Un arsenal militar, incluido un poderoso misil Spike de fabricación israelí, fue reportado como desaparecido de una base en La Guajira, según revelaba un documento oficial.
La noticia, que resalta la seriedad de la situación de seguridad en la región, llama la atención sobre la pérdida de un importante lote de armamento que, además del mencionado misil, incluye granadas y municiones de diversos calibres.
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Este misil antitanque, adquirido por Colombia hace aproximadamente ocho años, es conocido por su precisión y capacidad para minimizar el daño colateral. Este puede ser programado para impactar objetivos a distancias que van desde los 200 metros hasta los cinco kilómetros.
Su supuesta desaparición de la base de Buenavista, cercana a la frontera con Venezuela, plantea interrogantes sobre la seguridad de las instalaciones militares y el posible uso indebido de este armamento.
El listado de material bélico no encontrado en el inventario abarca desde granadas de varios calibres hasta municiones de uso específico en combate. Entre los ítems faltantes se cuentan 22 granadas 155 MM H.E, 26 granadas 106 MM, y una cantidad significativa de municiones de calibre 7.62 MM y 5.56 MM, junto con 868 granadas de mano M26, lo que constituye una pérdida considerable para las fuerzas armadas colombianas.
Fuentes vinculadas a la milicia han confirmado la veracidad de los hechos, lo que agrega credibilidad a la información divulgada y pone en alerta sobre la necesidad de incrementar las medidas de seguridad en torno a los arsenales y bases militares del país. La situación también ha generado un debate sobre la gestión del material bélico y la eficacia de los protocolos de seguridad existentes para evitar este tipo de incidentes en el futuro.
La desaparición de armamento militar de esta magnitud no solo representa un desafío para la seguridad interna de Colombia, sino que también podría tener repercusiones en la estabilidad regional, especialmente considerando la ubicación estratégica de la base desde donde se reportó la pérdida del equipo.
El presidente Gustavo Petro, hizo una revelación alarmante sobre la desaparición de un volumen masivo de armamento militar, que supera el millón de unidades, desde dos bases militares en el país. Informó que este arsenal, que incluye desde municiones hasta explosivos y misiles, fue sustraído y posiblemente se encuentre en manos de grupos armados, tanto dentro de Colombia como en conflictos internacionales, destacando la situación en Haití como probable destino.
El mandatario detalló que la pérdida de este armamento evidencia una red de tráfico ilícito integrada por personal militar y civiles, que se ha dedicado a alimentar el mercado negro de armas. Este incidente puso de relieve no solo la magnitud del robo sino también su impacto potencial en la estabilidad regional, teniendo en cuenta la proximidad de Haití, a apenas siete horas en lancha desde una de las bases comprometidas, La Guajira. Este descubrimiento se realizó tras una inspección de inventario llevada a cabo por las autoridades militares colombianas.
Este incidente es particularmente preocupante en el contexto de Colombia, un país con un largo historial de conflictos armados y violencia. La implicación de personal militar en redes de tráfico de armas resalta los desafíos en la lucha contra la corrupción y el crimen organizado dentro de las fuerzas armadas del país.
Además, añade una capa de complejidad al escenario de seguridad regional, especialmente considerando la inestabilidad política y social de Haití, donde mercenarios colombianos fueron implicados previamente en el asesinato del presidente Jovenel Moïse en 2021.
Las autoridades colombianas, incluidos el ministro de Defensa, Iván Velásquez, y el comandante general de las Fuerzas Militares, Helder Giraldo Bonilla, están en proceso de profundizar las investigaciones para determinar la magnitud exacta del robo y establecer las medidas correspondientes para contrarrestar las ramificaciones de este acto.
La situación subrayó la necesidad de fortalecer los controles internos y las políticas de seguridad alrededor de los arsenales militares para prevenir futuros incidentes similares.
La revelación de estos hechos por parte del presidente Petro resaltó la urgencia de abordar la problemática de tráfico de armas que afecta no solo a Colombia sino también tiene implicaciones para la seguridad y la estabilidad de la región. Es un llamado a la colaboración internacional y a la implementación de estrategias efectivas para combatir estas redes delictivas y asegurar que los arsenales militares no terminen alimentando conflictos internos o internacionales.