El presidente de Colombia, Gustavo Petro, anunció el 1 de mayo, la ruptura de relaciones diplomáticas con Israel, sin embargo, dejó intacto el soporte consular para los ciudadanos colombianos en la región.
A pesar de la severidad de esta medida política contra el gobierno de Benjamín Netanyahu, la atención consular a más de 5.000 colombianos en Israel y Palestina continuará sin interrupciones, aseguró la Cancillería colombiana.
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La decisión de suspender las relaciones con Israel no impactará los vínculos económicos ni militares entre ambos países, centrando su efecto exclusivamente en el plano diplomático y político.
Esta medida surge en un contexto donde Colombia expresó repetidamente su llamado a un alto al fuego y al envío de ayuda humanitaria para Gaza, destacando su firme posición contra lo que considera violaciones al Derecho Internacional Humanitario por parte del estado israelí.
Debido a esta situación, Colombia mantendrá un equipo consular compuesto por tres representantes en Tel Aviv, enfocados en brindar asistencia a los colombianos sin ejercer actividades políticas. La embajadora colombiana, Margarita Manjarrez, permanecerá en Bogotá, y se espera que el embajador israelí en Colombia se retire del país siguiendo la decisión gubernamental.
“Nuestros connacionales en Israel y en Palestina seguirán recibiendo la asistencia y servicios necesarios por parte de la Sección Consular de la embajada en Tel Aviv”, dice el comunicado de la Cancillería.
La posición de Colombia destacó su repudio hacia las acciones y políticas implementadas por el gobierno israelí, según ha trascendido desde la Cancillería.
El canciller encargado (e) Luis Gilberto Murillo enfatizó que la decisión de romper relaciones busca ejercer presión internacional sobre Israel para frenar el conflicto y representa un acto de protesta contra el manejo de la guerra por parte del gobierno de Netanyahu. Colombia se posiciona oficialmente en contra de la complicidad y el silencio ante lo que describe como genocidio, crímenes de guerra y otras violaciones graves a la humanidad y al derecho internacional.
Expertos criticaron la decisión de Colombia de cesar lazos con Israel: “Una monumental equivocación”
La determinación del presidente de Colombia, Gustavo Petro, de cesar los lazos diplomáticos con Israel suscitó una ola de reacciones y preocupaciones a nivel nacional e internacional. Esta acción, anunciada durante un evento el primero de mayo, pone fin a más de siete décadas de relaciones bilaterales, afectando diversas áreas como defensa, comercio y las relaciones con Estados Unidos.
Expertos y exfuncionarios expresaron su inquietud por las consecuencias de este abrupto giro en la política exterior de Colombia. Entre ellos, el expresidente Iván Duque criticó la medida, calificándola de “monumental equivocación” que coloca a Colombia en una posición desfavorable a nivel global.
Esta preocupación se ve reflejada en el ámbito de la defensa, donde la colaboración con Israel ha sido crucial. Así mismo, el impacto económico se anticipa severo, dado que el intercambio comercial entre ambos países supera los 1.000 millones de dólares, y las inversiones israelíes en Colombia alcanzan los 60 millones de dólares.
La reacción dentro de la Confederación de Comunidades Judías en Colombia también ha sido de consternación. Su director ejecutivo, Marcos Peckel, manifestó el impacto emocional que esta decisión ha tenido sobre la comunidad judía en el país. Las preocupaciones no se limitan a las repercusiones comerciales o diplomáticas, sino también a las potenciales implicaciones en la seguridad nacional.
El exministro de Defensa Diego Molano advirtió sobre los riesgos para la capacidad militar y de inteligencia de Colombia, dada la previa cooperación con Israel en estos ámbitos.
Reflexiones críticas sobre esta medida también han venido de figuras como la exvicepresidenta y excanciller Marta Lucía Ramírez y el expresidente Enrique Peñalosa, quienes subrayaron la importancia de mantener relaciones estratégicas con aliados internacionales y cuestionaron la falta de condena hacia acciones terroristas por parte de grupos como Hamás.
En el ámbito cultural, personalidades como el chef Jorge Rausch llamaron la atención sobre el crecimiento del antisemitismo y su impacto en la comunidad judía en Colombia, enfatizando la preocupación por la polarización y el discurso público en torno a este tema.
La decisión de romper relaciones sugiere un cambio significativo en la postura de Colombia hacía conflictos internacionales, particularmente en el Medio Oriente, planteando interrogantes sobre las futuras políticas exteriores y sus ramificaciones para la seguridad y el bienestar económico del país.