A un debate en la Cámara de Representantes para pasar a sanción presidencial está el proyecto de ley de la senadora del Pacto Histórico Esmeralda Hernández para prohibir las corridas de toros, el rejoneo, novilladas, becerradas y tientas en el país.
El representante Alejandro García, de la Alianza Verde, tomó la batuta de la iniciativa en la Cámara, siendo el único ponente y presentando un informe que sustenta esta medida como un aporte esencial hacia “una transformación cultural que se fundamente en el reconocimiento y respeto por la vida animal”, contribuyendo de este modo al “avance de la cultura de la paz”.
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De acuerdo con el congresista, la discusión y eventual aprobación de esta iniciativa legislativa no solamente responde a una convicción de cambio cultural profundo, sino que también se alinea con las preocupaciones ambientales globales y el respeto al bienestar animal. Por eso, le respondió a Infobae Colombia algunas dudas acerca del proyecto de ley.
Infobae Colombia: ¿Cómo planea manejar la resistencia cultural y las tradiciones asociadas con las corridas de toros?
Alejandro García (A.G.): Hoy, Colombia es uno de los ocho países que aún preservan y permiten las corridas de toros, una práctica que tiene raíces hispánicas, introducidas durante la colonización por los españoles. Al igual que todos los aspectos culturales, esta práctica ha evolucionado; hace 80 años, las mujeres estaban más enfocadas en el ámbito del hogar, y hace 100 años, no se les reconocía la capacidad civil para gestionar sus propiedades o firmar contratos, evidenciando cómo la sociedad cambia constantemente.
Hoy, buscamos impulsar una transformación cultural que ya se está manifestando de facto, donde se respete y valore toda forma de vida, rechazando el entretenimiento basado en la muerte de animales como los toros. Lo que está sucediendo actualmente es una transformación de las plazas de toros.
La cultura está en constante cambio; no es estática, se transforma. Este proyecto responde a ese cambio cultural que ya está ocurriendo en Colombia, con ejemplos claros en Medellín, Bogotá, Cúcuta y Cartagena.
El proyecto de ley reconoce estos cambios, similarmente a cómo la llegada del computador desplazó a la mecanografía, un oficio que quedó atrás debido a un cambio tecnológico que impactó tanto la cultura como el ámbito laboral. Este fenómeno se está replicando con las corridas de toros, y lo que el proyecto de ley propone es precisamente facilitar esa transición al permitir la reconversión económica y laboral de las personas que dependen de esta actividad, que en realidad son una minoría. A menudo se menciona la preocupación por los empleados de este sector; sin embargo, se resalta que, en Colombia, los toreros contratados son pocos y su número va disminuyendo. Este proyecto, por lo tanto, busca ser un paso positivo para ellos.
“Hoy, buscamos impulsar una transformación cultural que ya se está manifestando de facto, donde se respete y valore toda forma de vida, rechazando el entretenimiento basado en la muerte de animales como los toros. Lo que está sucediendo actualmente es una transformación de las plazas de toros”, Alejandro García.
Infobae Colombia: ¿Existe un plan para reconvertir las plazas de toros o infraestructuras relacionadas si se prohíben las corridas de toros?
A.G.: El proyecto de ley consta de siete artículos. Este incluye un artículo dedicado a la reconversión económica y laboral, aspecto sobre el cual profundizaré. Implica la colaboración de cuatro ministerios: Interior, Industria y Turismo, Trabajo y el Ministerio de Agricultura, junto con la asociación de entidades taurinas. Estos entes fomentarán la participación de las personas que dependen económicamente de esta actividad. El Dane realizará un censo e identificación de estas personas para, a lo largo de tres años, facilitar una transición y adaptación a nuevas oportunidades laborales.
Además, otro artículo especifica que el Ministerio de Cultura, junto con las entidades territoriales, que a menudo son partícipes o incluso tienen participaciones en espacios como los estadios, coordinará la reconversión de estos espacios para su uso en actividades alternativas.
Infobae Colombia: ¿Cómo se equilibra el respeto por los derechos de los animales con la libertad de las personas para participar en actividades culturales?
A.G.: No estoy seguro de hasta qué punto se le puede considerar un derecho cultural; de hecho, tengo mis dudas al respecto. Incluso tenemos un eslogan que dice: “No es cultura, es tortura”.
Respeto a las personas que asisten a estas actividades, pero si se pueden prohibir en el país, sería similar a cómo estamos prohibiendo las terapias de conversión, que en realidad no eran ni terapias ni conversiones. Es un tema que concierne al bienestar animal.
Infobae Colombia: ¿Existe algún plan para compensar a los ganaderos que crían toros para las corridas?
A.G.: Tenemos información de que en el país existen alrededor de 40 ganaderías, propiedad de personas con considerable riqueza. Mantener estos establecimientos tiene un coste elevado, sin embargo, tienen alternativas disponibles. Hemos observado en otros países casos en los que estas ganaderías se transforman en santuarios. Además, pueden continuar criando toros para venderlos a lugares donde la tauromaquia aún se practica, que afortunadamente son cada vez menos, o bien reconvertirse al negocio de la carne. Por lo tanto, tienen opciones disponibles y no se les está eliminando la posibilidad de continuar en la actividad.
Es importante señalar que estos propietarios no son el grupo vulnerable en esta situación; son personas con significativa influencia y recursos, y son precisamente ellos quienes llevan a cabo un fuerte lobby taurino.