El domingo 2 de mayo de 1999, Metallica hizo historia en Colombia, al presentarse por primera vez en el país ante unos 100.000 espectadores, en un hecho que todavía hoy se tiene guardado como un hito que marcó a la escena del rock colombiano.
El cuarteto de San Francisco generó con su concierto una euforia que se tradujo en filas con días de anticipación alrededor del parque Simón Bolívar y un cubrimiento mediático que, entre la expectativa y el prejuicio alrededor del heavy metal que todavía persistía entre un considerable sector de la sociedad, marcó un punto de quiebre en la forma de entender la importancia de recibir conciertos en el país.
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Aunque hoy en Colombia se dé por sentada la intensa actividad musical en vivo, lo cierto es que no siempre fue así. O, al menos, no estaba ni cerca de contar con la facilidad de difusión y organización de la que se goza hoy. Sin ir tan lejos, el comienzo del milenio todavía evidenciaba que a pesar de contar con iniciativas continuadas de conciertos en vivo como Rock Al Parque, el país todavía tenía un largo camino por recorrer para recibir a los artistas más importantes del planeta en los escenarios que tenían disponibles para ello.
Una prueba de ello es que todavía en los años 90 era inusual que los artistas angloparlantes sumaran a Colombia como destino de sus presentaciones. Durante esa década hubo algunas excepciones, que incluyen a la caótica presentación de Guns N’ Roses en 1992, INXS y Pet Shop Boys en 1994, o Bon Jovi en 1995, que tuvo la mala fortuna de coincidir con la jornada en que fue asesinado Álvaro Gómez Hurtado.
Debido a que los desórdenes que se produjeron en el concierto de Guns N’ Roses seguían en la memoria colectiva, cuando se anunció el show de Metallica existía el temor de un sector de la ciudadanía de que esto se repitiera en el parque Simón Bolívar. Dicho temor se alimentaba, además, de la reputación de la comunidad rockera como una violenta y que se concentraba para consumir drogas.
Lo anterior llevó a que, incluso con el nombre tan significativo que era Metallica en ese momento, no fuesen propiamente promotores o empresarios los que pusieron el dinero para contratar a la banda. Fue el Teatro Nacional, liderado por Fanny Mickey, el que aportó el dinero necesario para que Metallica sumara al país en la gira Garage Remains The Same Tour, que en Latinoamérica también pasó por Venezuela, Chile, Argentina, Brasil y México.
Con todo, la emoción del público colombiano sobrepasó las expectativas, y tras las presentaciones de Darkness y La Pestilencia como teloneros – confirmados a última hora y que aceptaron tocar gratis tan solo por poder decir que le abrieron a Metallica –, a las 7:30 p. m., con un Simón Bolívar al que no le cabía un alfiler, James Hetfield, Lars Ulrich, Kirk Hammett y Jason Newsted salieron al escenario ante el rugido de los espectadores.
Las primeras palabras de Hetfield al público colombiano ilustraron el momento y la filosofía misma de Metallica. “Hemos esperado mucho tiempo para estar juntos. Gracias y f*ck you”, exclamó. A partir de allí se sucedieron dos horas de presentación en las que interpretaron algunos temas de su álbum de covers Garage Inc, mientras interpretaban clásicos de su repertorio como Master Of Puppets, For Whom the Bell Tolls, One, Creeping Death, Nothing Else Matters y Enter Sandman, que alternaron con canciones que en ese momento eran lanzamientos recientes como Fuel y King Nothing.
En una crónica conmemorativa del evento realizada por Señal Colombia, se establece que “el voz a voz de quienes asistimos al concierto apunta a que el sonido fue bueno en Platinum, aceptable en VIP y pésimo en General”. Esto, debido a que no había pantallas o amplificadores lejos de la tarima, por lo cual los que pagaron la localidad más económica no pudieron disfrutar en exceso del poder en vivo de Metallica.
Por otra parte, el periodista musical Andrés Durán recordó que la visita de Metallica en esa oportunidad fue muy corta. “Por temor al país que éramos les dio miedo quedarse. Así que llegaron en un jet privado, se presentaron, regresaron al aeropuerto y se fueron de una vez. Seguro pensaron que los iban a secuestrar o que cualquier cosa podía pasarles”, recordó en una nota publicada en Radiónica narrando su experiencia.
Tuvieron que pasar 11 años para que Metallica volviera a poner sus ojos en Colombia. El 10 de marzo de 2010, el país fue testigo de su regreso una vez más en el Simón Bolívar –ahora con Robert Trujillo reemplazando en el bajo a Jason Newsted– y, esta vez si, con una mejor preparación para recibir eventos masivos de ese calibre en el país. A esta le siguieron dos presentaciones más en 2014 y 2016, esta última en el Hipódromo de Los Andes.
En junio de 2020, durante la pandemia de covid-19, Metallica sorprendió a sus seguidores en Colombia al subir a su cuenta oficial en YouTube ese primer concierto en Bogotá de 1999. Con una introducción del propio Lars Ulrich, la grabación está en calidad de VHS y permanece como la prueba irrefutable de que esa noche, los conciertos en Colombia dieron un paso más allá en su afán de convertirse en parada obligada para los artistas más importantes del mundo.