Ventilador le arruinó la tarde a comerciante paisa que contaba sus ganancias en efectivo: los billetes volaron por la ventana

Los paisas no salen de su asombro tras conocerse el video en el que un joven empresario dejó que varios fajos de billetes salieran volando por la ventana de su oficina, mientras contaba y organizaba el efectivo.

Las imágenes virales en las redes sociales, fue captada por la cámara de seguridad de su despacho y en ella logra apreciarse cómo sus intentos por mantener el dinero adentro se quedan cortos, pues la mayor parte del efectivo sale volando a la calle.

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El incidente, sin embargo, se habría dado por cuenta de un descuido, luego de que el joven empresario encendiera un ventilador y lo colocara mirando de frente a la pila de efectivo que en cuestión de segundos, desapareció.

Desesperado, no tuvo de otra que tirarse sobre el escritorio y cerrar la ventana, mientras se lamentaba por haber accionado el ventilador frente al dinero. Un golpe de mala suerte que, más allá de hacerlo un meme, le dio una lección para toda la vida.

“¿Pero en qué podría haber estado pensando ese muchacho?”, “Y yo esperando que entraran varios tipos con revolver en la mano y lo atracaran, que mal pensado”, “Oiga, pero que falta de sentido común”, “Que dicha estar caminando en la calle, al lado de esa ventana”, “Con esos tres millones que se le fueron hubiera podido comprar un aire acondicionado”, “Y fue en ese momento que supo cómo funcionaban los ventiladores”, “Y yo acá sufriendo porque boté 100 mil pesos”, “Mi primera chamba...”, “¿No les dije que la plata no hace al hombre?”, “Con razón a veces llueven billetes, todo tiene su lógica”, “Ojala haya podido recuperar algo, que sensación de impotencia”, “Mi ahorros, mi dinero...”.

Una inesperada lluvia de billetes sorprendió a los habitantes de Pereira cerca de la Plaza de Bolívar el pasado 27 de noviembre (2024), creando confusión y asombro entre los transeúntes.

Y es que, según testigos, billetes de dos mil pesos colombianos y posiblemente dólares comenzaron a descender desde un edificio, causando que una multitud se congregara rápidamente en el sitio.

Este peculiar evento no solo detuvo el tráfico, sino también grabó en la memoria de los presentes una escena poco común que, por un instante, pareció haber detenido el tiempo en esta zona céntrica de la ciudad.

Diferentes versiones se escucharon entre quienes afirmaron haberlo presenciado a través de las redes sociales, pues, algunos afirmaban haber recolectado hasta 150.000 pesos colombianos, pero otros testimonios sugieren una cifra total mucho menor, alrededor de 20.000 pesos, dispersos en billetes de 2.000.

“Se matan, se matan”, exclamaba una voz entre la multitud, capturando la euforia y el frenesí que se vivió durante los minutos que duró este inesperado aguacero financiero.

Las reacciones en redes no se hicieron esperar, con opiniones divididas entre quienes criticaban el acto por considerarlo imprudente y aquellos que, por el contrario, deseaban haber estado presentes para participar en la recolección.

“Llegando papá Noel”, “Que bueno que pasara por donde yo vivo”, “Me lo perdí”, “Los esperamos”, “Recogí cuatro celulares...”, “Ya voy para allá, espérenme”, “La estupidez humana en su máximo esplendor”, “Pero ¿por qué no dicen que fueron billetes de 2.000″, “Dicen que tiraron 20 mil en billetes de 2.000 y eso armó un trancón de dos horas”, “Por dinero el ser humano mata y vende hasta la madre”, “Cómo hacen eso, la gente se mata por recoger plata”, “No falta el que diga que recogió dos millones o más”.

“Quienes pasaban por el lugar no podían creer lo que veían,” comentaba otro usuario, describiendo cómo la curiosidad se apoderó de todos, quienes no dudaron en levantar la vista y luego lanzarse al suelo en busca de los billetes.

Si bien el origen de esta peculiar lluvia de dinero aún se mantiene bajo especulación, lo cierto es que el acontecimiento fortaleció el tejido de historias urbanas y leyendas en Pereira, añadiendo un capítulo más a las sorpresas que, ocasionalmente, ofrece esta urbe. El análisis de este evento trasciende la simple anécdota para adentrarse en reflexiones sobre la naturaleza humana, la expectativa frente a lo imprevisto y la manera en cómo las comunidades reaccionan ante fenómenos que rompen la cotidianidad.