Gustavo Petro trama represión para acabar con el sistema financiero en vez de reactivar la economía

El presidente Gustavo Petro dio más detalles de lo que sería el plan de reactivación económica de Colombia. El mandatario, durante el discurso que dio el 1 de mayo en la Plaza de Bolívar, en Bogotá, tras la marcha del Día del Trabajador de 2024 aseguró que es hora de que el pueblo trabajador pueda abrir la industria la agricultura y el turismo.

Durante este, confirmó lo que anunció en X (antes Twitter), de que presentará las medidas necesarias al Congreso de la República para reactivar la economía del país.

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Según dijo, en tono muy desafiante, “van a consistir en proyectos de ley que generen una inversión forzosa en el sistema financiero privado colombiano, con destino a créditos a la pequeña, mediana y gran industria, agricultura y turismo en Colombia”.

Anotó que para reactivar el país es necesario que parte de esos capitales puedan fluir hacia el mundo popular para trabajar en la transformación de las cosas, la industria, en el surco, la agricultura y en el turismo.

“Cifrarnos, organizarnos, saber que en este momento hay unos allá que tienen y quieren tumbar la democracia, y otros aquí que queremos construir una democracia más profunda”, señaló el presidente.

Lo dicho por Petro generó más dudas que certezas a los expertos en materia económica. Incluso, varios de estos aseguraron que es una mala idea y que existe hace rato.

Por ejemplo, el exministro de Hacienda Juan Camilo Restrepo recalcó que eso no es una novedad.

“Petro anuncia como gran novedad que impondrán inversiones forzosas a los bancos para financiar el agro. Eso existe desde hace treinta años. Así funciona Finagro”, expresó el también exministro de Agricultura.

De igual manera, el profesor de Economía de la Universidad Javeriana Jorge Restrepo, director del Centro de Investigación y Estudios sobre Conflictos Armados, Violencia Armada y Desarrollo (Cerac), aseguró que lo anunciado es “represión financiera”.

“El presidente anunció que presentaría un proyecto de ley de inversiones forzosas -represión financiera - para dirigir recursos de ahorro del público a crédito con asignación selectiva. Esto es inconveniente y probablemente contrario a la Constitución”, apuntó.

Asimismo, el presidente de la Asociación Nacional de Comercio Exterior (Analdex), Javier Díaz Molina alertó posibles problemas para el sistema financiero del país.

“Esta es una mala propuesta de política que puede terminar poniendo en peligro al sistema financiero colombiano con todo lo que ello significa”, insistió el dirigente gremial.

Entretanto, el economista Ricardo Emilio Barco apuntó que Petro quiere acabar con el sistema financiero.

“Dios mío, inversión forzosa... todo mal con esto. Va a acabar al sistema financiero. Ni siquiera los títulos de desarrollo agropecuario de Barco (Virgilio) se rotularon de esa manera”, señaló.

Tras el anuncio que hizo el 29 de abril, en el que dijo que “empieza a prepararse un paquete de medidas con el fin de alcanzar la reactivación económica plena”. Además, que “las medidas serán presentadas al congreso de la república en los próximos días”, la presidenta ejecutiva de la Cámara de Comercio Colombo Americana (AmCham Colombia), María Claudia Lacouture, hizo algunas sugerencias.

Recordó que el gremio ha venido proponiendo medidas para la recuperación económica en diferentes frentes. Primero, garantizar la seguridad física y jurídica con estabilidad regulatoria y contractual.

También, que es necesario el impulso y reactivación de sectores intensivos en generación de empleo como infraestructura y vivienda, acompañado con políticas de productividad y competitividad empresarial para aprovechar oportunidades internacionales.

“Es fundamental contar con acciones que permitan facilitar la generación de empleo sostenible”, dijo Lacouture.

Asimismo, mencionó que es crucial pasar de anuncios generales a concretos, basados en realidades, generando confianza y visión de largo plazo en políticas públicas que apoyen la viabilidad empresarial, mediante medidas de austeridad y ejecución eficiente del presupuesto.