En Barranquilla, el motel La Luna tuvo que suspender sus operaciones tras una investigación de Air-e, que reveló una conexión ilegal a la red eléctrica por parte de este establecimiento.
La empresa de energía, en un esfuerzo conjunto con autoridades locales, destapó también irregularidades en otras ubicaciones durante un operativo en la zona de moteles y bodegas comerciales hacia el corregimiento de Juan Mina. Se estima que estas acciones fraudulentas han causado pérdidas superiores a los $31 millones mensuales.
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De acuerdo con lo publicado con el medio local Al Día, Fermín de la Hoz, gerente de Servicios Jurídicos de Air-e, expresó su preocupación por la persistencia de algunos clientes en evadir el pago legítimo del servicio eléctrico mediante conexiones no autorizadas.
Enfatizó que frente a la reincidencia “los establecimientos serán cerrados provisional o definitivamente con el apoyo de las autoridades”, en virtud de una política de tolerancia cero hacia el fraude eléctrico.
Este escenario no es aislado. Air-e ha reportado más de quinientas denuncias penales por fraude de fluidos y conspiración para delinquir, con cerca de doscientas personas detenidas en los departamentos de Atlántico, Magdalena y La Guajira.
De hecho, la situación del motel La Luna, en particular, refleja una práctica más amplia de robo de energía, con una deuda acumulada del establecimiento que asciende a 326 millones, además de los 24 millones no facturados mensualmente por el consumo eléctrico ilegal, según el portal regional.
Entre otros casos detectados se encuentra una bodega taller industrial y una segunda ubicación registrada a nombre de Rafa Luxury Car, ambas con instalaciones eléctricas fraudulentas y contribuyendo a las pérdidas económicas totales estimadas por Air-e. La empresa, así como las autoridades implicadas, no solo buscan cesar estas actividades ilegales, sino también concienciar sobre las consecuencias legales y sociales del fraude eléctrico.
La detección de estas irregularidades no solo implica una recuperación financiera para Air-e y una mejora en la seguridad de las instalaciones eléctricas de la región.
La difícil situación energética de los moteles de Barranquilla por alto costo
El sector hotelero y de moteles en Barranquilla y, en general, de la costa Caribe enfrentan una profunda crisis debido al significativo aumento en las tarifas de energía. La Asociación de Residencias y Moteles en el Atlántico (Asoremo) ha reportado que, para mitigar los altos costos, algunos establecimientos han tenido que apagar los aires acondicionados o incluso prescindir de personal no esencial.
Esta situación responde a un incremento de más del 30% en las facturas de energía en los últimos meses, que ha obligado a propietarios a adoptar medidas extremas para mantener sus negocios. Según Emilio Rodríguez, portavoz de Asoremo, citado por El Espectador, algunos moteles han optado por ofrecer servicios con ventiladores, pese a las elevadas temperaturas que superan los 40 grados de sensación térmica.
El contexto de esta crisis se agrava al considerar que el costo por kilovatio en la región ha superado los 1000 pesos, ubicando a Barranquilla con un precio de $1.221 por kilovatio hora, más alto que otras ciudades del país como Medellín, Cali y Bogotá.
Estos incrementos han provocado protestas ciudadanas, exigiendo al Gobierno nacional y a las compañías de energía reducir los precios y abordar el problema de los cobros adicionales por daños, robos en la red eléctrica e inversiones futuras en el sistema.
En respuesta a esta problemática, Rodríguez también indicó que ciertos establecimientos contemplan el cierre definitivo ante la incapacidad de cubrir los costosos pagos. La condición no sólo ha golpeado a hoteles y moteles sino también ha afectado a comercios y residencias en toda la región, lo que ha exacerbado la presión económica sobre los empresarios y residentes. Algunos, como La Luna, han acudido a alternativas.