Un nuevo hecho de violencia contra la Fuerza pública se presentó recientemente en la ciudad de Medellín. El subintendente de la Policía Nacional, Juan Esteban Cortez Pérez, fue asesinado al responder a un llamado por intento de hurto en un apartamento ubicado en el barrio Laureles.
El uniformado, quien contaba con una experiencia de 14 años en la institución, tenía 35 años de edad al momento de su deceso y estaba adscrito al CAI de La Castellana. La administración local, liderada por el alcalde Federico ‘Fico’ Gutiérrez, confirmó que los implicados en el acto criminal ya fueron identificados, por lo que anunció una recompensa de 100 millones de pesos por información que facilite su captura.
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“En este momento ya las otras personas, los delincuentes, están identificados. Hay otros responsables que tendrán que responder. Se ofrece la recompensa correspondiente”, indicó el funcionario, que a su vez agregó: ““Me da mucha tristeza y mucho dolor. A esta criminalidad hay que darle con todo. Mi solidaridad con la familia”.
Por su parte, el comandante de la Policía Metropolitana del Valle de Aburrá, Óscar Lamprea, aseveró que la investigación se encuentra en curso, respaldada por evidencia audiovisual que ha permitido la identificación de dos o tres vehículos utilizados en el intento de hurto, uno de los cuales fue avistado en Envigado, Antioquia: “Con el material fílmico que hemos recolectado, también tenemos al parecer dos o tres vehículos que tenemos identificados, por eso ya uno de ellos fue visualizado en el municipio de Envigado, donde pues estamos realizando todas las exploraciones”.
Asimismo, las autoridades continúan recopilando pruebas y realizando operativos para localizar a los responsables y proceder con su arresto. La revelación de la identidad de los sospechosos y la oferta de una recompensa significativa destaca el compromiso de la alcaldía de Medellín con la seguridad y el orden público, así como su determinación por hacer justicia ante la violencia contra los servidores públicos.
Así ocurrieron los hechos
El enfrentamiento armado entre los policías y los presuntos delincuentes en la comuna 11, también conocida como Laureles, que resultó en la muerte del subintendente y dejó heridos tanto a un policía como a un sospechoso, ocurrió sobre las 10:00 a. m. del miércoles 1 de mayo. Los vigilantes del lugar al percatarse de ver movimientos extraños decidieron llamar a las autoridades, dando aviso de un presunto robo en un apartamento cercano a Pepe Ganga, en la avenida Nutibara.
Con base en los informes preliminares revelados por las autoridades del Valle de Aburrá, la confrontación inició cuando los agentes interceptaron a un total de siete individuos armados, los cuales utilizaron uniformes del CTI aparentando ser miembros de la Fiscalía, con la intención de cometer un atraco en el edificio Praga, situado en la transversal 78, entre las circulares 72 y 73. Además, los atacantes lograron sustraer el arma de fuego de un compañero del oficial caído.
En respuesta, la policía logró la detención de uno de los implicados y puso en marcha un plan candado para localizar al resto de los involucrados en este hecho, que lograron huir a bordo de dos vehículos; un Chevrolet Aveo de placas MIV 938 y una camioneta blanca, Renault Duster, con placas GIK 405.
Testimonios de testigos describieron una escena de “desesperación y caos”, en donde se observó a una policía llorando desconsoladamente mientras era consolada por otro compañero. Las unidades de Sijin y de Criminalística hicieron acto de presencia en el sitio del incidente, lo que evidencia la seriedad del suceso y la rápida respuesta de las autoridades.