Uno de los periodos más difíciles de afrontar en el año son las precipitaciones que se generan en el territorio colombiano, debido al déficit en el alcantarillado de ciudades principales y a la ausencia de las mismas en las demás regiones del país.
Aparte, las catástrofes que ocasionan las lluvias en las zonas rurales, como deslizamientos de tierra, a veces convertidas en lodo, generan temor en las comunidades que viven cerca o en sitios aledaños. Por eso la importancia de que las entidades correspondientes estén al tanto y así, gestionar estrategias de prevención respecto a esta problemática en aquellas zonas.
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De este modo, Carlos Carrillo, director de la Unidad Nacional de Gestión de Riesgo (Ungrd), aseguró desde Santander, que Colombia no está lista para afrontar el fenómeno de La Niña, el cual llegaría en las próximas semanas.
Además, fue enfático en que esto se genera por la falta de preparación, puesto que los sistemas de alerta temprana es lo que más preocupa al funcionario.
Dicha preocupación por parte de Carrillo radica en que, según él, la plata se ‘evaporó' en varias regiones del país, como en el departamento de Nariño. Manifiestó que los refugios para el volcán Galeras debían estar listos, pero no se encontró nada. “Había una yegua, ¿Por qué? La plata se evaporó, eso pasa en muchos proyectos, no se ha hecho, ha habido corrupción”, expresó el director de la Ungrd.
“El país no está preparado, lo recorro y no está preparado... Eso hace parte de las consecuencias de no afrontar con el rigor y profundizarse en las preparaciones para eso, vamos a trabajar desde esta nueva dirección, pero ya con el fenómeno encima debe haber estrategias de prevención desde meses antes”, agregó Carlos Carrillo.
La preocupación por el impacto de las precipitaciones en San Andrés y Providencia resalta la vulnerabilidad de estas islas colombianas frente a fenómenos naturales adversos, según el funcionario de la unidad. La declaración subraya la inquietud general por el país, pero apunta especialmente a estas regiones como las de mayor riesgo de sufrir daños significativos y de enfrentar graves consecuencias para sus comunidades.
“El caso es particular porque viene una temporada de ciclones, ciclones indómitos, numerosos, la visita que hice me dejó preocupado, hay muchas cosas por hacer y no hay tiempo”, afirmó Carrillo.
Baja ejecución presupuestal no es una novedad
Cabe recordar que justamente la Ungrd tiene una apropiación presupuestal disponible de 780.279 millones de pesos. De ese total, si bien ya están comprometidos para ejecutar 653.582 millones, hasta la fecha solo se han hecho pagos o movimientos por apenas 2.468 millones de pesos, lo que no configura ni el 1% del total del dinero del que se dispone para trabajar.
La baja ejecución de la Ungrd no es nueva. De hecho, los informes finales publicados en línea por la propia entidad revelan que en 2023 solo se ejecutó el 5,7% del total presupuestal. ”La apropiación final de presupuesto a la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres para la vigencia 2023 fue de dos billones doscientos sesenta y tres mil noventa y tres millones doscientos ochenta y seis mil quinientos treinta pesos, de los cuales se comprometió el 99.91% y se obligó el 5,77%”, revela el documento de la Ungrd.
Llama la atención que, a la fecha, la partida más grande que tiene el presupuesto de Gestión de Riesgo, por 650.000 millones de pesos que corresponde a transferencias de la entidad al Fondo Nacional de Gestión de Riesgo de Desastres, está en 0% de ejecución.
Otros rubros de inversión importantes, como los 23.299 millones de pesos destinados al “fortalecimiento de la gestión de riesgo de desastres en la zona de amenaza volcánica en el Galeras”, no han sido ni ejecutados, ni comprometidos. Actualmente, todos los indicadores de este dinero están en cero, según el Portal de Transparencia Económica.