Si usted es de los que opta por retirarse del precipitoso ritmo de la vida de la ciudad, los fines de semana son ideales para dar un paseo por las joyas naturales que se encuentran en las cercanías de Bogotá.
Debido a que la capital del país se encuentra en la cordillera oriental, y en virtud de su altura, la riqueza de ambientes y las bondades de la naturaleza son protagónicos en la región. Cerros rocosos, páramos, bosques de niebla y paisajes tropicales se pueden encontrar a distancias no mayores de la ‘nevera’.
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Por eso los habitantes de Bogotá y de los municipios aledaños cuentan con numerosas opciones de bioparques para escapar del bullicio de la ciudad y sumergirse en la naturaleza durante los fines de semana. Estos espacios, que combinan la conservación ambiental con actividades recreativas, se ubican a distancias accesibles de la metrópolis, de modo que se convierten en una muy buena razón para desconectarse del estrés citadino para conectarse con la flora y fauna locales.
Bioparque la Reserva en Cota
Entre los destinos recomendados hay algunos que se ubican a pocos kilómetros de las salidas de Bogotá. Otros, en cambio, si están a unas horas de recorrido por carretera. Uno de los más próximos es el Bioparque la Reserva en Cota, conocido por ser un santuario de animales en el que se encuentran especies rescatadas del tráfico ilegal, por ejemplo. Este es un centro de conservación se enfoca en proporcionar una experiencia educativa sobre la biodiversidad colombiana a través de exhibiciones especiales.
Dice el portal web del parque -que es una fundación sin ánimo de lucro- su propósito es “contribuir a la conservación de fauna silvestre colombiana, flora y recursos naturales a través de proyectos de educación ambiental e investigación sobre biodiversidad de ecosistemas colombianos”.
Páramo de Ocetá
A una kilometraje un poco más largo hacia el norte, en el municipio de Mongui, Boyacá está el “páramo más bello del mundo”, el páramo de Ocetá, destacado por su gran número de flora, en mayoría frailejones. lupinos y senesios. Si quiere también conocer uno de los pueblos históricos del departamento, no se pierda una caminata en Mogui, que aún tiene las históricas calles empedradas y construcciones que todavía están en pie desde tiempos coloniales.
Farallones de Sutatausa
La zona montañosa andina del altiplano cundiboyacense tiene texturas boscosas, llenas de vegetación de gran altura, por el frío, otras con menos plantas de altura como los páramos y algunas escarpadas. Es el caso de los Farallones de Sutatausa. Como informó la guía turística RoadTrip, “la belleza de estas formaciones rocosas, cuya cumbre alcanza los 3.200 msnm; representa una opción de caminatas ecológicas cerca de Bogotá”. En este punto, se pueden planear escaladas, senderismo al borde del risco, y una increíble panorámica del Valle de Ubaté con una caminata baja. Hay planes de un solo día.
Chicaque
En el caso de los bioparques que se encuentran por la salida sur de la ciudad, está la opción para los aventureros del Parque Natural Chicaque, situado al suroccidente de la capital, en el borde de la cordillera en el que se ven amoladas montañas nutridas de árboles altos que encaran un gran valle, hacia el Tequendama. Este parque es el escenario perfecto para el avistamiento de aves y ofrece rutas de senderismo, cabalgatas, e incluso la posibilidad de alojamiento en hotel, nidos o camping. Según su página oficial, Chicaque es “un lugar mágico para compartir con familiares o amigos”.
Cerro del Quininí
Un poco más abajo, está el Parque Natural Cerro Quinini, que es una muy recomendable elección para aquellos interesados en la arqueología y la exploración de vestigios históricos en medio de la naturaleza. El ascenso al mirador del cerro demanda un esfuerzo aproximado de tres horas –si va con niños puede tomar más y se recomienda subir con mucha calma por sus senderos empinados–, pero recompensa con vistas inigualables y contacto directo con la vegetación del lugar.
Desde la cima del pico del Quininí –cuya cumbre se ve desde la carretera que atraviesa Silvania, Fusagasugá y Chinauta– se puede ver el río Magdalena en medio de un vasto panorama montañoso, por un lado, mientras que se pueden ver los tres municipios perfectamente separados desde el ángulo opuesto.
Jericó
Por último, el Parque Ecológico Jericó promete una jornada familiar llena de diversión con opciones como pesca deportiva, cabalgatas, y paseos por senderos naturales. Ubicado cerca al municipio de La Vega, este parque está a solo 33 kilómetros de la salida de Bogotá, lo que lo hace una opción accesible para un escape rápido de la rutina citadina.
Cada uno de estos bioparques cerca a Bogotá ofrece diferentes actividades y servicios pensados para el disfrute de la naturaleza y la promoción de la conservación ambiental. Además, el papel de estos espacios en la conservación y educación ambiental resalta la importancia de proteger y valorar el patrimonio natural del país.