El audaz encuentro del joven Santiago Reyes -fotógrafo y bailarín- con dos presuntos ladrones en las calles de Bogotá, se convirtió en todo un acontecimiento, luego de que el joven demostrara valentía para confrontar, en especial, a uno de los atacantes con sus propias manos antes de noquearlo y dejarlo en el asfalto.
Reyes, que ya se pronunció en entrevista con El Tiempo, dio a saber que los hechos ocurrieron el sábado 25 de abril, en el barrio Alcaparros, de la localidad de Suba. El enfrentamiento, que quedó registrado en video por dos transeúntes, fue rápidamente difundido a través de las redes sociales.
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Las imágenes muestran al joven lidiando con uno de los agresores, a quien derribó de un golpe en su rostro.
Así fue increpado Santiago Reyes
Según el relato del joven, todo comenzó cuando fue abordado de manera agresiva por dos hombres tras salir del gimnasio. Uno de ellos, en muletas, seguido por otro con capucha. Al acercarse, le dijeron que “le vendían droga”. En esas, el de las muletas se movió hacia Reyes para raptarle los audífonos.
“Yo le dije: «qué le voy a pasar algo a usted?» Lo empujé y procedió a sacar un cuchillo”, narró el también bailarín al medio. La negativa de Reyes desencadenó una violenta respuesta por parte del agresor que supuestamente se apoyaba de las muletas, de las que se despojó para atacar. El resto de la contienda está en los videos.
La habilidad del joven para defenderse. según su testimonio, provendría de su previo entrenamiento en taekwondo, así como en artes marciales mixtas y boxeo, disciplinas que ha practicado como pasatiempo. Entonces aprovechó lo que sabía en ese tenso momento, con puñetazos y patadas para neutralizar la amenaza del delincuente, que “sacó la navaja, me cogió de la camiseta, me jaló hacia atrás y me intentó pegar con el puñal,” describió.
La intervención de la policía, según el testimonio, se produjo tardíamente, una vez ya había confrontado y repelido al agresor. Su reacción, marcada por la exaltación del momento, fue impulsada por la necesidad de autoprotección ante una potencial agresión con arma blanca. “Me tocó sí o sí pegarle al man; porque si me alejaba, me apuñalaban... Era la forma de defenderme,” dijo.
Esta situación, más allá del acto valiente de Reyes -que puede ser una solución de defensa en situaciones de emergencia- puede poner en riesgo la integridad física. De hecho, las autoridades recomiendan acudir, en primera instancia, a funcionarios de las fuerzas del orden, quienes pueden intervenir dentro de las posibilidades.
Defensa propia en Colombia
Según la definición de la sentencia SP2912018 (48609) de 2018, de la Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia, “la legitima defensa es el derecho de tutelar personalmente un bien puesto en peligro por la agresión actual injusta de otro, cuando la urgencia de defender el patrimonio material o moral obliga a recurrir a los propios medios o fuerzas de reacción”.
A finales del mes de marzo de 2024, el polémico caso del doctor que se defendió de un asalto en Bogotá y mató a tres de sus atacantes en 202, suscitó un amplio debate sobre el derecho a la legítima defensa y la política de porte de armas en Colombia.
La confrontación con los asaltantes no solo implicó el uso de arma de fuego por parte del médico sino también el sufrimiento de lesiones personales debido a ataques con cuchillo y golpes con un revólver. A pesar de la situación de desventaja numérica y de armamento frente a sus atacantes, el médico logró sobrevivir y posteriormente enfrentó un proceso judicial que concluyó en la determinación de su acción como legítima defensa. Según relató a la revista Semana, el profesional de la salud narró los desafiantes momentos del encuentro y el difícil camino hacia la recuperación, tanto física como emocional, que sigue enfrentando.
“Sigo pensando que, a pesar de la desventaja numérica y las pocas probabilidades de sobrevivir, el veredicto de los cielos fue a mi favor por alguna razón que desconozco”, relató