Deportista colombiano estuvo a punto de morir: su paracaídas no abrió

En el aire recordó cómo solucionar el problema y, aunque con ataque de pánico, aterrizó sano y salvo

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Por suerte, su instructor actuó
Por suerte, su instructor actuó con rapidez y lograron solucionar el problema - crédito @juandiegobecerra

En una entrevista con el podcaster Alejandro Carvajal, concedida a mediados de abril del 2024, el creador de contenido y deportista extremo Juan Diego Becerra recordó cómo estuvo a punto de perder la vida en su segundo salto en paracaídas.

Su experiencia aterradora lo llevó a querer abandonar los deportes extremos, pero al caer en cuenta de que con todo y el pánico que llegó a sentir, logró controlar su mente, decidió seguir adelante con su carrera en las redes sociales.

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“En mi segundo salto como paracaidista no pude abrir el paracaídas y ahí fue cuando aprendí a manejar mi cabeza y que mi cabeza no me manejara a mí”, comentó a través de sus redes sociales, al hablar sobre lo sucedido.

Al notar que el paracaídas no se desplegaba al jalar de la cuerda, empezó a llorar y a gritar desconsolado, pensando que no podría aterrizar con vida. Pero esto solo empeoró la situación, ya que su cuerpo pasó de estar en la posición adecuada a darse vuelta.

Al intentar zafarse de semejante situación, su cuerpo empezó a dar vueltas en el aire - crédito @alejocarvajalp / TikTok

“Fui a abrir el paracaídas, pero perdí el control de mi cuerpo y cuando tu estás en una caída libre y metes la mano, el viento te voltea. Yo perdí la posición de mis piernas y en la grabación de seguridad se ve cómo yo empiezo a tratar de abrir el paracaídas, pero no lo encuentro”.

Por suerte, su instructor conservó la calma y evitó que siguiera dando vueltas, tomándolo por la espalda y desplegando de manera manual el paracaídas.

“El instructor que estaba volando conmigo fue el que cogió mi paracaídas y lo abrió. En ese momento yo pensé que estaba enloqueciéndome, que algún cable se me había desconectado (en la cabeza). Quise renunciar y quise no volverlo a intentar. Todo eso porque mi cabeza en ese momento no dimensionaba las cosas y no sabía bien qué había pasado”.

Al desplegarse, el paracaídas empezó a moverse en círculos, pero Juan Diego recordó que le habían dicho que en casos similares podía patear en sentido contrario y, se puso manos a la obra, aunque en medio del llanto y la desesperación.

Su instructor logró acercarse a
Su instructor logró acercarse a él y controlar la situación - crédito Pixabay

“Sentí muchísimo miedo, muchísima angustia y una ansiedad que, ni para qué les cuento, pero lo más lindo de esta historia es que no me rendí y en mi tercer salto como paracaidista, cuando abrí el paracaídas y vi ese paisaje espectacular, sentí una felicidad indescriptible y lo primero que se me vino a la cabeza fue: no puedo creer que el miedo casi me quita la experiencia más linda”.

Sin el pánico de amortiguar la caída con su cuerpo, la experiencia fue totalmente diferente para Juan Diego, quien de un salto a otro cambió por completo su perspectiva sobre los riesgos a los que se enfrenta cada que decide crear contenido:

“Era tan hermoso, simplemente, parecía irreal y descubrí que había desarrollado la mentalidad de paracaidista y que era capaz de cualquier cosa, que todos los limites eran mentales y es que con un solo salto tu mentalidad puede cambia por completo”.

El susto no evitó que
El susto no evitó que Juan Diego se perdiera de otros saltos en paracaídas - crédito visualesIA

¿Qué hacer en caso de tener problemas con su paracaídas en el aire?

De acuerdo con la empresa española de instrucción en paracaidismo Skydive, en caso de tener problemas con el paracaídas en el aire “la respuesta más simple es que todos los paracaidistas llevan un paracaídas principal y otro de reserva. Si el principal falla su apertura, pues entonces se abre la reserva. Si esto sucediera en su salto, su instructor se hará cargo de todo el procedimiento”.

Y “adicionalmente a los dos paracaídas”, suele ocurrir que el equipo de instructores esté “dotado de un sistema computarizado barométrico de apertura automática (AAD), el cual abre el paracaídas de reserva si el instructor no ha podido hacerlo”.

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