En el estudio de la sismología, los términos sismo y terremoto a menudo se utilizan de manera intercambiable, pero pueden tener matices distintos en su uso. Un sismo es un fenómeno geológico que resulta del movimiento brusco de las placas tectónicas en la corteza terrestre, lo cual genera vibraciones o movimientos del suelo. Este movimiento puede ser provocado por diversos factores, incluyendo la actividad volcánica o el colapso de cavidades subterráneas, aunque la mayoría se debe al reacomodo de placas tectónicas.
Por otro lado, el término terremoto generalmente se refiere a sismos de mayor intensidad que tienen la capacidad de causar daños significativos a las estructuras, al medio ambiente y pueden tener consecuencias graves para las poblaciones afectadas. Es decir, mientras que un sismo puede ser de cualquier magnitud, inclusive aquellos que son imperceptibles para las personas, el término terremoto se reserva para describir aquellos eventos sísmicos más fuertes y con mayor impacto.
De acuerdo con la Unidad Nacional para la Gestión del Riego de Desastres (Ungrd) un sismo es la liberación súbita de grandes cantidades de energía, que se representan a través de ondas que se desplazan por el interior de la tierra y que al llegar a la superficie puede ser percibida por las personas, animales y hasta estructuras.
Debido a su posición en el Cinturón de Fuego del Pacífico, Colombia se identifica como una nación con alta vulnerabilidad a los sismos. Esta área es la localización de aproximadamente el 75% de los volcanes del planeta y es escenario del 80% de los sismos más intensos a nivel global.
El país está situado sobre dos zonas de subducción significativas, donde la placa tectónica de Nazca colisiona con la Sudamericana, y esta última a su vez interactúa con la placa del Caribe, generando movimientos sísmicos frecuentes.
Por lo tanto, las regiones de Nariño, Chocó, Caldas y Santander son las que mayormente experimentan esta actividad sísmica.
En medio de los constantes movimientos telúricos que se registran en el territorio nacional, los colombianos optan por revisar el Mapa Geológico del país para revisar el panorama con respecto a este tipo de situaciones a diario.
No obstante, desde el Servicio Geológico Colombiano dieron a conocer las funciones específicas de este tipo de recursos que están habilitados para quien desee tener conocimiento frente a ello:
El Servicio Geológico Colombiano no reportó movimientos sísmicos de mayor importancia en el territorio colombiano durante gran parte de la mañana e inicios de la tarde de este jueves 2 de mayo.
En Colombia la intensidad de los sismos se mide con la Escala Macrosísmica Europea (EMS-98). La intensidad 2 se define como “apenas sentido” por muy pocas personas en reposo; el nivel 3 es catalogado como “sentido levemente”, donde puede haber balanceo de algunos objetos.
Un temblor de intensidad 4 se considera cuando es “sentido ampliamente” por muchas personas en el interior de edificaciones y por pocas en el exterior (ventanas, puertas. En el nivel 5, “sentido fuertemente”, los objetos pequeños se desplazan y pueden registrar leves grietas en edificios o casas.
La intensidad de tipo 6 implica un “daño leve”, en este rango algunas personas pueden llegar a perder el equilibrio. El nivel 7 se presenta cuando hay un “daño moderado”.
El SGC registró un pequeño movimiento de 2.4 grados de magnitud en el municipio de Los Santos, Santander, a una profundidad de 155 kilómetros de la superficie terrestre. Al ser bastante profundo, el incidente no causó estragos en la comunidad.
En Colombia, la preocupación es creciente ante la posibilidad de enfrentarse a fenómenos sísmicos, dados los antecedentes y la ubicación geográfica del país, propensa a la actividad tectónica. Expertos consultados por Infobae enfatizaron la importancia de comprender la situación sismológica del país y su impacto potencial.
Según Flover Rodríguez-Portillo, director ejecutivo de La Asociación Colombiana de Geólogos y Geofísicos de la Energía (ACGGP), el territorio colombiano se caracteriza por su alta sismicidad, dada su posición en la esquina noroccidental de Sudamérica.
Esta particularidad geográfica resulta de la interacción entre la Placa Sudamericana y la Placa de Nazca, lo que origina un conjunto único de expresiones geológicas en la zona. Esta dinámica entre placas tectónicas no solo define la configuración geológica del país, sino que también incrementa el riesgo de actividad sísmica.
Según el experto, aproximadamente el 80% de la población colombiana reside en áreas susceptibles a este tipo de eventos, la mayoría en zonas de cordilleras.