Las secuelas de la masacre de Bojaya, así es el proceso de reparación 22 años después

El 2 de mayo de 2022, la explosión de un cilindro dentro de una iglesia en la que se escondían parte de los pobladores conmocionó a Colombia

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Esta es considerada una de las peores masacres que dejó el conflicto con las extintas Farc-EP - crédito AFP
Esta es considerada una de las peores masacres que dejó el conflicto con las extintas Farc-EP - crédito AFP

El conflicto armado interno de Colombia ha dejado varios hechos devastadores, uno de ellos es la masacre de Bojaya, que se registró el 2 de mayo de 2002 al interior de una iglesia en la que los pobladores del municipio que pertenece al Chocó se escondían de un ataque guerrillero.

Para entender qué provocó la muerte de alrededor de 80 pobladores en Bojaya hay que volver a la Colombia de inicios de los 2000, en la que el conflicto entre organizaciones guerrilleras y paramilitares dejaban a las comunidades en medio de las balas.

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En uno de esos enfrentamientos, nuevamente los civiles quedaron desprotegidos, por lo que buscaron refugio en la iglesia del pueblo, pero un cilindro bomba lanzado por las Farc-Ep explotó al interior del recinto religioso, dejando además de las víctimas mortales, alrededor de 100 personas heridas.

Entre las víctimas y los escombros quedó una figura que aun en la actualidad es muestra de la resiliencia que han tenido los residentes en Bojaya, al ser el centro de una guerra que no es de ellos, se trata del Cristo Mutilado, al que le piden a diario que una masacre no se vuelva a registrar allí.

Aproximadamente 80 personas murieron tras la explosión - crédito AFP
Aproximadamente 80 personas murieron tras la explosión - crédito AFP

“Las víctimas de Bojayá no paramos de cantar, para mitigar el dolor y que nos dejen en paz. La paz, la paz, la paz queremos”, es una de las canciones que se escucharon durante el evento en homenaje a las víctimas que se realiza cada año en Bojaya, y que en la conmemoración de los 22 años de este hecho que conmocionó a Colombia tuvo a enviados del Ministerio de Educación y Cultura.

Mediante el programa presidencial Sonidos para la Construcción de Paz, los representantes del Gobierno nacional nuevamente homenajearon a los bojayeseños que perdieron la vida en esa ocasión, para ello, la Orquesta Sinfónica de Colombia se presentó por primera vez en este lugar.

“Vamos a vincular artistas formadores, sabedores y sabedoras de la región y trabajar hasta con 600 niños, niñas, jóvenes y adolescentes para iniciar esta trasformación de la paz desde la cultura”, anunció Gabriel Arjona, gerente del programa mencionado a Rtvc.

De la misma forma, el ministro de Cultura, Juan David Correa, anunció que esta iniciativa llegará a los colegios de Chocó, con el objetivo de que los niños de la región puedan tener una salida de los malos ejemplos.

“A todos los municipios del Chocó, al menos a un colegio, llegará este programa que consiste en la llegada de instrumentos, formadores, maestros de música; lo que se llama los centros de interés y que consiste en la llegada de la literatura, la música, la historia, el bienestar físico”, aseguró el ministro.

No fue sino hasta 2019 que las víctimas pudieron ser enterradas de manera digna - crédito EFE
No fue sino hasta 2019 que las víctimas pudieron ser enterradas de manera digna - crédito EFE

De acuerdo con la Unidad para las Víctimas, más de 17.000 millones han sido destinados para indemnizaciones de las familias de las víctimas y los sobrevivientes de esta masacre, lo que ha permitido que más de 2.100 personas se hayan visto beneficiadas desde 2002.

A pesar de esto, el Estado sigue en deuda con las víctimas, ya que solo el 30% (alrededor de 739 personas) han sido indemnizadas desde el hecho que marcó a parte de la población, pero también se ha convertido en el motivo por el que los sobrevivientes siguen queriendo salir adelante y “seguir floreciendo de nuevo”.

“Queremos un municipio de colores, donde se respete la vida, prevalezca la educación, la cultura y el medioambiente; donde los campesinos y campesinas, los líderes, lideresas y defensores de derechos humanos puedan caminar libremente sin temor alguno”, fueron las palabras de Yúber Palacios Córdoba, representante del comité de víctimas.

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