En Bogotá, las autoridades identificaron deficiencias en el sistema de iluminación y en el manejo de residuos, problemas que se hacen más evidentes en ciertos puntos críticos de la ciudad.
Como medida, el Instituto de Desarrollo Urbano (IDU) y la Unidad Administrativa Especial de Servicios Públicos (Uaesp) decidieron implementar el uso de concreto estampado para la renovación de andenes, buscando una solución más sostenible y económica frente a la utilización de elementos prefabricados.
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Durante una inspección nocturna, llevada a cabo por los directores de ambas entidades, Consuelo Ordóñez y Orlando Molano, evaluaron la situación en tres áreas específicas: los puentes vehiculares de Avenida Boyacá en dirección sur-norte, desde la avenida de las Américas; la intersección de Avenida Boyacá con Guayacanes; y la ciclorruta de la avenida El Parque en Ciudad Salitre.
Estas zonas, marcadas por un inadecuado tratamiento de basura y escombros, serán algunas de las beneficiadas con la nueva estrategia de urbanismo.
La implementación del concreto estampado no solo busca mejorar la estética y funcionalidad de los andenes sino también ofrecer una alternativa más rentable. Un piloto realizado en Zonas Industriales reveló que el costo por metro cuadrado de espacio público con concreto estampado es significativamente menor respecto al uso de materiales prefabricados.
Precisamente, este análisis comparativo ha mostrado que el concreto estampado supone un ahorro considerable, cotizándose a $127.249 por metro cuadrado frente a los $134.668 que se cobra por el uso de prefabricados.
Según comentó Orlando Molano, director del IDU, el concreto estampado no solo es eficaz desde el punto de vista económico sino que también cumple con todas las normativas vigentes en cuanto a calidad y durabilidad, garantizando 10 centímetros de espesor y un acabado estético que simula la apariencia del adoquín.
“Estamos cumpliendo con todas las normas. Son 10 centímetros de concreto, en el que después de fundido se ponen unos moldes para que ustedes vean la figura del adoquín y los sardineles, para que no nos manchemos la ropa cada vez que salpican las tabletas”, dijo el director del IDU.
Este plan de acción forma parte de una iniciativa más amplia que, previa aprobación del Plan Distrital de Desarrollo, contempla una inversión de 260 mil millones con el objetivo de intervenir un millón de metros cuadrados de andenes en toda la ciudad.
Iniciativa en Bogotá busca transformar la calidad de vida urbana
La inspección nocturna llevada a cabo en tres puntos críticos de la ciudad por el Instituto de Desarrollo Urbano (IDU) y la Unidad Administrativa Especial de Servicios Públicos (Uaesp), tuvo como fin implementar soluciones que mejoren las condiciones de seguridad y sanidad en áreas claves para los ciudadanos.
Ambos directores enfatizaron la importancia de estas inspecciones para identificar y solucionar problemas de infraestructura y servicios que afectan directamente a los ciudadanos de Bogotá. Orlando Molano destacó la relevancia de la iluminación en la apropiación de los espacios por parte de la comunidad, así como la necesidad de trabajar en equipo para transformar a Bogotá en una ciudad más segura.
“Muy importante el recorrido de hoy para mirar las basuras en nuestros proyectos, sobre todo la iluminación, y el efecto que causa la iluminación en la gente, para que salga y se apropie de los espacios. Trabajando en equipo para que Bogotá camine segura”.
Por su parte, Consuelo Ordóñez aseguró que el compromiso conjunto de ambas entidades es fundamental para garantizar no solo la entrega de obras de calidad, sino también su adecuada operación y mantenimiento, contribuyendo a una Bogotá segura.
“Vamos a garantizarle a los habitantes de Bogotá que estamos trabajando articuladamente no solo para entregar buenas obras, sino para garantizar la operación perfecta de las mismas, y que el alumbrado público nos garantice una ciudad segura”, afirmó Consuelo Ordóñez, directora de la Uaesp al finalizar el recorrido.
Este tipo de intervenciones refleja el esfuerzo de la administración del alcalde Carlos Fernando Galán por mejorar el estado de la ciudad a través de la colaboración entre diferentes entidades gubernamentales. La meta es asegurar que los beneficios de proyectos y obras urbanísticas sean palpables y duraderos para todos los habitantes de Bogotá, consolidando así un compromiso con su bienestar y seguridad.