El emprendimiento no solo es una tendencia en Colombia, es una realidad ampliamente optada por quienes quieren construir empresas innovadoras. Cifras del Ministerio de Industria y Comercio indican que incluso para el año 2023, el país cerró con cifras históricas de empresas activas y renovadas que llegaron al total de 1.740.168.
No obstante, las dificultades de los empresarios pequeños y medianos suelen ser grandes, en especial cuando se trata de financiación, impuestos y requisitos legales. Es por eso que una solución conocida como factoring se ha consolidado como una estrategia de financiamiento inteligente, que puede resultar muy últil para las pequeñas y medianas empresas (pymes) en el país.
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De acuerdo con Plataform, una de las empresas que lidera esta iniciativa, este mecanismo es “una alternativa clave para las pymes, pues les permite convertir facturas por cobrar en liquidez inmediata, ofreciendo una alternativa de financiamiento que no genera deuda adicional. En Colombia, la adopción de la factura electrónica ha facilitado este proceso, con la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales (Dian) validando alrededor de nueve millones de documentos electrónicos diariamente”.
Es decir, que la propuesta permite a las empresas ceder sus facturas pendientes de cobro a entidades financieras, y así de manera inmediata el capital necesario para su funcionamiento -aunque sujetas a un descuento. Por tal motivo, Mario José Márquez, CEO y fundador de Plataform, “el desconocimiento sobre esta herramienta financiera constituye el mayor desafío para el sector empresarial actual”.
Así funciona esta alternativa
La operativa del factoring es sencilla, según los expertos. Una empresa emite una factura por bienes o servicios prestados y, en vez de esperar el plazo habitual que solicitan los clientes para terminar de pagar, puede optar por vender esta factura a una entidad que efectúe la herramienta.
A cambio, recibe inmediatamente una parte significativa de su valor. “En lugar de esperar el pago completo de la factura a los 60, 90 o 120 días, la empresa puede optar por cederla a una entidad de factoring para que le dé liquidez al día 0. La entidad de proporciona a la empresa una porción del valor de la factura de manera inmediata, generalmente entre el 80% y el 90% del total, y a cambio recibe una comisión por ayudarla a financiar”, dice la plataforma.
En ese sentido, según Márquez, “al optar por el factoring, las pymes obtienen liquidez rápida, simple y digital, además de disminuir el riesgo de impagos y ganar en flexibilidad financiera”.
Aún más específicamente, las operadoras de este sistema son las que se entienden con los clientes luego de que la empresa que acude a dichas entidades para cederles las facturas. “Ya que, en lugar de pedir prestado dinero, la empresa vende sus facturas pendientes de cobro a una entidad financiera -conocida como factor- a cambio de recibir un anticipo de efectivo inmediato. Este anticipo es generalmente un porcentaje del valor total de las facturas, y el factor se encarga de cobrar las facturas a los clientes originales cuando llega el momento del pago”.
Algunos beneficios
Entre tanto, lo más destacado de este sistema es que, al tratarse de una venta de activos y no de un préstamo, las empresas no incrementan su endeudamiento. Esta característica se suma a las ventajas de protección jurídica proporcionadas por el marco de facturación electrónica vigente, ampliando el panorama de seguridad financiera para las pequeñas y medianas empresas.
“Una factura es un documento mercantil que registra la información de una venta o de una prestación de un servicio, en donde se constata físicamente que se ha realizado de forma legal y satisfactoria una operación entre dos partes. Asimismo, gracias a que existe un régimen obligatorio de facturación electrónica, el cual, tiene como base la plataforma Radian, las empresas pueden acudir ante un juez para hacer el cobro de sus facturas y tienen un respaldo jurídico gracias a que la procedencia de esta herramienta hace parte de la Dian”, emitió el factor Plataform.
De la misma manera, otras bondades del uso de la propuesta incluyen flexibilidad financiera, pues “se adapta a las necesidades individuales de cada empresa. Las pymes pueden utilizar el factoring de manera puntual o como parte de su estrategia financiera a largo plazo, según lo requieran sus circunstancias específicas”.
Además, puede ser un blindaje para los clientes que tarden en sus pagos, debido a que las empresas que se adhieren a esta estrategia, “transfieren el riesgo de impago a dicha entidad. Esto les permite protegerse contra posibles pérdidas financieras debido a clientes morosos o incumplimientos de pago”. Además, no genera endeudamiento, puesto que “no involucra préstamos ni deuda, sino más bien una transacción de venta de activos (las facturas), no se genera endeudamiento para la empresa que utiliza este servicio.
Las pymes en Latinoamérica, responsables por emplear al 67% de la mano de obra y constituir el 99% del tejido empresarial según la Cepal, enfrentan limitaciones en su aporte al PIB por restricciones en su productividad. En este contexto, el factoring emerge como un soporte financiero prioritario para impulsar el desarrollo y la estabilidad económica de estas empresas.
Márquez destacó que, con la implementación de la facturación electrónica en Colombia, se han validado cerca de nueve millones de documentos electrónicos diariamente, lo cual se traduce en desembolsos de factoring por valor de aproximadamente $40 billones al año, equivalente a un 3.5% del PIB nacional.