subirse”, relató el abogado de la familia, Javier Villegas Posada, citado por Revista Semana.
Cuando el niño hizo la maniobra para subirse al vagón, se resbaló y cayó sobre la vía férrea. Seguido de eso fue arrollado por el mismo tren; quedó muy mal herido y una vecina del sector fue quien se percató del grave accidente. Rápidamente lo trasladó a un centro asistencial de la ciudad para recibir ayuda de personal médico.
Tras los primeros análisis, los profesionales de la salud determinaron que debido a las graves lesiones era necesario amputar las dos piernas y el brazo izquierdo. Los procedimientos quirúrgicos se llevaron a cabo y desde ese momento inició el viacrucis de la familia del niño para que se hiciera justicia ante lo ocurrido.
El caso estuvo inicialmente en los estrados del Tribunal Administrativo de Antioquia en 2015. En esa época los magistrados concluyeron que no había lugar a algún tipo de reparación por parte de la cooperativa, pues determinaron que el culpable del accidente había sido el menor de nueve años y de las personas que estaban a su cuidado.
Sin embargo, la familia continuó en la lucha judicial y finalmente el Consejo de Estado les halló la razón, 15 años después.