La Contraloría de Bogotá declaró responsables fiscales a cuatro exdirectivos de la Empresa de Telecomunicaciones de Bogotá (ETB), a los contratistas de obra y a los interventores del frustrado proyecto Data Center Alma.
El ente de control fiscal encontró irregularidades en la planeación, construcción no terminada e implementación de dicho proyecto, por cuantía de $23.787 millones; evidenciando así la pérdida de la inversión realizada por la ETB desde el 2015.
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En su investigación, la Contraloría de Bogotá documentó graves falencias en los diseños y cronogramas de los contratos, mala calidad y abandono de las obras civiles, al igual que ausencia de controles efectivos por parte de los entonces funcionarios de la ETB y de DCC Data Center Consultores, firma que realizaba la interventoría de la construcción.
Lo anterior, según la entidad, llevó a la no conclusión del millonario proyecto y al detrimento de los recursos utilizados por la Empresa de Telecomunicaciones.
Efectivamente, dentro de los hechos irregulares figura la adjudicación de los diseños e ingeniería detallada a la firma DCC Data Center Consultores en el mismo contrato en el que se encargó la interventoría.
“El frustrado proyecto Data Center es quizás uno de los peores negocios que ha hecho la ETB en su historia, y donde se perdieron más de $23 mil millones de todos los bogotanos”, manifestó el contralor de Bogotá, Julián Mauricio Ruiz.
Sobre el polémico Data Center Alma
El Data Center Alma era un innovador proyecto concebido en su momento como un centro de almacenamiento de datos a gran escala, que estaba destinado a constituirse en un modelo de expansión de negocios para la ETB a partir de la promoción y comercialización de espacios, en los cuales los clientes podrían almacenar de manera segura toda su información en equipos de última generación.
Para la construcción del Data Center Alma, con dos edificios en un terreno de 6.870 metros cuadrados, ubicado en la Zona Industrial de Puente Aranda, la ETB suscribió cuatro contratos sin contar con los diseños definitivos ni la licencia de construcción aprobada, en los cuales, según la Contraloría, se evidenciaron: incumplimientos, mala calidad, abandono de la obra, no uso de los equipos, y deficiente supervisión e interventoría.
El ente de control fiscal consideró que el daño patrimonial demostrado objetivamente asciende a $14.745 millones. No obstante, el fallo de responsabilidad fiscal en cuantía de $23.787 millones corresponde al daño al patrimonio de la ETB, toda vez que el proyecto aprobado por la Junta Directiva de la compañía nunca se culminó, e incluso tanto la estructura física como los equipos tecnológicos permanecen abandonados.
Ya han sido recuperados $8.000 millones
Adicional al fallo de responsabilidad fiscal, la Contraloría de Bogotá aseguró que está trabajando en la recuperación de los recursos utilizados por el distrito en el Data Center Alma.
De acuerdo con la entidad, recientemente, la aseguradora La Previsora S. A. le giró a la ciudad $8.000 millones tras hacerse efectiva una póliza de responsabilidad civil de servidores que amparaba el proyecto que finalmente fracasó.
“Desde la Contraloría estamos haciendo todo para recuperar los millonarios recursos que la ETB invirtió en el Data Center, incluso una de las aseguradoras ya reintegró a la ciudad $8 mil millones y seguiremos efectuando todas las acciones para recuperar los recursos restantes”, explicó el contralor de Bogotá.
Los ‘elefantes blancos’ son grandes proyectos de infraestructura que terminan siendo subutilizados o que no cumplen con los objetivos para los que fueron creados, resultando en una inversión de recursos económicos desproporcionada en comparación con su utilidad efectiva. Es así como este tipo de obras inconclusas generan detrimento patrimonial al Estado o a las entidades públicas, debido a gestiones irregulares, fraudulentas o corruptas.