El Gobierno nacional y la Federación Nacional de Cafeteros (FNC) de Colombia siguen enfrascados en un conflicto, marcado por declaraciones cruzadas y la búsqueda de respuestas a la crisis financiera que atraviesa el gremio cafetero.
En el centro de la polémica se encuentra la situación económica de la FNC, la garantía de compra para los productores de café y las estrategias del gobierno para apoyar a la caficultura nacional.
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A principios de abril hubo polémica porque el Gobierno convocó a una Gran Asamblea Cafetera para hablar de la crisis del sector a la que no invitó a la FNC, por lo cual la Junta Directiva de la Sociedad de Agricultores de Colombia pidió protección al derecho de la libre asociación y al trabajo conjunto de gremios del sector agropecuario.
Por ello, los 15 comités departamentales que componen a la Federación emitieron un comunicado en el que piden al Ejecutivo no “incentivar divisiones ni una institucionalidad paralela”. Además, reiteraron su apoyo a la FNC.
“Los 15 comités departamentales de cafeteros reunidos en la Federación Nacional de Cafeteros, frente a la actual coyuntura cafetera del país, se permiten comunicar a la opinión pública: 1. Que apoyan incondicionalmente el comunicado del Comité Directivo de la Federación Nacional de Cafeteros, emitido el 25 de abril de 2024″, se puede leer en el documento.
Luego añade que: “La caficultura atraviesa momentos difíciles que pueden ser superados con unidad. No es el momento de incentivar divisiones ni una institucionalidad paralela. Hacemos un llamado al Gobierno Nacional para que en lugar de propiciar la división de los cafeteros, acompañe las acciones necesarias para el gremio agrupado en la Federación Nacional de Cafeteros por casi 100 años. No es el momento de ensayar caminos que le pueden agregar incertidumbre a un momento ya de por sí incierto”.
Previamente, hubo una polémica porque la ministra de Agricultura, Jhenifer Mojica, afirmó en la Comisión IV del Senado que “la crisis de la Federación Nacional de Cafeteros (FNC) no la hizo el gobierno Petro” y agregó que es una situación que viene de gobiernos anteriores y que la Federación está en una situación financiera compleja “que necesita incorporar estos llamados de auxilio que hacen las familias caficultoras, las asociaciones y productores en todo el país para construir esas soluciones al café”.
La Federación Nacional de Cafeteros manifestó su descontento con las declaraciones emitidas por la ministra de Agricultura, Jhenifer Mojica. Según informa Blu Radio, Germán Bahamón, gerente general de la Federación, exigió un llamado al “respeto” hacia los caficultores, aclarando que no existe una crisis financiera tan grave como la descrita por la ministra.
Contradiciendo las percepciones de conflictividad, Bahamón subraya la existencia de una relación armoniosa entre la cartera de Agricultura y el gremio cafetero, pese a las recientes discrepancias. En su diálogo con la estación radial, el líder cafetero enfatizó el papel histórico de la Federación en el desarrollo del país, resaltando su contribución no solo en el sector agrícola, sino en infraestructura social y básica a lo largo de los años.
En sus palabras, Bahamón destaca la importante labor de la Federación a lo largo de 96 años, mencionando el considerable aporte a comunidades rurales a través de la construcción de escuelas, hospitales y la implementación de proyectos de electrificación.
Este enfoque hacia el bienestar social refleja la profunda implicación de la Federación en la mejora de la vida de los colombianos, además de su compromiso con el desarrollo rural. Bahamón insiste en que sus comentarios y declaraciones públicas buscan promover una mayor cordialidad y respeto en el discurso público, especialmente cuando están en juego los medios de vida de más de medio millón de familias dedicadas al cultivo del café.
La ministra Mojica, por otro lado, ha defendido el enfoque del gobierno hacia el sector cafetero, destacando importantes inversiones y el desarrollo de políticas destinadas a revitalizar la caficultura en Colombia. Sus declaraciones sugieren un compromiso continuo con la transformación de la caficultura nacional, con el objetivo de asegurar su sostenibilidad y prosperidad a largo plazo.
A pesar de las críticas, la ministra resalta los esfuerzos colaborativos entre el gobierno y los productores de café para enfrentar los desafíos actuales y futuros de la industria.