Las finanzas de miles de personas naturales en Colombia han experimentado un deterioro que las ha llevado a reportar que no pueden cumplir con sus obligaciones económicas. Tanto, que en menos de un semestre del año en curso, ya van más de dos mil connacionales que se han “declarado en quiebra”, expresión común para expresar el acogimiento a la insolvencia económica, expresada a través de la ley 1564 del 2012.
Estos datos han sido suministrados por Insolvencia Económica a la par con IFI Inteligencia Financiera, compañías que persiguen el bienestar financiero de colombianos que no tienen cómo pagar. Y aunque en septiembre del 2023 se informó de un aumento de más del 44% (4.500) casos de insolvencia en el país, las autoridades, entre enero y abril del año actual, ya se han registrado un grueso de solicitudes que no se puede dejar de lado.
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Algunas variables destacadas por estas entidades se asocian con el elevado desempleo, que según el Dane quedó en un 11,3%, así como las pendulaciones de las tasas de interés, el endeudamiento a través de créditos y el sistema de préstamos informal conocido como ‘gota a gota’.
“Las principales causas de quiebra entre los colombianos son la falta de trabajo, la disminución en sus condiciones laborales, el desorden financiero, los gota a gota, las tarjetas de crédito y las altas tasas de interés que no les permiten refinanciar viejas deudas o a precios mucho más caros”, destacó Luis Benítez, director de Insolvencia Colombia.
La situación es aún más grave al considerar que, durante el año 2023, el informe reportó a final de año un total de 6.470 colombianos que se acogieron a la insolvencia, lo que ha marcado un incremento del 48% en comparación con el año anterior.
No es del todo malo “declararse insolvente”
Si embargo, esta tendencia, de acuerdo como lo que emitió Insolvencia Colombia e IFI Inteligencia Financiera, podría interpretarse de manera positiva ya que “significa que cada vez más colombianos sacan provecho de la Ley de Insolvencia y así obtienen una segunda oportunidad para reorganizar sus asuntos financieros”, como señaló Benítez, citado por El Nuevo Siglo.
El análisis detalla que Bogotá lidera el listado de regiones con mayor número de solicitudes de acogimiento a esta ley, seguida por Antioquia, Valle del Cauca, y otros departamentos significativos. Esencialmente, el año anterior, el departamento de Antioquia registró el aumento más significativo en el número de personas en quiebra, con un alza del 71,29%.
De la misma manera, se conoció que la edad promedio de quienes se declararon en bancarrota oscila entre 40 y 50 años, con hombres como el género con más solicitudes.
Otra revelación importante del informe es que casi el 60% de las personas que se declararon en quiebra en 2023 son solteras, frente al restante de personas que hacían parte de diferente estado civil.
Además de diagnosticar el problema, Insolvencia Colombia e IFI Inteligencia Financiera ofrece varios consejos para evitar la quiebra, como ser honestos con las finanzas personales y evitar la adquisición impulsiva de nuevos créditos.
Qué tan bueno es endeudarse en el 2024
Un reporte de la misma compañía destacó que el año en curso puede ser aprovechado para adquirir endeudamientos, debido al descenso inflacionario y la bajas en las tasas de interés que el emisor ha establecido.
“Basándonos en factores como la inflación y las tasas de interés, que fluctúan de forma cíclica y variable, los seres humanos deberíamos tomar decisiones financieras estratégicas, como por ejemplo, adquirir un préstamo, tomar un crédito hipotecario, etc. Es así que, con la inflación en descenso, podría ser un buen momento para planificar cuidadosamente nuestro endeudamiento”, aseveraron.
Benítez, por su parte, explicó que “2023 fue el primer año en que hubo menos acuerdos de insolvencia, en parte por la posición a veces obtusa de las entidades financieras y los acreedores, los cuales no generan estrategias para entender las propuestas de pago de sus clientes”.
Aún así, destacaron que hay que ser prevenidos, pues “aunque ya hay señales de reducción en los préstamos hipotecarios, todavía no es suficiente”. En ese sentido, es necesario ser cautelosos, “controlar el flujo de efectivo y, si es posible, posponer esos proyectos que requieren financiamiento hasta finales de este año o principios de 2025″, aseguraron.